La presidenta del Banco Santander, Ana Botín, y dos días después, el consejero delegado del Deutsche Bank, Christian Sewing, se han apresurado esta última semana de noviembre a defender la eliminación de una restricción que les impide cobrar todo cuanto quieran en variables por las operaciones acometidas. Nos estamos refiriendo a los bonus a banqueros y directivos bancarios. En la UE, como norma general y debido a las regulaciones de la Autoridad Bancaria Europea (EBA), los bonus por consecución de objetivos no pueden exceder el 200% de la remuneración fija. Una cantidad a todas luces insuficiente para los banqueros.
Esto cambió a partir del 31 de octubre en Reino Unido, y a raíz de ello diferentes banqueros han tenido a bien hacer declaraciones en prensa deslizando que, mientras más dinero ganen, mejor. «Si esto se hace en la mayor parte del mundo donde se encuentran las principales instituciones financieras, entonces es algo que creo que debemos tener en cuenta y que debemos considerar para seguir siendo competitivos y atraer estos talentos», declaró el CEO de Deutsche Bank, Christian Sewing, que respondía así a las palabras que tuvo días previos con la prensa la presidenta del Banco Santander, Ana Botín: «Es un sector en el que deberías ser recompensado de manera variable».
La UE, de momento, se mantiene reticente en su discurso a aceptar destopar el bonus de los banqueros, pues teniendo en cuenta las desagradables consecuencias de la crisis financiera de 2008, en la cual el control a las entidades bancarias brillaba por su ausencia, la tendencia de la UE ha sido la de pedir a legisladores y reguladores mayor supervisión que en aquellos años de descontrol financiero. Y que terminamos pagando, como siempre, los trabajadores de nuestro bolsillo con numerosos rescates a la banca.
Aquellos banqueros que se muestran a favor de la medida argumentan que al destopar el bonus bajaría la cantidad fija que perciben, por lo que se compensaría, de esta manera, el dinero percibido fijo con el variable. Sin embargo, como apuntan otros expertos en la materia, existe otro escenario en el cual la parte de sueldo fija no reciba ninguna modificación y se cobren los bonus y las variables como ellos mismos decidan. Incluso, a principios del mes de octubre, antes de las peticiones de Ana Botín y Christian Sewing, la UE ya pidió precaución con el pago de estas variables pues se hacen teniendo en cuenta el volumen de la operación pero pocas veces se atiende a los riesgos y posibles pérdidas que pueden conllevar.
De nuevo, nos encontramos en un escenario en el que los banqueros quieren llenarse los bolsillos todo lo que puedan mientras la cosa vaya bien (para ellos, claro está), y que abogan por que el control por parte de las entidades pertinentes sea prácticamente nulo, aunque gocen de amplios márgenes para cobrar lo que se les antoje y la supervisión al mercado financiero sea mínima, actualmente. En sus palabras de motivación e incentivación del mercado financiero sólo esconden su innegable sed de dinero, que nos ha llevado a muchas depresiones económicas; la última la crisis económica de 2008, que generó un gran sufrimiento, no sólo en España sino en todo el mundo, y de cuyos efectos devastadores aún no nos hemos recuperado quince años después.