sábado, noviembre 2, 2024

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Los jóvenes y las medidas del Gobierno contra el acceso a la pornografía

Vivimos en una sociedad hipersexualizada en la que la edad de acceso de los jóvenes a la pornografía es cada vez menor. El Gobierno estudia tomar medidas para impedir el acceso de los menores de edad a páginas porno, pero todo apunta a que serán poco efectivas

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El pasado mes de octubre, el documental por episodios de TV3 —la televisión pública catalana— Generació Porno, el cual tiene como objetivo mostrar cómo la pornografía tiene cada vez mayor impacto entre la juventud y la adolescencia, se hizo viral por un corte en el que mostraba cómo dos actores porno simulaban ante unos adolescentes las posiciones, gestos y actitudes que adoptarían en la grabación de una escena pornográfica de sumisión y contenido altamente humillante a la par que con cierta dosis de violencia.

Aunque el objetivo de dicha recreación y la charla en la que se enmarcaba no era otro que el intentar concienciar de lo irreal de ese tipo de vídeos con tal de que la juventud no se referenciase en dichos modelos de sexualidad, el hecho de que esas imágenes con un contenido tan explícito fuesen emitidas en antena en un horario para todos los públicos llevó a que el corte se viralizase fuera de contexto, una parte de la sociedad se indignase poniendo el grito en el cielo, y en definitiva se perdiese totalmente el sentido inicial del programa.

Poco a poco comienzan a ser muchas las voces que denuncian la exposición de la juventud, cada vez a más temprana edad, a la pornografía, lo cual es otro de los problemas sociales más silenciados del momento. Según algunos estudios, la edad a la que los niños de nuestro país acceden por primera vez a contenido pornográfico —por regla general, de modo accidental— suele estar situada entre los 9 y los 11 años, aún por debajo de la media de edad a nivel internacional que ya de por sí es preocupante y se sitúa entorno a los 12 años, volviéndose incluso frecuente al alcanzar la horquilla de edad de entre los 13 y los 15 años.

No es de extrañar que esto suceda, puesto que a día de hoy vivimos en una sociedad en la que estamos constantemente expuestos a un contenido audiovisual omnipresente. Comenzando desde el simple contenido patrocinado en redes sociales hasta los pop-ups que aparecen en páginas web y los contenidos sugeridos por los temibles algoritmos. A la par, la edad con la que los niños disponen de acceso a un teléfono inteligente y a las redes sociales cada vez es menor y los controles parentales no siempre son efectivos, de modo que se crea una combinación de factores que termina por facilitar el acceso prematuro a contenido inapropiado. No solamente por el hecho de ser contenido sexual, que ya de por sí es grave al tratarse de niños y adolescentes, si no porque en muchos casos este contenido incluye altas dosis de violencia, sumisión y humillación, a lo que podría añadirse el incesto e incluso contenido ilegal con menores.

A nivel europeo, ya se han dado los primeros movimientos para tratar de frenar esta oleada. Este mes de febrero entra en vigor la Ley de Servicios Digitales, la cual tiene entre otros objetivos el de crear un espacio más seguro para los usuarios de servicios digitales y contempla vigilar más de cerca las grandes plataformas online pensando principalmente en las grandes redes sociales, pero que también incluirá las principales páginas web de contenido pornográfico como por ejemplo PornHub, las cuales deberán implementar controles.

Dentro de este contexto, el Gobierno de España ha expresado su deseo de regular por su cuenta el acceso de los menores a la pornografía, y está estudiando las formas más viables de hacerlo verificando la edad del navegante. Hasta ahora, las opciones que se han podido conocer son las de usar certificado digital, un código QR, facilitar el DNI o utilizar una aplicación. Con tal de proteger los datos y la privacidad del navegante, esto se haría de modo que dicha información en ningún momento llegaría a dicho portal web, sino que se desviaría la misma al proceso de comprobación antes de otorgar o no el acceso.

Si bien la intención es buena, las enormes posibilidades que dan los sistemas informáticos a día de hoy para sortear las barreras y bloqueos que se dan a nivel de redes sugieren que varias de estas medidas podrían caer en saco roto. El uso de VPN que permiten navegar por internet desde servidores ubicados en terceros países y por lo tanto bajo las condiciones de los mismos está a la orden del día y cada vez es más fácil obtenerlas. Asimismo, los métodos basados en facilitar información tienen muchas posibilidades de ser adulterados. Tenemos el precedente de las pruebas piloto realizadas en Reino Unido, donde los hogares en los cuales se aplicaron dichas restricciones a la práctica tuvieron un número similar de accesos a dicho contenido que donde no las había.

Si bien medidas de este tipo son necesarias, en realidad deberían concebirse como complementarias. El problema de la hipersexualización de nuestra sociedad, y por ende de nuestra juventud, es multifactorial y no se puede apuntar únicamente a la universalización de internet. Sin duda este es un factor importante, pero también hay que contemplar cómo una sociedad cada vez más individualizada, sin perspectivas de futuro y con unas condiciones económicas difíciles se lanza cada vez más pronto al consumo alienante y al ocio destructivo. Sería también necesario apuntar a cómo algunas modas musicales que tanto calado tienen en la juventud denigran y humillan a la mujer, sentando las bases de este tipo de conductas inadecuadas.

Tenemos que hablar también de educación sexual, la cual ha de abarcar desde el ámbito familiar hasta las instituciones educativas. Pero, lejos de algunas concepciones pseudoprogresistas que pretenden llamar la atención con métodos transgresores que terminan por empeorar la situación, debe hacerse desde el sentido común y adaptando el lenguaje, el contenido y los métodos a la edad. Mientras tanto, estaremos poniendo puertas al campo.

2 COMENTARIOS

  1. totalmente de acuerdo.
    los jóvenes se inician en el sexo a través de Internet y normalizan la pornografía. Así ven el.maltrato,las vejaciones,y violaciones a las mujeres como.algo natural.
    Así como.las canciones sucias y mal edicadas además de hirientes hacia las mujeres.

  2. Gran articulo Miguel Ángel !!
    Perdón por tomarme la libertad de decir en voz alta lo que pienso en este tema. Como bien dices, ponerle puertas al campo, es ridículo. Por supuesto, bien a la educación sexual, bien a las campañas de concienciación, pero no podemos permitir, que el acceso sea tan sencillo para todo aquel que tan solo disponga de un teléfono móvil, tenga la edad que tenga. ¿No podría ser una medida rápida, económica para el estado, y sencilla de implementar, obligar a que el acceso a toda pagina pornográfica digital, sea bajo suscripción y coste? No conozco muchos menores con cuenta bancaria, y capacidad de pago de una cuota para paginas web pornográficas. Seria sencillo, barato y con efecto inmediato. ahí lo dejo….

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