Teresa Ribera apenas ha sido vista ni escuchada en los últimos días, con escasas apariciones públicas, pese a que su cargo de Ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico tiene competencias muy relacionadas con las cuencas hidrográficas. Pero no conviene exponerla demasiado al público por si pudiera afectar a su candidatura a la Comisión Europea. Y también porque necesita tiempo para preparar su «examen». Su inacción vendría muy determinada por haber puesto más foco en priorizar su futuro como política comunitaria que en gestionar el desastre de la DANA. Sobre todo porque se sabe que preguntas le harán, ya que con anticipación le son enviadas para que pueda responder a ellas ante los eurodiputados de las comisiones competentes en los ámbitos de la cartera para la que ha sido designada: Asuntos Económicos y Monetarios, Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria e Industria, Investigación y Energía.
Por ese necesario tiempo para preparar lo que puede ser uno de los momentos más decisivos de su carrera política, y porque no llegue a ser demasiado expuesta ante los eurodiputados, se explica su «alejamiento».
Las preguntas a las que debe dar respuesta a lo largo de la tarde del día 12, durante 3 horas, después de una breve introducción, versarán sobre diversos aspectos. Se pregunta directamente sobre qué aspectos de sus cualificaciones y experiencia son particularmente relevantes para el cargo. También se indaga sobre su grado de compromiso con el Parlamento y su disponibilidad para realizar todas las actividades relativas al mismo, así como su capacidad para entregar los respectivos documentos a tiempo. (esto recuerda ligeramente a una entrevista de trabajo).
Y después las preguntas pasarán a ser más técnicas ya que son los distintos comités implicados en sus nuevas funciones quienes las dirigen. Siendo probablemente esta la parte más polémica, porque explica cómo defenderá las políticas de la UE, y donde se puede tener más en cuenta como ha sido su actuación en la política española en su rol de ministra y cómo fueron resueltas algunas cuestiones. Evidentemente puede costar ver que responda de una manera y su gestión haya sido muy distinta, además de criticada por ciertos colectivos.
Algunas preguntas que «caerán en el examen» son:
- ¿Está usted satisfecha con la actual regulación de fusión de empresas?
- ¿Qué pasos daría sobre el informe Draghi para abordar problemas de la competencia que están afectando a los consumidores más indefensos?
- ¿Qué nuevas acciones específicas propone para asegurar una aproximación coherente con una transición limpia, justa y competitiva, y que vínculos ve con estos tres aspectos de su futuro rol?
- ¿Qué acciones específicas nuevas propondrá para facilitar un marco que permita apoyar los objetivos climáticos parte del «Acuerdo Industrial verde» que sea capaz de cubrir todos los sectores?
- ¿Qué medidas implementará para movilizar los necesarios recursos de inversión para garantizar esta transición ecológica, incluyendo las PYME´s , los trabajadores y los hogares?
Aparte de los temas de competencia y ecología, también hay preguntas relativas a la energía y la industria, muy concretas como su opinión sobre dejar de subvencionar coches eléctricos de China o imponer mayores barreras a su importación. O qué medidas concretas plantea para reducir los precios de la energía. Y como asegurara que las empresas, los pequeños negocios y los hogares se beneficien de los costes más bajos de la producción de energía renovable.
También habrá preguntas sobre empleo y asuntos sociales. Una de ellas es cómo planea colaborar con la Vicepresidenta Roxana Minzatu para garantizar que esta transición hacia una competencia justa y limpia beneficie a los ciudadanos y sus empleos. Y qué medidas implementará para que esta transición no afecte al empleo de los más vulnerables, que sea beneficiosa para los trabajadores y sus derechos sean respetados y promocionados.
Realmente no será un «examen» fácil porque también se incluyen preguntas sobre Transporte, desarrollo regional y quizás el tema más polémico: la agricultura. La pregunta concreta que se le ha propuesto y que deberá defender es «la Agricultura y la silvicultura son actividades que no emiten carbono, sino que ayudan a proveer materiales renovables y mitigan el cambio climático y aseguren seguridad alimentaria a la ciudadanía. Cómo pretende usted fortalecer estos sectores en medio de esta transición», «cómo planea ayudar a los agricultores a adaptarse al cambio climático».
Probablemente estas respuestas hayan sido preparadas junto a un gran equipo de asesores. Pero ahora es el momento de que su defensa resulte creíble, a la luz de los últimos acontecimientos y en general de sus dos legislaturas como ministra. Pero sí que el proceso de «examen» será mucho más polémico de lo que se planteaba. Algunos colectivos como ASAJA han expresado claramente su rechazo a que Teresa Ribera pueda presentarse a esta sesión de audiencia. Esta organización agraria Asaja ha enviado una misiva, en la que se reclama que Ribera no sea elegida por su «inacción» ante la riada de Valencia. Esta carta está dirigida a Úrsula Von der Leyen, varios comisarios y al presidente del Partido Popular Europeo, y la jefa de la delegación española del PP en Europa, así como a varios eurodiputados.
El Partido Popular Español no logro frenar la sesión de audiencia ante el Parlamento, que fue más bronca de lo que hubiera esperado la ministra.
Y solo ha logrado que el Partido Popular Europeo (PPE) posponga a la próxima semana la evaluación, en lugar de realizarse de manera inmediata
No es habitual que una candidata sea vetada por sus propios compatriotas, ya que en principio es una ventaja para el país tener un alto cargo en la UE. Pero ya en 2014 el PSOE con sus diputados en Bruselas votaron en contra de la designación del ministro de Agricultura durante el gobierno de Mariano Rajoy, Miguel Angel Cañete como comisario europeo de Energía y Acción por el Cambio Climático.