Una joven de 20 años, Kayle Villar Pons, ha sido asesinada esta madrugada en Pamplona por un hombre de nacionalidad marroquí.
Al parecer, el padre de la víctima acogió de forma desinteresada al extranjero en un local de su propiedad al considerar que se encontraba en una situación de desamparo. Sin embargo, desde entonces, el hombre había tenido que denunciar ya varias veces al magrebí por amenazas hacia él y su familia.
Isidro Villar González -así se llama el padre de la mujer asesinada- ha declarado: «El asesinato de mi hija podía haberse evitado. Le denuncié por última vez por allanamiento de morada porque se metió en la bajera con un familiar y cuando fui a decirle que tenía que irse me agredió a mí y a mi pareja. Vino la Policía Nacional, lo sacaron del local y se lo llevaron. Lo debieron llevar ante el juez y luego lo dejaron en libertad».
Isidro acogió al asesino de su hija porque vivía en la calle, pero poco tiempo después este metió en el local a un familiar suyo y a otras personas, que empezaron a causar problemas y molestias. Entonces, Isidro les dijo que tenían que marcharse, empezando así los problemas.
En los días previos al asesinato de Kayle, les amenazó verbalmente de muerte y, desgraciadamente, cumplió sus amenazas. Según relatan testigos de los hechos, el hombre llegó con una actitud muy violenta, rompió la puerta de la bajera y apuñaló repetidamente a la chica con un cuchillo de cocina.
La Policía Local detuvo al asesino y los servicios de emergencia trasladaron rápidamente a la víctima al hospital, donde solo pudieron certificar su muerte.