Un potente terremoto de magnitud 8,8 sacudió esta madrugada la península de Kamchatka, en el extremo oriental de Rusia, provocando una cadena de alertas de tsunami que se extendieron por el océano Pacífico, afectando a países como Japón, Estados Unidos, Canadá, México, Chile y Perú.
El sismo, registrado a escasa profundidad, generó fuertes réplicas y una rápida respuesta de los servicios de emergencia. En la región rusa de Kuriles, se reportaron olas de hasta cinco metros, que arrasaron embarcaciones en puerto y causaron daños materiales considerables. Varios ciudadanos resultaron heridos por colapsos estructurales, aunque no se han confirmado fallecidos en territorio ruso hasta el momento.
En Japón, las autoridades ordenaron la evacuación de más de dos millones de personas ante el riesgo inminente de inundaciones costeras. Las sirenas de emergencia sonaron en regiones como Hokkaido, Fukushima y Mie, donde se produjo la muerte de una mujer durante las tareas de evacuación. Las olas, que superaron en algunos puntos los tres metros, no causaron daños graves en las instalaciones nucleares, pero se mantienen bajo vigilancia.
En Hawái, las olas alcanzaron hasta 1,7 metros, provocando cortes de tráfico aéreo y cierres preventivos de infraestructuras costeras. Aunque la alerta inicial fue máxima, con órdenes de evacuación incluso en Honolulu, las autoridades rebajaron posteriormente el nivel de riesgo, y no se reportaron víctimas ni daños significativos.
También se activaron protocolos de emergencia en la costa oeste de Estados Unidos, Canadá, América Latina y Oceanía, aunque las primeras observaciones indican que las olas han sido de menor impacto.
El terremoto, uno de los más potentes de los últimos 50 años y el octavo más fuerte jamás registrado, ha reavivado la preocupación sobre la actividad sísmica en el Anillo de Fuego del Pacífico, una de las zonas más activas del planeta. Expertos advierten que las réplicas podrían continuar durante días, por lo que se mantiene la alerta en varios puntos del litoral pacífico.
Las autoridades internacionales piden a la población de las zonas costeras que sigan las indicaciones oficiales, eviten acercarse al mar y permanezcan atentos a las actualizaciones de los servicios de emergencia.
