19 de diciembre de 2025

Vox y Revuelta: del respaldo político a la ruptura

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La crisis que hoy rodea a Revuelta no comienza con los últimos audios difundidos de Pablo Gasca, que han sido el episodio más reciente, sino con un conflicto previo relacionado con la gestión del dinero recaudado para ayudar a las víctimas de la DANA de Valencia y con la relación política sostenida durante meses entre Revuelta y Vox.

Tras la catástrofe provocada por la DANA, Revuelta impulsó una campaña de recaudación de fondos apelando a la solidaridad y a la urgencia humanitaria, pero con el paso del tiempo, comenzaron a surgir dudas internas sobre el destino de parte de ese dinero. Dirigentes y exdirigentes del propio entorno de Revuelta solicitaron explicaciones y acceso a las cuentas con el objetivo de comprobar que los fondos se habían destinado íntegramente a la ayuda anunciada.

Según las denuncias realizadas posteriormente por algunos de esos exdirigentes, las cuentas no fueron facilitadas, lo que abrió una crisis interna de confianza. Así, la falta de explicaciones claras desembocó en una ruptura política y en varias dimisiones, entre ellas la de Arturo Villa y la de otros exdirigentes de Revuelta, que decidieron apartarse ante la ausencia de transparencia en la gestión económica.

En ese contexto comenzaron a difundirse audios internos que arrojaron luz sobre la relación entre Revuelta y Vox. En esas grabaciones se mencionan reuniones y contactos políticos con dirigentes del partido, entre ellos Kiko Méndez-Monasterio, Manuel Mariscal y Jorge Buxadé, según relatan los propios implicados en los audios difundidos públicamente. Estos testimonios apuntan a que Revuelta no operaba como un movimiento completamente independiente, sino que mantenía una coordinación política con el entorno del partido.

Asimismo, en las denuncias públicas se ha señalado que parte de las donaciones destinadas a la DANA se canalizaron a través de una entidad denominada ASOMA. La utilización de esta entidad ha sido cuestionada posteriormente por algunos exdirigentes de Revuelta ante la falta de explicaciones claras sobre el destino final de los fondos, un elemento especialmente sensible dada la naturaleza humanitaria de la recaudación.

En los últimos días, el escándalo ha escalado con la difusión de audios atribuidos a Jorge Buxadé, eurodiputado y uno de los principales dirigentes de Vox. El contenido de esas grabaciones, tal y como han sido presentadas públicamente, apunta a un conocimiento político previo sobre Revuelta, lo que complica el relato posterior de una desvinculación total por parte del partido.

Finalmente, han salido a la luz los audios de Pablo Gasca, que confirman desde dentro la existencia de tensiones internas, la falta de transparencia denunciada y la relación política existente. Tras su difusión, Vox ha optado por marcar distancias y afirmar que no tiene relación con Revuelta, mientras desde la dirección de este último se sostiene que el partido intentó absorber el movimiento juvenil.

Los hechos conocidos (audios difundidos públicamente, denuncias internas y dimisiones) dibujan un escenario difícil de ignorar. Durante meses, Revuelta mantuvo una relación política estrecha con Vox y contó con su respaldo y coordinación. Cuando el proyecto estalla por la gestión del dinero recaudado tras la catástrofe natural de la DANA, comienzan las negaciones y los intentos de distanciamiento por parte del partido Vox, que busca desligarse de lo que hasta hace apenas unos días había sido, de facto, su movimiento juvenil.