domingo, mayo 19, 2024

Los X-Men tambiƩn se vuelven woke en la serie animada

La nueva serie de dibujos de Disney, X-Menā€™97, convierte a uno de los personajes en Ā«no binarioĀ» para cumplir con la agenda LGTBQIA2S+

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En estos Ćŗltimos aƱos la ideologĆ­a woke ha ido extendiendo sus tentĆ”culos por todos los Ć”mbitos de la cultura. Y, cuando Disney se hizo con la editorial Marvel, era solo cuestiĆ³n de tiempo que contagiase tambiĆ©n a los innumerables personajes que son propiedad intelectual de la compaƱƭa. La Ćŗltima noticia al respecto, que ha revolucionado las redes, es que uno de los Hombres-X, Morph, se vuelve Ā«una Persona No Binaria-XĀ» en la nueva serie de dibujos animados. Serie que, por cierto, es continuaciĆ³n de la de 1992ā€¦ y llamĆ”ndose X-Menā€™97, podemos deducir que estĆ” ambientada en ese aƱo.Ā 

La primera pregunta que surge es: ĀæcuĆ”ntas personas autopercibidas como de gĆ©nero no binario habĆ­a entonces? ĀæEs que acaso sabĆ­a alguiĆ©n quĆ© diablos era eso? Por supuesto, una legiĆ³n de social justice warriors ha salido a dar la cara por la multinacional del entretenimiento, asegurando que los X-Men siempre han sido woke y que, si criticas este cambio, es porque no has leĆ­do un cĆ³mic en tu vida. Para refutar esto se hace necesario echar la vista atrĆ”s, para ver las cosas con un poco de perspectiva.

Stan Lee y Jack Kirby crearon a los X-Men en 1963. La diferencia con respecto a otros superhĆ©roes era que estos no eran dioses, extraterrestres, y ni siquiera los habĆ­a mutado un accidente insĆ³lito. Los miembros de la Patrulla-X eran mutantes, nacidos con un gen que les otorgaba poderes Ćŗnicos. La humanidad no estaba preparada para ellos, y por eso ocultaban sus identidadesā€¦ mientras protegĆ­an a aquellos que les odiaban y les temĆ­an. Su objetivo Ā«polĆ­ticoĀ» es simplemente vivir en paz con los humanos, dejar de sufrir discriminaciĆ³n.

Mientras, al otro lado se encuentra Magneto, muy pronto ayudado por su Ā«Hermandad de Mutantes DiabĆ³licosĀ». Ellos se definen como Homo superior, una especie nueva que estĆ” destinada a acabar con la humanidad y sustituirla como cĆŗspide de la evoluciĆ³n. Con este argumento racista (o, tĆ©cnicamente, especista) usan sus poderes para hacerse con el dominio del mundo. Una de sus primeras ofensivas es la toma de un pequeƱo paĆ­s, convirtiĆ©ndose a sus habitantes sapiens en sus sĆŗbditos.

Salvando las evidentes distancias, a menudo se compara la lucha entre Xavier y Magneto con la diferencia que existĆ­a esos mismos aƱos entre Martin Luther King y Malcolm X (aunque Stan Lee declarĆ³ que nunca fue su intenciĆ³n). Uno de ellos buscaba la igualdad a travĆ©s de medios pacĆ­ficos y pecando de soƱador, mientras que el otro justificaba la violencia y defendĆ­a polĆ­ticas (como mĆ­nimo) separatistas. Y aquĆ­ estĆ” el quid de la cuestiĆ³n: los X-Men no serĆ­an, extrapolando esta analogĆ­a al presente, los que irĆ­an con una pancarta de Mutant Lives Matter; serĆ­an aquellos a los que otros mutantes cancelarĆ­an, a los que llamarĆ­an traidores, porque se presentarĆ­an a la manifestaciĆ³n con una de All Lives Matter.

La inversiĆ³n que se ha dado entre lo que se consideraba progresismo en el siglo XX y lo que se considera ahora es, de hecho, datable en los cĆ³mics del superequipo. Cuando el guionista Matt Fraction, una de las puntas de lanza del wokismo en el cĆ³mic norteamericano, se hizo con las riendas de Uncanny X-Men en 2009, el cambio que dieron los mutantes fue radical. CĆ­clope, ahora el lĆ­der, hace suyas las polĆ­ticas separatistas, funda una naciĆ³n mutante (una naciĆ³n Ć©tnica) y acepta la pĆ©rdida de muertes humanas como un posible daƱo colateral de la secesiĆ³n. Xavier se le opone, y el ahora lĆ­der le responde: Ā«Ā”TĆŗ tenĆ­as un sueƱo! Yo tengo un planĀ». 

El cambio es tan radical que el mismo Fraction es perfectamente consciente de que le estĆ” dando un vuelco a todo, y cuando hace que, en esta isla, Magneto se presenta ante CĆ­clope, el supervillano lo hace para arrodillarse, presentarle sus respetos y jurarle lealtad (Uncanny X-Men #516). Es aquĆ­ cuando Ā«el sueƱo de XavierĀ» muere, porque el falso progresismo woke lo mata. Ya no hay posibilidad de igualdad, ni de tolerancia; solo hay dos bandos enfrentados por su diferencia genĆ©tica.

Volviendo al presente, es posible que los defensores de que conviertan a un personaje en no binario para la nueva serie animada (repetimos, una serie ambientada en 1997) acusen a los demĆ”s de no haber leĆ­do cĆ³mics porque son precisamente ellos los que solo han leĆ­do historias publicadas estos Ćŗltimos aƱos. Seguramente tambiĆ©n hay entre ellos lectores veteranos, pero que no se han dado cuenta de lo que ocurre; son como la rana que se va hirviendo en la olla sin notarlo. 

Pero es que, si hacemos la analogĆ­a de estos nuevos movimientos que surgen y los llevamos a los propios mutantes, ĀæquĆ© pensarĆ­a la Patrulla-X si se presenta ante ellos un humano corriente, pidiendo unirse a ellos porque Ā«se sienteĀ» mutante? ĀæY si otro les dice que no es Ā«ni mutante ni no-mutante, porque esa clasificaciĆ³n es un constructo social y en realidad todo el mundo tiene pequeƱas mutacionesĀ»?

Aquello de que la polĆ­tica es Ā«cabalgar contradiccionesĀ» se convierte en una absoluta odisea cuando se intenta hacer desde el sinsentido woke.

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