miércoles, marzo 12, 2025

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Las consecuencias de la salida de Estados Unidos de la OMS

Se desató la polémica tras el anuncio de la nueva administración estadounidense de su intención de abandonar la Organización Mundial de la Salud, de la cual formaba parte desde 1948

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Aunque compartimos una innegable raigambre común europea e ilustrada, a los pobladores del Viejo Mundo siempre nos ha sorprendido la privatización exacerbada del sector sanitario al otro lado del charco. Y es que incluso para la cuna del liberalismo político y económico, instaurar como principio básico del sistema de salud de un país la máxima el «sálvese quien tenga dinero» resulta bastante chocante.

En este contexto se desarrolla la reciente polémica desatada a raíz del anuncio de la nueva administración estadounidense de su intención de abandonar la Organización Mundial de la Salud, de la cual formaba parte desde 1948. A modo de curiosidad previo a sumergirnos en la cuestión, la Unión Soviética fue el primer estado en abandonarla en 1949, aunque con posterioridad en 1956 volvió a ingresar en la misma, cuando Kruschev y su camarilla ya habían consagrado su golpe de Estado y se impuso la «coexistencia pacífica».

En la declaración institucional se ha señalado como motivos de la salida del organismo la «mala gestión de la pandemia de COVID-19 por parte de la OMS… su incapacidad para adoptar reformas urgentemente necesarias y su incapacidad para demostrar independencia de la inapropiada influencia política de los estados miembros de la OMS». Vemos así como las cuestiones principales que han derivado en esta medida ha sido la transparencia y la credibilidad de la OMS. Especialmente resulta crítico lo relacionado con la gestión de las enfermedades víricas y pandemias, representados en los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.

De esta forma se señaló especialmente la gestión a raíz de la Covid y consecuentemente la relación de la organización con China. Recordemos que la OMS indicó que el virus no era aéreo y no recomendó el uso de mascarillas. A esto se le suman los casos de abusos sexuales en el Congo en relación al combate contra el ébola, una situación menos mediática pero más sangrante que lo relacionado con el coronavirus.

Además tampoco se puede decir que la OMS sea una organización filantrópica sin ánimo de lucro, ya que varios empleados de la misma han señalado de forma tangencial, y a modo de cierto chantaje, que la salida de Estados Unidos lo privaría del acceso de las bases de datos de enfermedades infecciosas nuevas y existentes. Desde luego la codiciosa apropiación de estos necesarios datos no muestran demasiada sintonía con la supuesta declaración de servir de forma desinteresada a la salud pública mundial.

Pero sobre el ámbito que más afectaría a la OMS de confirmarse la salida yankee sería el financiero, ya que se estima que esto supondría la pérdida de casi el 20 % de su presupuesto total.

Pasando a las consecuencias prácticas de esta medida y su utilidad, por un lado se esgrime que esto podría debilitar en general la respuesta médica a nivel mundial, y con mayor énfasis en el territorio norteamericano. Pero también es cierto que esta medida permite tomar medidas soberanas en cuanto a la gestión de cuestiones de salud pública. Y es quep no podemos obviar el contexto internacional de declive occidental, siendo esto lo que posibilitó a China atacarlo sanitariamente, si es que aceptamos esta tesis con relación al origen del Coronavirus. Por otro lado a nivel retórico la OMS ha distado de ser guiada por una asepsia ideológica, siendo imbuida por completo del ideario posmoderno -«woke» en jerga coloquial-: la recomendación de evitar el consumo de carne roja, la de la sobre-medicación como único principio guía, el monotema de ligar todo lo negativo con el histerismo climático, la disociación del sexo y el género, asumiendo así un transgenerismo declarado… En otro plano esta medida también evita la influencia del gran lobby farmacéutico, y supone un punto y a parte para la reconstrucción de una agencia de salud que no esté tan lastrada por la burocratización y la corrupción como lo es la agencia de la ONU.

Sin embargo, como en el campo comercial arancelario, esta medida podría ser un efecto simbólico para forzar un reforma interna dentro de la OMS y contraponer la influencia china o anti-occidental. Recordemos que a pesar del nombramiento del exdemócrata Kennedy, el sector republicano también tiene una fuerte relación con el sector farmacéutico, aunque es cierto que con respecto a los demócratas, ellos quieren evitar que los excesos del mismo perjudiquen a la población estadounidense, dándoles bastante igual lo que le ocurra al resto del mundo.

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