Esta semana, el presidente de Estados Unidos Donald Trump firmó una orden ejecutiva que autoriza el uso del nombre histórico “Departamento de Guerra” como título secundario para el actual Departamento de Defensa. La medida, fechada el 5 de septiembre de 2025, no modifica el marco legal existente, pero permite que tanto el secretario de Defensa como su oficina sean referidos públicamente como Secretario de Guerra y Departamento de Guerra. Se especifica que podrá usarse en comunicaciones oficiales, ceremonias y documentos internos. La orden establece que en los próximos 60 días se presentará una propuesta legislativa al Congreso para cambiar formalmente el nombre de la institución.
En el documento, Trump recuerda que fue George Washington, primer presidente del país, quien el 7 de agosto de 1789 creó el Departamento de Guerra. Bajo esa denominación, Estados Unidos lideró campañas históricas como la Guerra de 1812, o la Primera y la Segunda Guerra Mundial, consolidando su poder militar y su influencia global. El nombre fue sustituido en 1949, tras la Segunda Guerra Mundial, cuando se reorganizó la estructura militar del país y se creó el Departamento de Defensa. Para Trump, ese cambio respondía a un contexto de Guerra Fría que buscaba reflejar una postura menos ofensiva.
La orden firmada por Trump dispone que todas las agencias del gobierno federal reconozcan el uso de los títulos alternativos siempre que no generen confusión legal o internacional. Aunque el decreto no altera de inmediato el nombre legal de la institución, supone un gesto significativo que podría influir en la percepción del poder militar estadounidense. Para la Casa Blanca, se trata de reafirmar la doctrina de “paz a través de la fuerza” que Trump ha promovido desde su primer mandato.
Los partidarios del presidente sostienen que el cambio de denominación envía un mensaje claro de disuasión y refuerza la idea de un país preparado para responder a cualquier amenaza. Sin embargo, la medida ha suscitado críticas entre legisladores demócratas y expertos en política exterior; advierten que podría interpretarse como una postura más agresiva en un momento de tensiones internacionales.
El anuncio llega en medio de un esfuerzo de Trump por proyectar una imagen de liderazgo de cara a las elecciones de 2026. La recuperación simbólica del título de Departamento de Guerra evoca el pasado histórico de Estados Unidos y refuerza el mensaje de una nación decidida a proteger sus intereses con contundencia.
