9 de septiembre de 2025

Tras las vacaciones políticas (como si...

La Trama Asturiana. Parte II.

Foto-20-9-17-14-15-08-1500x1125
5/5 - 3 votos

Tras las vacaciones políticas (como si éstas no duraran todo el año), tuvo lugar en la Junta General de Asturias el encuentro de la Comisión de Investigación sobre lo ocurrido en la Mina de Cerredo, donde fallecieron cinco trabajadores.

Le tocaba declarar a José Manuel Carral, Agente de Medio Natural, que —según él y sin miedo a equivocarse— es quien más actas y denuncias ha levantado contra la explotación y actividades de esa mina tiempo atrás.

En esa mina nunca debió producirse explosión de grisú alguna, ya que no tenía licencia para extraer carbón. Pero las actas de José parecían ser poco menos que un diario: unos escritos que sólo él parecía leer. ¿El motivo? «Tengo contactos a alto nivel en Medio Ambiente», decía Don Jesús Rodríguez Morán, dueño de la explotación de la mina.

Carral lamentaba la posición de mucha gente con la que se había encontrado a lo largo de su profesión como Agente de Medio Natural respecto a la mina: «Hombre, si la mina da trabajo, ¿para qué inspeccionas?». Algo que hizo durante toda su trayectoria profesional, en la que fue objeto «de agresiones» o de destrozos en su vehículo particular.

Cuando el agente de Medio Natural preguntaba a Don Jesús Rodríguez Morán por el tipo de actividad que se estaba llevando a cabo en la mina, éste le contestaba: «Somos todos paisanos y, con voluntad, todo se arregla». Se lo preguntó un día en el que lo vio pasar en su todoterreno de alta gama. Imagínense: el terrateniente en su Mercedes Clase G supervisando que los currantes de los campos de algodón no se desvíen un ápice de su labor. ¿Y qué me dicen de la anterior cita? Tanta seguridad, soberbia y chulería no sabría si atribuírsela a él o a su tocayo Don Jesús Gil y Gil.

Hablemos del “Don”. Ese Don que infunde presencia, pero no presencia originada en el respeto, sino en el miedo. Miedo a que Don Jesús haga y deshaga a su antojo, dependiendo de cómo se haya despertado.

Los que somos seguidores de la serie Cuéntame recordamos enseguida a “Don Pablo” pegando gritos por la imprenta —o por cualquier otro lugar— cuando no se hacen las cosas a su antojo, y mandando a la calle a quien ose contradecirle. Pensé que ese tipo de personajes solo pertenecían a la ficción o a épocas pasadas, donde los trabajadores veteranos se acordaban de ellos al desempolvar fotos en sepia. Pero no. Se ve que siguen entre nosotros.

Otro tema a tratar es la burocracia. A más de un alto mando de la administración asturiana le debió de apretar la corbata cuando se enteró de la fatal noticia. Tanto es así que estuvo a punto de no crearse la Comisión de Investigación; se aprobó por un voto, con el recelo del PSOE. Pero… ¿ellos no están interesados en que salga la verdad? Quizá ahora cobren sentido las palabras de Don Jesús y fuera cierto que tuviera contactos a alto nivel. En cualquier caso, las autoridades de Minas y las de Montes han hecho genial su trabajo: pasarse la pelota de las competencias. Porque, como siempre, las competencias están muy claras sobre el papel a la hora de estudiar la oposición correspondiente, pero a la hora de la verdad todo se complica. Lo hemos visto con la DANA y, precisamente, con los recientes incendios forestales.

Todo este entramado turbio, donde se ven involucrados patronos y administración, en el que predomina el descontrol y la pillería, hace recordar a la “trama asturiana” del 11M, donde —con las minas otra vez de protagonistas— desaparecían kilos y kilos de dinamita que fueron causantes del fatal desenlace.