Tras golpes de estado en Mali ( 24-5-21), Burkina Faso (30-9-22) y Níger (26-7-24) se inició una crisis regional entre estos países y la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO).
Las principales causas de estos golpes de estado han sido el grave problema de seguridad frente a los continuos ataques de los yihadistas y otros grupos armados secesionistas y criminales, la falta de soberanía nacional, la falta de desarrollo económico y la corrupción de los gobiernos anteriores. Estos tres países del Sahel avanzaron hacia una cooperación internacional alternativa a la CEDEAO, que suspendió su membresía, tras la crisis producida por el golpe de estado en Níger y las posteriores sanciones de la CEDEAO y la Unión Europea al país, llegándose a barajar una intervención militar, solo desechada por la falta de consenso en los países miembros. La alternativa se materializó en la creación de la Alianza de Estados del Sahel (AES) el 16-9-23.
Los principales artículos de la carta de fundación de la AES resumen las principales preocupaciones de la nueva alianza:
- Art. 2 – Establecimiento de una arquitectura de defensa colectiva y de asistencia mutua.
- Art. 4 – Compromiso a combatir el terrorismo en todas sus formas y la delincuencia organizada.
- Art. 5 – Prevención, gestión y solución de cualquier rebelión armada u otra amenaza que afecte a la integridad del territorio y la soberanía.
- Art. 6 – Cualquier ataque a la soberanía o la integridad territorial de una o más de las partes será considerada como una agresión contra las otras y comprometerá un deber de asistencia incluido el uso de la fuerza militar.
- Art. 11 – La Carta está abierta a cualquier otro Estado que comparta las mismas realidades geográficas, políticas y socioculturales que acepte los objetivos de la Alianza. La solicitud de membresía es aceptada por unanimidad de los miembros.
El 6 de julio la AES dio un paso más en la cooperación entre sus miembros con la creación de la Confederación de Estados del Sahel tras la reunión de los tres líderes de las juntas gobernantes en la capital de Níger, Niamey.
La idea estaba planteada desde diciembre del año pasado, desde entonces se han ido afianzando los vínculos entre los tres países. En marzo se creó una fuerza militar conjunta para combatir el yihadismo y se realizaron ejercicios conjuntos, en los que también participaron Togo y Chad. Se creó un banco común de inversiones y un fondo de estabilización. Se establece la libre circulación de bienes y personas entre los países miembros. Aunque no se planea en la carta fundacional se plantea para largo plazo abandonar el Franco CFA, moneda heredera del colonialismo que constituye un elemento de dominio por parte de Francia.
Se subrayó la necesidad de una diplomacia coordinada. Durante el primer año se acordó que la presidencia de la confederación recayó en el coronel Aisimi Goita, actual líder de Mali.
Fue en enero cuando se anunció por parte de las juntas militares golpistas su voluntad de abandonar la CEDEAO, tras su suspensión de la misma, las sanciones y la amenaza de intervención militar. El texto fundacional de la confederación señala a la CEDEAO como responsable del socavamiento de la unidad entre los países miembros, de la misma manera se denuncia a este organismo supranacional como servil a Francia y EE.UU.
La creación de la confederación el 6 de julio consumó la ruptura con la CEDEAO, a la que se le reclaman las sanciones impuestas por el impacto nocivo que han sufrido estos países.
Hemos visto la creación de esta nueva asociación alternativa, pero ¿Que es la CEDEAO? ¿En qué difiere de la AES y la nueva Confederación?
La CEDEAO nació en 1975 con la firma del Tratado de Lagos (Nigeria) con el objetivo de fomentar la cooperación económica y la integración de África Occidental. Los objetivos son el desarrollo económico y la estabilidad en la región, a través de la liberalización del comercio, la armonización de las políticas económicas, promoción de la cooperación en agricultura, infraestructuras, energía, y la gestión de crisis políticas en la región.
La CEDEAO estaba conformada por 15 países: Níger, Mali, Senegal, Guinea, Guinea-Bissau, Sierra Leona, Nigeria, Benín, Togo, Ghana, Costa de Marfil, Liberia, Gambia, Burkina Faso y Cabo Verde. El 29 de enero Mali, Burkina Faso y Níger anunciaron su salida de la organización, cuya membresía estaba suspendida. Se acusa, como hemos dicho a la CEDEAO, de ser un organismo subordinado a los intereses de Francia y EE.UU, que han retirado recientemente sus tropas y bases de los países de la nueva alianza. Sin embargo, la existencia de bases militares en los países vecinos sigue siendo una realidad, como es el caso de las bases francesas en Benin y que son fuente de conflicto por las acusaciones de Níger a su país vecino como una base para la desestabilización del nuevo régimen.
El alejamiento de Francia y EE.UU ha tenido como efecto un mayor acercamiento a Rusia, China y a otros países como Irán o Turquía. Con este escenario se prevé un enfrentamiento regional donde las grandes potencias están involucradas con el bloque de la OTAN por un lado apoyando a la CEDEAO, y Rusia principalmente apoyando a la nueva confederación salida de la AES. Este enfrentamiento se puede ver en varios aspectos.
En primer lugar el militar, con Rusia como mayor socio, y que ya tiene tropas estacionadas en la zona, que a diferencia de las misiones militares de EE.UU y la Unión Europea garantizan la seguridad de los nuevos gobiernos y dirigen operaciones de combate junto a las fuerzas armadas, al menos en el caso de Mali. Cabe destacar también la compra de armamento y drones Bayraktar TB2 a Turquía y de vehículos blindados a China.
En segundo lugar, en el plano económico, con acuerdos importantes como el alcanzado en Mali con la empresa estatal rusa Rosatom para la construcción de una pequeña central nuclear. El proyecto ruso de dar salida al mar a los países del Sahel a través de una línea de ferrocarril a través de Guinea-Bissau. Con la construcción y gestión del oleoducto que va de Níger al mar, pasando por Benin, por la empresa estatal china National Petroleum Corporation (CNPC) que da salida al petróleo nigerino sin salida al mar, y que recientemente ha sido objeto de tensión entre Níger y Benin en el marco del conflicto regional, posteriormente resuelto pacíficamente por la mediación de China. También está sobre la mesa la retirada de muchos permisos de explotación minera en manos de multinacionales extranjeras, como en Burkina Faso que se revisará el código de minería.
La CEDEAO ha mostrado dureza ante los golpes de estado en el Sahel mientras ha mostrado indulgencia con otros regímenes no precisamente democráticos como Mauritania donde la esclavitud sigue campando a sus anchas y donde existe la represión de los opositores, o de Guinea-Bissau que es de facto un narcoestado desde donde fluyen toneladas de drogas que vía Sahel acaban en Europa para ser consumidas.
Sin embargo es cierto que existen intentos de reconciliación, destacando los del gobierno senegalés, cercano en muchas cuestiones a los postulados de la Confederación pero bajo un gobierno civil y democrático.
Urge ponerse de acuerdo para frenar al avance del islamismo que cada vez va más allá del Sahel, afectando a países como Togo o Benin y mostrarse inransignetes ante políticas que favorecen la expansión del islamismo pues es bien sabido que países como Mauritania sirven de refugio para los yihadistas a cambio de no atentar en el país, al igual que sucediera en el anterior gobierno nigerino de Mohamed Bazoum, o del gobierno burkinés de Campaoré.
Víctor Cañas