El papel de Israel en la guerra de Gaza
El papel de Israel en la guerra y exterminio de Gaza ha sido criticado en numerosas ocasiones desde sectores de la izquierda, especialmente por Podemos, desde un punto de vista cínico, con el único objetivo de justificar las acciones de Hamás y todas acciones perpetradas por el grupo terrorista con tal de atacar a Israel, fomentando la continuación de la guerra con su famoso eslogan «desde el río hasta el mar, Palestina vencerá». Defender esta consigna significa optar por la otra cara de la moneda del conflicto, solucionar un genocidio perpetrando otro genocidio, algo que cualquier persona que tenga un mínimo de raciocinio vería como algo indefendible. Sin embargo, se debe hacer una dura crítica al papel de Israel en la guerra en Gaza, pues ha sido excusa perfecta para acelerar e intensificar algo que lleva durante décadas practicando en la zona palestina, promoviendo el colonialismo y una limpieza étnica
La calificación o no de este conflicto como un genocidio o limpieza étnica por parte de Israel ha suscitado un debate político. Las posiciones para ambos argumentos varían, pero desde cualquier óptica imparcial se puede apreciar que existe un carácter totalmente asimétrico favorable a Israel, además de existir una intención clara y manifiesta, expresada por Netanyahu y numerosos ministros suyos, de exterminar a la población gazatí y ocupar el territorio que Israel considera como propio, con la intención de crear el gran Israel, algo que con la capacidad militar de Israel no es descartable. El número de bajas entre ambos bandos confirma esto. Además, el armamento disponible entre los israelíes y los gazatíes también refuerza dicha visión, pues sus sistemas de defensa, de ataque y de inteligencia operacional denotan una clara superioridad israelí. Varios ejemplos de ello se han dado fuera de este conflicto, pues Israel ha tenido durante los atentados de octubre de 2023 numerosos enfrentamientos con otros países. El 27 de septiembre de 2024 Israel llevó a cabo un ataque aéreo utilizando un misil antibúnker en la capital de Líbano, Beirut, que resultó en la muerte de Hasán Nasralá, líder de Hezbolá. La capacidad de tener estos misiles y atacar quirúrgicamente ciertos puntos con tanta precisión hasta el punto de descabezar a sus enemigos demuestra la gran capacidad israelí. Previamente se produjo la explosión de miles de busca a la vez durante el 17 y 18 de septiembre de 2024, con la intención de matar y dejar heridos a cientos de miembros de Hezbolá, algo que ocurrió con éxito y demostró las capacidades israelís.
Más allá de estos dos ejemplos Israel sabe que cuenta con carta blanca para realizar cualquier tipo de operación militar o bombardeo. Bombardeos indiscriminados, romper continuamente el alto el fuego o matanza de civiles son solo algunas de los crímenes que ha cometido Israel, que cuenta con una asombrosa impunidad debido a sus alianzas con EE.UU. y el poder económico que puede ejercer a organismos internacionales a través de sus lobbys sionistas. La otra carta con la suelen intentar anular cualquier crítica es el comodín del antisemitismo o aludir al Holocausto. De igual manera, Israel sigue violando los tratados internacionales al desplegar una política de colonización de zonas donde existe una población palestina, siendo desplazada en muchas ocasiones y estableciendo colonias israelíes en el territorio, especialmente en la zona de Cisjordania. Lejos de fomentar la convivencia con los palestinos se aprecia un trato desfavorable y vejatorio, que se despliega a través de humillaciones e incluso asesinatos hacia los mismos por parte de los colonos.
Mientras la guerra se mantiene Netanyahu intenta obstaculizar y ralentizar su proceso por corrupción, abierto en mayo de 2020. Benjamin y Sara Netanyahu, su esposa, están acusados de haber aceptado productos de lujo por valor de más de 260.000 dólares por parte de multimillonarios a cambio de favores políticos además de proponer amplias reformas judiciales que, según sus rivales, buscaban debilitar el poder de los tribunales, lo que causó numerosas protestas contra su gobierno. Su figura cada vez es más controvertida, pues la guerra le ha popularizado en los sectores políticos sionistas más radicales mientras que para otro sector de la población la imagen dada en Gaza y las críticas internacionales le han restado apoyo.
Más allá de Israel, en España, el panorama político respecto a este conflicto vuelve a ser el de la polarización. Mientras la izquierda, tanto PSOE, Podemos y demás grupos, defienden «su causa palestina» (no confundir con quien quiere una verdadera resolución de paz entre ambos bandos) la derecha apoya a Israel, principalmente Vox y PP, y todas sus acciones. Ambos grupos se reprochan defender a terroristas mientras obvian las atrocidades propias. Unos defienden el exterminio de todos los israelíes, fundamentados en el odio del islamismo radical, mientras que los otros defienden el sionismo, una ideología supremacista y reaccionaria que financia algunos problemas de nuestro país y facilita a países como Marruecos armamento e inteligencia militar que en el presente y en el futuro nos causarán numerosos problemas. Todo el poder político en nuestro país no está interesado en solucionar el conflicto, más bien usan a ambos bandos para sostener su postura política, y en el caso de Israel la derecha autodenominada patriota no solo apoya a Netanyahu, le exonera de cualquier crimen de guerra mientras apoya internacionalmente a nuestros enemigos.
