El expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se desprendió el pasado 14 de enero de su lujosa vivienda en Aravaca —valorada en 2,1 millones de euros— apenas días después de que la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil mencionara su nombre en un informe sobre presuntas conexiones con Venezuela.
La operación, realizada con un constructor que abonó la totalidad del importe al contado y sin necesidad de hipoteca, ha levantado interrogantes por la rapidez con que se formalizó. El inmueble, de tres plantas y piscina en la azotea, había sido residencia de Zapatero desde 2019.
La venta coincide temporalmente con la aparición del exmandatario en un documento policial que investiga su papel como mediador en operaciones vinculadas al Gobierno de Nicolás Maduro, entre ellas el rescate a la aerolínea Air Europa con fondos venezolanos estimados en 200 millones de dólares.
Desde abril de 2024, Zapatero reside en otro chalet ubicado en la exclusiva zona de Puerta de Hierro, adquirido por unos 500.000 euros y registrado a nombre de su esposa. La vivienda, actualmente en obras, habría sido adquirida también sin financiación bancaria.
Ni el expresidente ni su entorno han ofrecido explicaciones públicas sobre el motivo de la venta acelerada ni sobre el origen de los fondos para su nueva residencia. El episodio alimenta la polémica sobre la opacidad patrimonial de antiguos dirigentes y su relación con regímenes cuestionados en el ámbito internacional.