La Guardia Civil ha detenido a catorce personas entre las provincias de Murcia, Almería y Jaén investigados por una supuesta trama de irregularidades en la identificación y repatriación de cadáveres de inmigrantes norteafricanos fallecidos en el mar. Los detenidos están acusados de formar parte de un grupo criminal dedicado a la obtención ilícita de contratos para la repatriación de los cuerpos. Además, se han registrado 13 domicilios, donde se han incautado casi 70.000 euros en efectivo, vehículos y documentación.
Al parecer, esta red criminal llevaría años lucrándose a costa de los familiares residentes en Marruecos y Argelia de personas desaparecidas o fallecidas en el mar cuando intentaban alcanzar las costas españolas a bordo de una patera.
Según informa la Guardia Civil en una nota de prensa, el engaño empezaba a través de las redes sociales, con perfiles falsos, desde donde los acusados contactaban con los familiares de los fallecidos ofreciéndoles información falsa sobre el paradero de sus allegados a cambio de dinero. Después, les pedían datos personales para realizar una búsqueda falsa de estas personas, les acompañaban a interponer la denuncia, gestionaban tomas de ADN para la identificación del cuerpo y servicios de traducción, exigiendo para ello un pago previo.
Para conseguir cierta información, se valían de la colaboración e implicación de empleados de algunas instituciones públicas relacionadas con el proceso de identificación de cadáveres.
Los agentes iniciaron esta operación cuando tuvieron conocimiento de varias de las fotografías de los cuerpos que la red tenía en sus manos con el fin de asegurarse de que las familias firmaran autorizaciones que otorgaran de manera exclusiva los contratos a las funerarias implicadas en la trama.
Gracias a la investigación, se logró identificar, entre otros, al cabecilla del grupo, un individuo de origen marroquí. Este individuo, que también se encargaba de gestionar los pagos a los intervinientes y facilitadores de información, se valía de sus relaciones entre las comunidades magrebíes de las ciudades españolas para que las familias confiaran en su palabra al decirles que no había otro modo de repatriar los cadáveres de sus difuntos. De esta manera, fue acumulando una gran cantidad de contactos entre empresas funerarias y entidades relacionadas con las identificaciones y repatriaciones de cadáveres.