Les pongo en contexto. Estamos en agosto, son las fiestas de Trillo, pueblo cercano que pertenece a nuestro centro de salud. Las guardias en verano suelen ser horribles. Mucha carga de trabajo y casi nunca de carĆ”cter urgente, una faringitis por aquĆ, un esguince por allĆ”, muchas picaduras de avispas y abejas. Cuando uno ha visto a 40 o 50 pacientes, lo que desea es tener una noche tranquila y poder descansar unas cuantas horas seguidas.
A las dos y a las cuatro de la madrugada han acudido dos bebƩs por tos y mocos. Malditos primerizos.
A las seis vuelve a sonar el timbre. Me levanto rĆ”pido y entro en sala de admisiĆ³n. A travĆ©s de la cĆ”mara veo a una mujer y una chica joven. Pulso el botĆ³n que abre la puerta corredera de cristal y espero sentado mientras avanzan hacia mĆ.
āBuenas noches, ĀæquĆ© puedo hacer por ustedes?
āBuenos dĆas āresponde la mujer. āVengo con mi hija, para que le den una pastilla para la ansiedad.
Miro de arriba a abajo a la chica. Vaqueros negros y camiseta de tirantes, pendientes en ombligo y nariz. LĆnea de ojos larga y gruesa, pelo negro y liso, cortado a media melena. EstĆ” plantada de pie, inmutable, con los brazos cruzados sobre el pecho, ojos vidriosos de haber ingerido alcohol y cara de muy pocos amigos. Calculo su edad, entre 14 y 16 aƱos. Menor de edad seguro.
āĀæAnsiedad? SeƱora, Āæde quĆ© ansiedad me habla?
Comienza la explicaciĆ³n, pero se ve interrumpida por la doctora, que las hace pasar a una consulta. Ya dentro, madre e hija se sientan juntas en una camilla, la doctora frente a ellas, de pie, y yo junto a la puerta, esperando a que empiece el espectĆ”culo.
āĀæCuĆ”l es la urgencia? āpregunta la mĆ©dico.
āPues verĆ”, doctora, es que mi hija acaba de romper con el novio. Me ha llamado su hermano, que estaban los dos en las fiestas de Trillo, avisĆ”ndome de que Paula estaba muy mal, llorando y angustiada porque se ha encontrado con el ex. He ido a recogerla y vengo a que le den algo para la ansiedad.
āĀæHa consumido alcohol u otras drogas? āpregunta la mĆ©dico.
āSĆ³lo he bebido tres cubatas en toda la noche ācontesta la joven.
āSi has consumido alguna otra droga tienes que decĆrmelo antes de que te dĆ© ninguna pastilla āinsiste la mĆ©dico.
āNo es momento de mentir, Paula, dile la verdad a la doctora.
āLa verdad es que nadie te ha pedido ni que vinieras a buscarme ni a traerme aquĆ. Yo querĆa seguir de fiesta con mis amigas, y no, no he consumido ninguna droga.
āMe lo ha pedido tu hermano mayor, que te ha visto llorando. Se preocupa por ti.
āMi hermano mayor, el que iba mucho mĆ”s Ā«pedoĀ» que yo, lo que querĆa es que yo no estuviera por allĆ. A lo mejor deberĆas preocuparte mĆ”s por tu hijo que por mĆ, por el tema drogas y eso. āEsto Ćŗltimo lo dice con maldad, entrecerrando ligeramente los ojos y aguantando la mirada de su madre.
āĀæQuĆ© quieres decir? ĀæQue fuma porros?
āSe hincha a porros, por no aƱadir… ādeja morir las palabras mientras se tapa un orificio de la nariz con un dedo a la vez que hace dos inhalaciones profundas.
āBueno, no hemos venido a hablar aquĆ de su otro hijo āintenta reconducir la conversaciĆ³n la doctora. āEntonces, Āæquieres que te dĆ© algo para la ansiedad?
āYo lo que quiero es volverme con mis amigas.
āDe eso nada, de aquĆ nos vamos a casa ācomienzan a discutir.
Viendo que la funciĆ³n estĆ” a punto de acabar, decido aportar algo y que mi papel no sea el de mero celador que abre y cierra las puertas.
āSi me permiten decir algo āmadre e hija paran de hablar y se giran hacia mĆ āme parece aterradora esta situaciĆ³n. Viene usted āseƱalo a la madre y elevo un poco el tono de voz āa las seis de la maƱana con su hija menor de edad, con evidentes signos de haber estado bebiendo, pidiendo un ansiolĆtico, que evidentemente no lo necesita, porque le ha dejado el novio. ĀæNo les parece absolutamente terrorĆfico la sociedad que estamos creando, en la que la soluciĆ³n para una ruptura amorosa en la adolescencia sea una pastilla? Todo esto mientras no muestra ni una pizca de preocupaciĆ³n, y mucho menos de responsabilidad, por parecerle bien que una menor estĆ© bebiendo cubatas a las seis de la maƱana. De verdad que nos vamos al garete. Tengan ustedes muy buenas noches, yo me voy a la cama, que aĆŗn me quedan 26 horas de guardia.