Con las primarias de los dos principales partidos estadounidenses prácticamente sentenciadas, la recta final de dicho proceso se enfoca en la propaganda de cara a las elecciones presidenciales. Desde la decisión del Tribunal Supremo de anular la decisión sobre el caso Roe vs. Wade, que protegía el derecho al aborto a un nivel federal, los diferentes estados pueden aplicar las leyes que crean convenientes con relación al aborto. Esto genera una gran diferencia regulatoria entre los diferentes estados y provoca, en algunos casos, que las mujeres que desean abortar se trasladen a México para hacerlo.
La anulación de la protección del aborto a nivel federal abrió un nuevo campo en el debate político que tanto republicanos como demócratas intentan utilizar para alcanzar la presidencia de la nación. El sistema electoral estadounidense, por el que el candidato más votado de cada estado se hace con todos los votos de dicho estado, permite a los partidos centrar sus esfuerzos en aquellos estados en disputa, donde una buena campaña política puede decantar la balanza hacia su candidato.
A nivel de partido el aborto es tratado de una forma diferente, atendiendo a la realidad del electorado mayoritario demócrata y republicano. En el caso del Partido Demócrata la opinión mayoritaria de sus miembros es la de reducir las restricciones al aborto, haciendo de ello uno de los caballos de batalla para volver a hacerse con la presidencia. Con un electorado que mayoritariamente apoya el aborto, la intención del Partido Demócrata es captar los votos de aquellos simpatizantes republicanos para quienes la ampliación del derecho al aborto sea algo importante. Es por ello por lo que, desde hace unos meses, los medios de comunicación más afines al Partido Demócrata han avivado el debate, intentando convertirlo en un eje central de la campaña.
La pelota está en el tejado del Partido Republicano, al ser un partido mucho más diverso que el Partido Demócrata en esta cuestión. Entre sus votantes se encuentran desde los protestantes del Cinturón de la Biblia (en los estados sureños), para quienes la limitación del aborto es algo muy importante, hasta liberales no necesariamente religiosos que ven en el Partido Republicano un partido menos intervencionista pero que desean que el aborto esté menos limitado en el país. Por ello la gestión del aborto por parte del Partido Republicano es muy delicada. Una exaltación de la prohibición del aborto puede generar la simpatía de ciertos estados sureños o del medio-oeste, pero al mismo tiempo puede decantar la balanza hacia el lado demócrata en los llamados Swing state. Estos estados suelen estar en disputa durante las citas electorales, como Pensilvania, Wisconsin o Michigan, sumando 46 votos al colegio electoral entre los tres, y siendo considerados clave para una posible victoria de cualquiera de los candidatos.
Según las encuestas en Estados Unidos, los estados más favorables al aborto son aquellos situados en la costa oeste y los estados del noreste, regiones afines a los demócratas con la salvedad del estado de Pensilvania (5º con más votos electorales). Por otro lado, las regiones con mayor número de habitantes favorables a imponer limitaciones al aborto son principalmente el sur del país y el medio-oeste. En este caso es el sur la región fuerte para el Partido Republicano salvo el estado de Georgia, siendo más indecisa la parte del medio-oeste.
Cabe preguntarse si el aborto es realmente un elemento clave en las elecciones del 2024. En las elecciones de medio mandato de 2022, con la eliminación de la protección al aborto a nivel federal muy reciente, el aborto marcó de forma importante la campaña electoral. Pero dos años más tarde, con una menor fuerza en los medios, parece que la cuestión no es tan determinante.
Según una encuesta de Pew Research Center elaborada en enero de 2024, las principales preocupaciones de los estadounidenses son principalmente económicas, con casi un 75% de los encuestados afirmando que la prioridad del nuevo gobierno debe ser fortalecer la economía y controlar la inflación. Las encuestas que muestran una mayor concienciación con la cuestión del aborto, como la encuesta de KFF, afirman que alrededor de un 12% de los votantes la consideran esencial para decidir su voto. En las elecciones de medio mandato la cifra era del 25%, por lo que se ha producido una gran caída en la importancia que el elector estadounidense otorga a esta cuestión.
El Partido Demócrata considera sólidas sus propuestas, y lo refleja convirtiendo el aborto en uno de los ejes de su campaña, intentado presionar a su favor en los Swing States del medio-oeste para conseguir con la victoria electoral. Por su parte, el Partido Republicano intenta esquivar un poco más el tema en ciertos estados, centrando la campaña en el aspecto económico. Lo que está claro es que la importancia que tuvo la cuestión del aborto en el mediocre desempeño republicano en las elecciones de medio mandato no se repetirá esta vez en las elecciones presidenciales.