Law & Order: Special Victims Unit es un spin-off de la mítica serie, uno que se centra exclusivamente en casos de violencia sexual. Pero en un episodio reciente, el segundo de la vigesimoquinta temporada (emitido el veinticinco de enero), trata el tema de la peor forma imaginable, y es que justifica al violador. Y es que, por lo que se ve, pertenecer a una minoría y ser discriminado por ello justifica actos tan atroces.
El susodicho episodio, titulado Truth Embargo, comienza con el atraco a una tienda. Durante el suceso, uno de los asaltantes sorprende a una mujer a solas y la viola. Aquí es cuando entran en acción los protagonistas de la serie, que comienzan a investigar el caso a partir de la declaración de la víctima. Ella asegura que no le vio la cara al agresor, ya que llevaba un pasamontañas, pero los agentes de policía quedan completamente desconcertados cuando ven, en la grabación de una de las cámaras de seguridad, que el hombre se desenmascara ante ella. ¿Qué es lo que ocurre? ¿Por qué miente la mujer? Aquí es donde la ideología woke da una pirueta para justificar monstruosidades que siempre serán injustificables.
Resulta que la víctima está traumatizada porque, siendo pequeña, robó unos chicles con su hermano adoptivo de Camerún. Los pillaron, y mientras que a ella la dejaron libre, su hermano pasó una noche en el cuartel. Así, está muy concienciada sobre la discriminación racial, y no quiere contribuir a ella. La pareja de la víctima también explica a los agentes que las dos son «muy conscientes de las desigualdades estructurales», y por ello temen que el violador no reciba un juicio justo por ser afroamericano. La víctima llega a afirmar que ella es una privilegiada, pues puede pagarse una buena terapia psicológica y probablemente se recuperará algún día del trauma de ser violada, mientras que el violador no podrá recuperarse nunca de su paso por la cárcel.
Por si todo este delirio fuera poco, el violador confiesa justificándose con que durante toda su vida siempre se sintió invisible, y así pensó que por qué no iba a ser distinto en esa situación. Para terminar, el fiscal le echa una mirada de comprensión y le desea suerte. Y así, los protagonistas de la serie, aunque en un principio no dan crédito a lo que está ocurriendo, acaban mostrando cierta comprensión hacia la situación. Una moraleja del episodio que, aunque resulta aterradora, parece buscar que el espectador realice el mismo viaje emocional, hasta así comprender que la discriminación es lo que empuja a delincuentes pertenecientes a minorías étnicas a cometer actos tan abominables como es una violación… y, por tanto, en cierta manera está justificado.