Tras la polémica suscitada por la cesión de las competencias de Inmigración a la Generalitat de Cataluña, ha vuelto a regir el volcán mediático ante la sorprendente medida anunciada por el Gobierno indicando que existiría un reparto por cupos de menores no acompañados -menas- ante la saturación que sufre Canarias ante la avalancha migratoria que la lleva asolando ya años.

Se ha anunciado así que serán desplazados a la península unos 4.400 menas. Por si la simple medida no resultase ya lo bastante irracional, ya que vendría a responder que los efectos negativas de la actividad delictiva que supone la inmigración ilegal se podrían paliar repartiéndolos «equitativamente» por todo el país. Esto es como si ante un problema de consumo de drogas se decide coger a todos los drogadictos y camellos gallegos y distribuirlos por España esperando que esto solucione el problema mágicamente.

Pues bien, tal como indicamos al iniciar la nota, el número de inmigrantes que recibirá Cataluña es inferior a los 40, mientras a Madrid se le han asignado unos 800. Pero ante la argumentación del gobierno de la proporcionalidad se podría alegar que esto es falaz al señalar el segundo en el ranking de reparto de menas: Andalucía, con un número escasamente inferior a 800. Ý es que esta es la segunda en la lista de comunidades que más menores acogen, por detrás de Cataluña, por lo tanto de ser esto cierto debería figurar también como la segunda por la cola, y como vemos esto no es así.

En las últimas horas se ha anunciado que Ayuso va a recurrir judicialmente esta medida y la desproporción de la misma. Como vemos nada ha cambiado desde la fatídica DANA en Valencia. De nuevo los políticos aprovechan el reino de taifas que ellos han creado para orientar el problema leal-la inmigración masiva e ilegal- hacia donde ellos les interesa, al juego del «y tú más», mientras los que sufren las consecuencias de sus políticas son los de siempre.