Encuadrada en el corazón del Sahel, rodeada por Mali y Níger al norte, y colindando por el sur con Costa de Marfil, Ghana, Togo y Benín, la traducción al castellano del nombre que acuñó el país en 1984 es «La patria de los hombres íntegros», aunque los asesinos del líder que así la nombró no mostraron demasiada integridad, cual Bruto con Julio César.
Divisiones administrativas de Burkina Faso. Foto: TUBS.
Aunque los ruidos de sables ya venían desde hace tiempo, precisamente en la región del planeta más propensa a ello, el día 21 de enero el gobierno de Burkina Faso daba a conocer el aborto de un golpe de estado en el país, tildándolo de «intento de desestabilización». No debemos olvidar que la actual junta militar se instauró en el país en 2022 mediante un golpe de estado, destituyendo al presidente Paul-Henri Damiba.
Al parecer se trataría de un intento de atentado hacia la principal figura dirigente de la Junta militar que rige el país, Ibrahim Traoré, pero se baraja la hipótesis de que la inteligencia del país, al conocer previamente el golpe, había cambiado al presidente de emplazamiento. Precisamente ya se venían sucediendo los rumores acerca de la detención de varios militares, siendo confirmados con la detención del ex jefe del Estado Mayor de la Gendarmería Nacional.
Recientemente se han dado a conocer los recientes acuerdos que el país que vió nacer a Tomás Sankara con Rusia, como los acuerdos en materia nuclear. También se especula con la posibilidad de que la inteligencia del país esté siendo asesorada por la rusa, lo que explicaría su eficacia en la frustración del golpe en proceso.
Amiguitos de Rusia
Pero la cercanía de Rusia en la región es palpable en la autodenominada «Alianza de estados de Sahel» (Mali, Burkina Faso y Níger), y se especula que podría aumentarse con futuros golpes en el vecino Chad, mientras que en el también vecino Sudán del Sur se ha probado la existencia de contingentes militares rusos.
Y es que si Rusia consigue una fuerte influencia en la región estaría controlando no solo una zona rica en recursos, sino el patio de atrás de Europa, su retaguardia demográfica, donde parten las principales rutas de inmigración hacia el Viejo Continente. Estas maniobras ya se han probado con la cancelación de Níger de la penalización del tráfico de personas, acuerdo previamente firmado con la UE.
Sin embargo, lo ambicioso del plan ruso se equilibra con lo arriesgado. No debemos olvidar que el principal reto de la región son los contingentes yihadistas que campan a sus anchas por todas las inmediaciones del Sahara, aprovechándose de la debilidad de los estados de la zona. De hecho es la retórica anti-terrorista y anti-corrupción el nexo común entre la innumerable serie de golpes de estado.
Al mismo tiempo, se ha certificado que Estados Unidos ha modificado su estrategia con respecto a África y no va a mover ni un dedo para defender la continuación de Francia, manteniendo sus contingentes militares en la triple alianza del Sahel, así como varios acuerdos económicos. Al mismo tiempo un nuevo actor ha tratado de introducirse en la contienda, y no es otro que el régimen Marroquí, lo que no hace mucho provocó una enemistad de la Alianza con Argel (curiosamente, el principal aliado de Rusia en la región), pero tras la mediación diplomática parece que no va a ser tan fácil para los marroquís influenciar a las jóvenes juntas militares a su favor.Por el momento aparenta que Burkina Faso no va a ser la excepción en la región que la circunda, y aunque momentáneamente haya conjurado el peligro, al igual que en septiembre del año pasado, donde incluso se pidió a la población que saliese a la calle a mostrar su apoyo a la Junta. Por lo tanto medidas populistas como el aumento del salario mínimo en un 40% poco podrán arreglar en Estados con una debilidad crónica, regidos por personajes que solo buscan su enriquecimiento personal.
