La pobreza y el desempleo han emergido como los principales desafíos para el gobierno de Javier Milei, según encuestas recientes. Un estudio realizado por la consultora Opina Argentina, con 2.591 participantes en junio, revela que el 37% de los encuestados considera la desocupación como el problema más acuciante, superando a la inflación, que preocupó al 29%. Este aumento de ocho puntos porcentuales en la preocupación por el desempleo es particularmente notorio entre los adultos mayores.
Estos resultados están en sintonía con otras encuestas. La consultora Trespuntozero encontró que el 30,5% de los encuestados considera la pobreza como el mayor problema, seguido de la inflación con el 26,8%. Por su parte, la consultora Opinaia reportó que el 61% de sus encuestados ve la pobreza como el principal desafío. En mayo, un sondeo de la Universidad de San Andrés indicó que el 36% de los participantes mencionó los bajos salarios como el principal problema, seguido de la pobreza con el 35%.
Los datos oficiales confirman este panorama desolador. Según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), el 41,7% de la población estaba bajo la línea de pobreza a finales del año pasado, y el 11,9% en situación de indigencia. La Universidad Católica Argentina estima que estos índices han aumentado, alcanzando un 54,6% de pobreza y un 19,8% de indigencia en el primer trimestre de 2024, tras la devaluación y el incremento inflacionario que siguieron a la asunción de Milei.
La recesión económica también ha sido severa. En el primer trimestre de 2024, el Producto Bruto Interno de Argentina cayó un 5,1% interanual, mientras que la inversión disminuyó un 23,4% respecto al mismo periodo del año anterior. Esta contracción ha afectado drásticamente al empleo, con la tasa de desocupación aumentando del 5,4% al 7,7% desde la llegada de Milei al poder.
Además, el poder adquisitivo de los salarios y jubilaciones ha sufrido una significativa disminución. El salario mínimo actual es de 234.315 pesos (aproximadamente 256 dólares), reflejando una caída real del 30% respecto al año anterior. La jubilación mínima es de 285.622 pesos (unos 312 dólares), con una baja real del 12%. Estos ingresos son insuficientes para cubrir la canasta básica, valorada en 275.518 pesos, o la canasta alimentaria, que define la línea de indigencia, fijada en 125.235 pesos.
El mercado laboral ha perdido 130.000 puestos de trabajo registrado desde diciembre, según Sebastián Etchemendy, profesor de la Universidad Torcuato Di Tella. El ajuste fiscal del gobierno afecta también a los jubilados, reduciendo su poder adquisitivo. A pesar de estas medidas, la inflación sigue siendo alta, proyectándose en un 60% anual.
La desigualdad se ha profundizado, con el 10% más rico de la población concentrando el 35,4% de los ingresos totales, mientras que el 40% más pobre apenas alcanza el 13,4%. Adriana Clemente, profesora de la Universidad de Buenos Aires, alerta sobre la creciente indigencia en Buenos Aires, donde el 15,3% de la población es indigente. Este deterioro social amenaza con volverse endémico, afectando la educación, la salud y aumentando la violencia y el narcotráfico.