El presidente del gobierno ruso, Vladimir Putin, busca apoyos. La ayuda de Occidente soporta los ataques rusos a Ucrania y el conflicto no avanza. La visita a Corea del Norte ha ofrecido un acuerdo para financiar la ayuda militar del gobierno coreano. 

Hace casi 850 días desde el comienzo de la invasión rusa de Ucrania, la cual empezó el 24 de febrero de 2022 con un ataque ruso lanzado desde todos los frentes, incluidos los de su aliada Bielorrusia. Lo que parecía ser una especie de «blitzkrieg» moderna ha acabado siendo algo más parecido al estancamiento sufrido por las tropas durante la primera guerra mundial. Las tropas rusas que se encontraban a unos pocos kilómetros del centro de Kiev se vieron obligadas a retirarse al extrarradio y pocas semanas después las fuerzas ucranianas recuperarían por completo el Oblast de Kiev sin apenas resistencia. Simultáneamente las tropas rusas se retiraban del frente norte, tanto de los Oblasts como de Sumy y Chernihiv. 

Vladimir Putin se excusó en que sus objetivos militares en dichas regiones habían sido completados, aunque que las fuerzas ucranianas dotadas con armamento, munición e inteligencia occidental pudieron frenar al grueso de las fuerzas rusas. Esto, sin embargo, supuso un costo humano elevado para ambos bandos. Las fuerzas ucranianas, que al principio de la contienda se veían obligadas a compartir el armamento antitanque, fueron al fin bien provistas de munición y armamento de todo tipo, en especial antitanque y antiaéreo, lo que dio un respiro a las tropas de Zelenski gracias a las tácticas de guerrilla y al mejor conocimiento del terreno. No obstante, las tropas rusas consiguieron mantener las autoproclamadas en 2014 Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk. Además, avanzaron hacia el centro del país y consiguieron entrar en el Oblast de Kharkiv, unificando el corredor sur que conecta la Crimea anexionada con el resto de Rusia por los Oblasts de Kherson y Zaporiyia. 

Cabe recordar que Putin anunció en 2022 la anexión formal de los Oblasts de Lugansk, Donetsk, Kherson y Zaporiyia (Crimea en 2014), lo que a ojos de Rusia los convierte en su territorio natural, una amplia zona del este y sur de Ucrania donde la mayoría de los habitantes son rusoparlantes y muchos de ellos afines al régimen de Putin. Rusia advirtió que si se violaban sus fronteras utilizaría todos los medios a su alcance para proteger al pueblo ruso, en clara alusión al uso de armamento nuclear con el fin de disuadir a quienes intenten recuperar las regiones mencionadas.

Pero 120 semanas después, ¿cómo avanza la guerra? Hace unos días saltaban las alarmas con la noticia de tropas chechenas entrando por el frente de Sumy, aunque solo han llegado a tomar una aldea fronteriza y adentrarse escasos kilómetros por la frontera. Ucrania dice tener la situación bajo control, pero parece más una estrategia rusa para que Ucrania movilice sus tropas a otros frentes y así desprotejan los frentes principales, ya que Ucrania es inferior en número y tiene más problemas en encontrar nuevos reclutas. Los rusos también siguen avanzando por las regiones de Avdiivka y Zaporiyia donde han tomado la localidad de Staromaiorske. Las buenas noticias para Ucrania vienen desde el aire, donde ha conseguido mantener a la aviación rusa a raya gracias a los modernos sistemas antiaéreos y a los misiles norteamericanos ATCMS. La mejor noticia, sin embargo, quizá sea la de la destrucción de un caza ruso SU-57 de 5a generación, que cuesta unos 100 millones de dólares y que según fuentes ucranianas Rusia solo tendría menos de una treintena.

En el plano internacional la UE enviará casi dos mil millones de euros a Ucrania. También hay que estar pendientes del resultado electoral de las elecciones europeas, en las que los partidos de derecha conservadora y euroescépticos han dado un significativo avance. Estos partidos son en su mayoría contrarios a seguir financiando a Ucrania. Por otra parte, la cumbre de paz de Suiza, que quiso ser una demostración de unidad contra Rusia, acabó siendo lo contrario. De 160 invitaciones solo se presentaron poco más de la mitad, y de esos invitados una docena rehusó firmar el comunicado final (es la cuarta cumbre de paz que se reúne). Una noticia que no se está dando mucho a conocer es que Estados Unidos ve factible financiar con dinero al Batallón Azov, una organización que ha mostrado simbología nacional-socialista y antisoviética muy a menudo.

Las noticias para Rusia en el ámbito internacional son algo mejor. China no se ha presentado a la cumbre de paz de Suiza y sigue manteniendo relaciones cordiales con el Kremlin, en el Cáucaso, más específicamente en Georgia. En este país el gobierno dirigido por el partido Sueño Georgiano ha anunciado el acercamiento a Rusia y el abandono total de cualquier intento de pertenencia a la UE. La visita de Putin a Corea del norte después de 27 años también nos hace pensar que el régimen de Juche seguirá apoyando a Rusia, como ya hace desde más de un año con el envío de munición.