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Los reyes reformadores de Esparta: Agis IV, Cleómenes III y Nabis

El problema de Esparta estuvo principalmente en la distribución de la propiedad de la tierra y la falta de ciudadanos para formar un ejército fuerte. Los espartiatas que no podían contribuir a las comidas comunales perdían su estatus social y se convertían en hjpomeiones, el empobrecimiento de la ciudadanía fue catastrófico para la polis.

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El problema de Esparta estuvo principalmente en la distribución de la propiedad de la tierra y la falta de ciudadanos para formar un ejército fuerte. Los espartiatas que no podían contribuir a las comidas comunales perdían su estatus social y se convertían en hipomeiones, el empobrecimiento de la ciudadanía fue catastrófico para la polis.

Esparta fue una de las ciudades más importantes de la Antigüedad y ha suscitado mucho interés debido a su curiosa constitución política, obra del mítico legislador Licurgo.

La existencia del autor de la conocida como Gran Retra (retra significaba ley en Esparta) es dudosa, su figura está a medio camino entre el mito y la realidad pero su existencia era asumida por los espartanos y a él le debían el origen de sus sistema político. Los mismos autores antiguos no se ponían de acuerdo en cuando situar  históricamente a Licurgo, el poeta espartano Tirteo no hace mención al respecto, Heródoto lo relaciona con los antiguos reyes del siglo IX A.C, Aristóteles afirma que fue cofundador de los Juegos Olímpicos en el año 776 A.C, y Plutarco nos habla de que existen muchas versiones sobre su vida. Por otra parte, su papel en la creación de la Gran Retra difiere en las fuentes históricas. Para Jenofonte Licurgo fue su autor, otros afirman que simplemente la recogió del Oráculo de Delfos. Fuese su autor o no, la ley fue sancionada por el dios Apolo, dotándola de un carácter sagrado e inalterable.

El sistema político espartano estaba compuesto por dos reyes, es decir una diarquía de dos dinastías diferentes: Agíadas y Europóntidas. Sus funciones serían religiosas y militares, comandando los ejércitos en las campañas militares, además ocupaban un asiento en el Consejo de Ancianos, la Gerusia donde tenían voz y voto. 

La Gerousia estaba compuesta por 28 ancianos mayores de 60 años, con los dos reyes eran un total de 30 miembros, su existencia es anterior a la constitución espartana. El cargo era vitalicio y el poder de este consejo era enorme. Su función era probouléutica, es decir, organizaba el orden del día y lo que se debía decidir en la Asamblea, podía también anular las decisiones de esta. Era a su vez el más alto tribunal de justicia pudiendo juzgar junto a los éforos incluso a los reyes. Sus miembros eran elegidos por la Asamblea ciudadana por aclamación, en función del nivel del griterío. 

La asamblea de los ciudadanos espartanos era la Apella, o como seguramente la llamarían los espartanos Ekklesia. Estaba compuesta por todos los hombres mayores de 30 años, los denominados espartiatas o homoioi (los iguales). La Ekklesia elegía a los miembros de la Gerousia y a los éforos, y aceptaban o rechazaban las propuestas del Consejo de Ancianos.

El eforado era una magistratura compuesta por 5 miembros elegidos anualmente por la asamblea y no se podía repetir en el cargo, éforo significa supervisor. Esta magistratura fue creada por Licurgo según Jenofonte, Platón y Herodoto, pero Aristóteles afirmaba que era creación del rey Teopompo de manera más tardía. Cumplían deberes religiosos y eran un contrapoder de los reyes, presidían la asamblea, juzgaban delitos, recibían embajadores y reclutaban el ejército, pero su principal cometido era la supervisión del cumplimiento de las leyes.

Los ciudadanos de pleno derecho se situaban en la cúspide de la jerarquía, eran los espartiatas, también llamados homoioi (los iguales), que debían contribuir en el mantenimiento de las comidas comunales (syssitía) y eran educados por el estado la denominada, la agogé, la educación espartana que los preparaba para la guerra, única función posible para un espartano junto con el gobierno de su ciudad. Poseían el dominio sobre la tierra, según Plutarco (tomando la idea de Polibio) Licurgo había repartido la tierra en lotes iguales a los ciudadanos, pero los estudios más recientes rechazan esta idea. Aristóteles nos dice que la tierra no se podía comprar ni vender, pero que se podía legar o donar.

La tierra era trabajada por una clase servil: los ilotas. Estos eran asignados a lotes de tierra y los trabajaban debiendo pagar un canon prefijado al espartiata dueño de la tierra. El ilota no era un esclavo y podía acumular riqueza, pero estaba fijado a la tierra y su condición era servil. El otro grupo social eran los periecos, eran de condición libre, pero no eran ciudadanos, se dedicaban principalmente a la artesanía  y vivían en comunidades propias. 

Esparta alcanzó la hegemonía en la Hélade tras vencer a Atenas en la Guerra del Peloponeso (431-404 A.C). Sin embargo tras la derrota ante Tebas en la batalla de Leuctra (371 A.C) la polis entró en decadencia. 

El problema de Esparta estuvo principalmente en la distribución de la propiedad de la tierra y la falta de ciudadanos para formar un ejército fuerte. Los espartiatas que no podían contribuir a las comidas comunales perdían su estatus social y se convertían en hipomeiones, el empobrecimiento de la ciudadanía fue catastrófico para la polis. La pérdida de ciudadanos tuvo su origen en las derrotas militares, pero más aún en la acumulación de la tierra en pocas manos. Con el tiempo se fue formando una clase oligárquica poderosa que controlaba la mayoría de las tierras, y una amplia clase ciudadana empobrecida y endeudada. Había que remediar los males de la ciudad, lograr revertir la pobreza y el endeudamiento y dotarse de un ejército potente capaz de hacer frente a las amenazas externas. 

En el año 244 A.C llegó al trono el rey Agis IV. Emprendió una serie de reformas para remediar los males de Esparta, se trató de una revolución desde arriba, planteada como una vuelta a la antigua ley de Licurgo. Quiso desterrar el lujo y la ostentación, como rey llevó un modo de vida austero, haciendo gala del sobrio ideal espartano. 

Presentó ante la Gerousia sus propuestas que según Plutarco consistieron en: la condonación de deudas, la repartición de las tierras y la asignación de parte de las tierras a los periecos que pudiesen costearse el equipo militar, ampliando el cuerpo cívico también con ellos. La juventud apoyó al rey, en cambio el sector terrateniente dominante en el Consejo de Ancianos rechazó sus propuestas, y se apoyó en el otro rey Leónidas II. En reacción Agis IV y su socio el éforo Lisandro por medio de una antigua ley que impedía a los espartanos casarse con extranjeras forzaron a  Leónidas II a partir al exilio, siendo sustituido por Cleombroto. El rey tuvo vía libre para aplicar sus reformas y se perdonaron las deudas. Llegados a este punto el partido terrateniente vio amenazada su oposición así que llamó del exilio a Leónidas II. Cleombroto huyó a la llegada del antiguo rey y Agis IV se refugió en el templo de Atenea Calcieco, atrapado finalmente fue juzgado y ejecutado. 

Leónidas II gobernó en solitario y casó a su hijo Cleómenes con la viuda de Agis IV, Agiatis. El rey murió en el 235 A.C y lo sucedió su hijo como Cleómenes III. Se dice que fue la influencia de Agiatis y del filósofo estoico Esfero de Borístenes los que le animaron a reemprender las reformas. El hecho de poder competir con las grandes ligas griegas y los reinos helenísticos también habría sido un fuerte estímulo para hacer resurgir las reformas de su predecesor en Esparta.

Cleómenes III emprendió una campaña militar contra la rival Liga Aquea, alcanzando la victoria en la batalla de Ladocea. Vencido el enemigo externo volvió a Esparta para retomar la senda política de Agis IV por la fuerza. Mató a los éforos y suprimió la magistratura alegando que no había sido instaurada por Licurgo y redujo el poder de la Gerousia, debilitando a los opositores a las reformas. Para conservar la diarquía nombró a su hermano Epíclidas rey. El nuevo rey como hiciera Agis IV llevó una vida austera. 

Volvió a cancelar las deudas, se repartió las tierras, dando acceso a ellas a muchos periecos, y retomó la tradicional educación espartana y las comidas comunales pues ambas costumbres se habían degradado con el tiempo. En el plano militar adoptó la panoplia macedonia mejor que el típico equipo obsoleto espartano, adoptando la larga lanza llamada sarisa. 

Las reformas le atrajeron la simpatía de las clases desposeídas de las otras ciudades. Sin embargo Cleómenes III no tenía intención de exportar su política. Llegó a liberar los ilotas que pudiesen pagar 500 dracmas e incorporarlos al ejército en su pugna contra sus enemigos. Finalmente y a pesar de lograr importantes victorias militares, fue derrotado por la Liga Aquea y por el Reino de Macedonia en la batalla de Selasia. Epíclidas murió y Cleómenes III se exilió en Egipto donde murió.

El último intento de reforma vino con el ascenso al trono de Nabis en el año 207 A.C. probablemente un miembro de una rama colateral de la dinastía de los Euripóntidas. Este nuevo soberano no se va a inspirar tanto en el legislador Licurgo, más bien intenta adaptar Esparta a la realidad del Periodo Helenístico, en el que predominan los reinos de los sucesores de Alejandro Magno y las Ligas (federaciones). Imita el estilo de los gobernantes helenísticos. Retomo el reparto de tierras y liberó a un gran número de ilotas, permitiendo engrosar el número de ciudadanos y por tanto del ejército. Se dedicó a fortificar Esparta, creó una flota y contrató mercenarios para la defensa de su territorio. 

La gran diferencia con su predecesor fue que Nabis sí que exportó sus medidas revolucionarias a otros lugares, en concreto en Argos. Sin embargo, a pesar de éxitos militares, fue derrotado por los aqueos y por Roma. Nabis fue asesinado por sus supuestos aliados de la Liga Etolia. El pueblo sintió gran afecto por su rey y no hay evidencias de que dejasen de apoyarlo en ningún momento. 

Finaliza así la historia de la Esparta independiente, tras los reinados de varios soberanos que vieron los problemas estructurales y quisieron solucionarlos con grandes reformas. Las grandes potencias y la Liga Aquea recelosa de la propiedad  hicieron desaparecer a Esparta como actor político en la historia. 

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