En los últimos años, hemos sido testigo de un fenómeno inquietante que amenaza con socavar la identidad cultural de nuestra patria: la creciente influencia de figuras islámicas en las redes sociales. Este fenómeno no es fortuito, sino el resultado de un esfuerzo bien orquestado para promover valores ajenos a nuestra historia y tradiciones.
Los influencers islámicos han ganado terreno en plataformas como Instagram, YouTube y TikTok, donde presentan una versión idealizada y superficial del islam. Estas figuras, a menudo, se convierten en modelos a seguir para muchos jóvenes, transmitiendo mensajes de “justicia” y “paz” desde una perspectiva islámica que omite aspectos críticos de la religión y su historia. Sus contenidos, que incluyen discursos sobre la convivencia interreligiosa y la supuesta armonía, pueden parecer inocentes, pero reflejan una agenda que favorece una visión del islam que minimiza sus aspectos más radicales y su historia de expansión.
Es alarmante que muchos españoles, especialmente los jóvenes, caigan presa de este contenido. Influencers de origen egipcio y de otros países con un fuerte componente islámico utilizan las redes para romantizar el pasado islámico y criticar los esfuerzos de Occidente por preservar su identidad cultural. Este tipo de mensajes no solo distorsiona la percepción de la historia, sino que también contribuye a normalizar la percepción de que las costumbres islámicas son compatibles con la identidad europea.
La responsabilidad también recae en los algoritmos de las plataformas digitales, que priorizan este tipo de contenido bajo la excusa de la “diversidad” y la “inclusión”. Estos algoritmos, diseñados para maximizar la interacción y el tiempo de visualización, permiten que el contenido de influencers islámicos tenga un alcance desproporcionado en comparación con los mensajes que promueven los valores de nuestra identidad cultural. Este sesgo es preocupante, pues permite narrativas ajenas, incluso aquellas que podrían considerarse divisivas, se filtren de forma efectiva en la sociedad española.
La historia de España está llena de ejemplos de resistencia frente a la amenaza islámica, desde la Reconquista hasta la defensa contra la expansión otomana. No podemos permitir que, en el siglo XXI, esta batalla se pierda en el terreno cultural y digital. Recordemos que el siglo XXI ha traído un escenario distinto, por ejemplo, la batalla por la identidad cultural no se libra solo en el Parlamento o en las calles, sino también en las redes sociales. En 2023, se reportó un incremento en la venta de libros sobre historia islámica en España, impulsado en parte por campañas en redes que presentan una visión sesgada de la misma.
En este contexto, es vital reivindicar los valores que nos definen como nación, es decir, la familia, el cristianismo, la identidad cultural española y nuestra herencia europea. Los jóvenes deben ser educados en la importancia de estos valores para resistir la seducción de narrativas exóticas que solo buscan dividirnos y debilitarnos.
Además, es fundamental que el Gobierno tome medidas para proteger nuestro espacio digital de estas influencias. La regulación de contenido que promueva ideologías radicales o divisivas no es censura, sino una cuestión de seguridad sociocultural. Plataformas como TikTok y YouTube deben rendir cuentas por el contenido que difunden y el impacto que tiene en nuestras sociedades. En 2022, el Parlamento Europeo pidió a las plataformas que se aseguraran de que sus algoritmos no favorecieran contenido extremista o que diluyera la historia y la identidad europea, subrayando la urgencia de control más riguroso.
No nos equivoquemos. La batalla por el futuro de España no se libra solo en el Parlamento o en las calles, sino también a través de redes sociales. Y en esta batalla, no podemos permitirnos ser complacientes. Debemos defender nuestra identidad, nuestros valores y nuestro futuro. Como dijo Don Pelayo en Covadonga, “Dios es nuestro ayudador y nuestra causa es justa”. Hoy, esa causa es la preservación de nuestra patria frente a la invasión cultural del islam digital.