El pasado 30 de diciembre, un agente de la Brigada Móvil de la Policía Nacional escapó de la muerte en el Metro de Madrid gracias al seguro de su arma y a la rápida intervención de su compañero.
El incidente ocurrió en la estación de Gran Vía. El binomio policial seguía a dos sospechosos desde la estación del Arte (Atocha), observando cómo los sujetos maniobraban para intentar robar a los pasajeros al descuido.
Ya en la estación de Gran Vía, fuera de los vagones del suburbano, los agentes les dieron el alto y les pidieron que se identificaran. Entonces, uno de los sospechosos tiró una tarjeta de crédito, presuntamente robada, mientras el otro comenzó a mostrar una actitud violenta, lo que permitió que el primero huyera corriendo.
Uno de los policías trató de alcanzarlo y, en ese momento de desconcierto, el otro delincuente consiguió arrebatarle el arma reglamentaria al policía que se había quedado con él. El delincuente apuntó al agente y apretó varias veces el gatillo, pero gracias al seguro, la pistola no disparó.
El compañero, al darse cuenta del peligro, volvió sobre sus pasos, logrando entre los dos reducir al individuo y recuperar el arma. Durante el registro posterior, encontraron varios teléfonos móviles y tarjetas bancarias robados.
Los agentes recibieron atención médica por heridas leves sufridas durante el incidente. Los ladrones han sido identificados como miembros de uno de los clanes de carteristas que operan en el Metro de Madrid.