El aumento de la delincuencia en España ha dado un salto cuantitativo y cualitativo durante los últimos años, haciendo que muchos sectores no tengan las herramientas, o no se las dote de ellas, para poder freno a una delincuencia que constantemente cambia sus métodos para poder eludir a la justicia.
En España, según el informe del Ministerio del Interior, la criminalidad ha crecido en la mayoría de los territorios del país. Según los datos, la criminalidad en su conjunto, tanto la convencional como los ciberdelitos, aumentaron en Aragón (6,2%), Canarias (5,1%) y Baleares (4,4%), seguido de Asturias (3,8%), Castilla y León (2,8%) y Cataluña (2,1%). Junto con estas comunidades encontramos otras con un porcentaje menor al del 2%. El País Vasco (1,7%), la Región de Murcia (1,4%), seguidas de Andalucía (0,6%), Castilla la Mancha (0,6%), Ceuta (0,5%), Comunidad Valenciana (0,5%), Galicia (0,3%) y Extremadura (0,1%) cierran este aumento de la delincuencia, situada en un crecimiento del 1,2% de media nacional. Únicamente descienden en cifras La Rioja (1,3%), Comunidad de Madrid (1,1%) y Melilla (0,2%). Pese a estos datos hay un aumento preocupante de cierto tipo de delitos. Algunos de ellos son los de violación, que han crecido hasta un 6,6%, delitos de tráfico de drogas con un 3,2%, y un 8,4% los delitos graves y menos graves de lesiones y riña tumultuaria.
El aumento de esta delincuencia ha afectado a algunos sectores más que a otros, especialmente a los relacionados con la seguridad, taxistas, educadores sociales o, en general, el campo español.
El campo español es uno de los grandes afectados por los robos de mercancía. En 2023, y según el propio Ministerio del Interior, los robos llegaron a aumentar un 3,5% en 2023, hasta alcanzar una media de 31 robos al día. Andalucía, Castilla la Mancha o la Comunidad Valenciana son los principales lugares donde se producen estos delitos. Pese a que se han podido contabilizar hasta 11.376 delitos de esta índole los propios ganaderos aseguran que las cifras son en realidad mucho más altas, en gran parte a que muchas de estas acciones no son denunciadas. Entre los objetos más robados se encuentra maquinaria ganadera, alimentos, aceite de oliva o incluso animales de las propias explotaciones, indicando que este tipo de robos suelen contar con un despliegue mucho mayor del que se cree.
La seguridad privada también se ha visto afectada por la criminalidad y el aumento de robos. Especialmente han sido llamativos varios casos de agresiones contra miembros de seguridad de metro como la de Barcelona, en el que un vigilante de metro perdió un ojo tras la agresión de un joven de 19 años. Frente a esta situación de abandono, años de denuncias y reivindicaciones, los propios ciudadanos en algunas capitales como Barcelona o Madrid han creado sus propias patrullas contra los carteristas, utilizando las redes sociales para grabar sus actuaciones y poner nombres y apellidos a los ya habituales perpetradores de estos hurtos y robos.
Muy ligado a este sector, debido a la similitud de tratar con gente conflictiva, debemos mencionar el caso de los educadores sociales, totalmente desamparados y expuestos a todo tipo de delitos y agresiones, como lo fue en el caso de Belén, la educadora social asesinada hace unas escasas semanas. Sin medios y sin recursos las asociaciones y las propias educadoras denuncian la dejadez y la falta de inversión en su sector, especialmente a la hora de poder contratar seguridad para garantizar la integridad física de las mismas.
El sector del taxi también está totalmente desamparado por los precios abusivos de las pólizas de seguro ante cualquier inconveniente que les pueda ocurrir, ya sean robos, accidentes o cualquier tipo de suceso que les pueda acarrear necesitar la intervención de las aseguradoras. La situación es tan límite que en algunas zonas de España como en El Bierzo ha habido huelgas de taxis que piden unos precios justos para poder desarrollar su trabajo con plena normalidad.
Todos estos sectores muestran un elemento común que podría paliar en gran parte el aumento de los delitos en todo este tipo de sectores; la infrafinanciación que sufren y la falta de soluciones políticas que conllevan a que muchos de estos sectores sufran cada día la situación de precariedad y de abandono absoluto por parte de las instituciones.