“España va bien”, decía Aznar, y no mentía. La España de los grandes números iba “como un cohete”… Perdón, me he adelantado, la que va “como un cohete” es la de Sánchez, y tampoco miente. Al menos eso aseguró ayer Carlos Torres, presidente del BBVA, quien felicitaba a Sánchez por la marcha de la economía
Y es que, mientras en España el riesgo de pobreza se situaba, en 2023, en el 26,5%, los grandes bancos aumentaban sus beneficios un 26%. ¿Cómo no va a felicitar a Sánchez el presidente de uno de los grandes bancos españoles?
La pregunta es cuántos obreros le felicitarán, teniendo en cuenta que, según el INE, el 14 % de los trabajadores hombres ocupados, y el 11,3% de las mujeres en esa misma situación, están en riesgo de pobreza. Para qué hablar de los casi tres millones de parados que, por lo visto, no les parecen ni a Sánchez, ni a sus socios de la izquierda progre (en adelante, la pedrosfera), ni al PP, ni a la patronal, suficiente mano de obra. Así justifican una regularización masiva de 500.000 inmigrantes que pasarán a engrosar las filas de la mano de obra barata y empobrecida que necesitan las grandes empresas para seguir aumentando los beneficios año tras año y a pesar de las crisis.
Pero la pedrosfera vive feliz, galopando contra los molinos de viento del fascismo, blandiendo la lanza de la “conquista de derechos” imaginarios.
Los trabajadores no necesitamos leyes antidesahucios, necesitamos condiciones laborales que nos permitan pagar el alquiler. No necesitamos paternalistas subidas del SMI que esconden bajadas del 5% del salario real, necesitamos medidas contra la inflación. No necesitamos formación trans, ni cupos, ni “conquistas de derechos” inútiles. Necesitamos dejar de ser parte prescindible del engranaje que hace que la economía de unos pocos “vaya como un cohete”.
