Érase una vez un proyecto de ayuda humanitaria en que los más necesitados recibían una manta, comida y cobijo temporal hasta ver solucionado su horizonte más cercano en el tiempo. Un día, esa ONG llamada Cruz Roja logró recibir financiación del gobierno y lo que al principio se destinaba en su mayoría a ayudar… en fin. Nada nuevo. Ocurre con los sindicatos dependientes del gobierno y ocurre también con Cruz Roja. Si entran recursos económicos, se puede ir configurando un organismo de magnitudes mastodónticas, que como en el cuento de Caperucita Roja, esta Cruz vestida de abuelita, va devorando como el lobo que es, recursos de todos para invertir el flujo del dinero de los más necesitados, a la estructura de personal de la organización. Todo esto, sin justificar muchas de las partidas que reciben, tal y como podemos extraer de las tablas de subvenciones recibidas. Ellos mismos publican estas tablas. Por poner un ejemplo, de las dieciséis páginas leídas, en una de ellas figuran 64 partidas con entidades concedentes tan diversas como la Junta de Andalucía o las Diputaciones de Córdoba o Cáceres. Figuran importes justificados en sólo cuatro de esas sesenta y cuatro partidas, algunas de las cuales superan los 900.000€ (sin justificar ni un euro de esta en particular). Y con nombres tan peculiares como «Y tú ¿qué decides?». Con 74.609,53€ (sin justificar ni un céntimo, claro) o presupuestos tan redondos como los 300.000€ de «Mali 2023» concedido por la Popular, Junta de Andalucía.
Y como lo mejor es siempre basarse en datos y no en enfados personales o colectivos o en intereses de partido, hagamos números. De 2017 a 2022, Cruz Roja ha recibido del Estado (pero que son los bolsillos de trabajadores y PYMES en su mayoría): 1.500.000.000€. Lo preocupante es que en 2022 fueron 438.000.000€ y en 2023 fueron 514.000.000€. La suma de 2022 y 2023 ha sido 952.000.000€. Casi dos tercios de lo recibido en 6 años se ha recibido en el último tercio (dos años). Es decir, cada vez más. Muchísimo más. Y si fuera para ayudar, todavía, pero casi todo va para gastos de personal (97% en 2022 y 92% en 2023) siendo 427M€ en 2022 y 475M€ en 2023. Y ya con lo que sobra, ayudan. Asumamos la realidad: cuantos más desastres humanitarios haya, más dinero recibirá Cruz Roja. Nada mejor que los efectos llamada, porque cuanto peor sea el escenario «humanitario», más dinero recibirán para seguir destinando por encima del 90% a su personal. Como dijo Nayib Bukele hace poco, un país en paz no le resulta rentable a las ONG humanitarias.
Y si tu negocio depende de la manipulación, no hay mejor estrategia que pintar de suave lo descarado. Desde Cruz Roja, en referencia al reparto de inmigrantes irregulares en vuelos de Canarias a la España peninsular, dicen: «desde luego nosotros no conseguimos ese número de plazas. No sé si han viajado por su cuenta…» ¡Por todos los santos! De poder viajar por su cuenta estos hombres, lo habrían hecho pagando 100€ o 200€ por un billete regular desde sus países de origen en lugar de los 1000€ o 2000€ que pagan a las mafias por su viaje en cayuco. Pero claro, viajando en barco de manera irregular no se les comprueban los antecedentes y no tiene posibilidad de entrar como indocumentados, con todo lo que eso implica en la solicitud de ayudas económicas que reciben. Cuanto peor, mejor. Y, ¿saben ustedes sobre qué dicen en Cruz Roja no tener información al respecto tampoco? Sobre los vuelos procedentes de Canarias llenos de inmigrantes irregulares. Pero claro, también hay datos en las propias webs del ministerio público. En 2024 se recibieron 650.000€ sólo para dos vuelos semanales del 1 de junio al 18 del mismo mes y de siete vuelos semanales desde el 19 de junio al 31 de julio del 2024. En resumen, suponiendo que llenaran el avión de inmigrantes irregulares (viajan en Boeing 737 o similares con unas 180 plazas) que obviamente no se pagan el vuelo tal y como insinúan desde Cruz Roja. Vamos, que encima las aerolíneas como Air Europa hacen caja del modelo migratorio.
Lo prioritario es el interés común del país, de los ciudadanos. Hay que ayudar, por supuesto. Pero no hay que caer en la trampa de creer que todo aquel que viene, viene de manera inocente y huyendo. Hay mucho más detrás, y no debemos ser quienes paguen la fiesta de las mafias de tráfico de personas, de países que quieren deshacerse de sus criminales; de organizaciones que hacen poco como ha ocurrido en Valencia en el caso de la Dana o incluso de intenciones fundamentalistas por parte de países musulmanes de diseminar por el mundo una cultura incompatible con lo que nuestros abuelos nos han dado en herencia. Cruz Roja en este caso, malgasta en su personal cientos de millones de nuestro dinero. Hay que ayudarles. Pero en sus países de origen. Hay que dejarles venir, pero legalmente y sin enriquecer a las mafias, comprobando su identidad, antecedentes e intenciones reales. Hay que dejar que nos aporten, pero asimilándose a una cultura que deben aprender y respetar. La nuestra. Y no al revés. Y en esto Cruz Roja, mira a otro lado mientras siguen recibiendo como ha ocurrido desde 2017, unos 2.200.000.000€ de tu dinero. Cruz Roja: tú donas 10. Se quedan 9. La sociedad asume consecuencias. Ellos ganan. Tú pierdes.