29 de julio de 2025

Éste fin de semana, tres personas...

Masacre en Komanda: El horror silenciado de los cristianos en el este del Congo

Masacre en Komanda: El horror silenciado de los cristianos en el este del Congo
5/5 - 2 votos

Una nueva tragedia golpea el corazón del África olvidada. En la madrugada del domingo, al menos 43 personas fueron brutalmente asesinadas mientras asistían a una vigilia nocturna en la parroquia católica de Komanda, provincia de Ituri. Entre las víctimas había mujeres, niños y jóvenes que fueron atacados con disparos y machetes por miembros del grupo yihadista ADF, filial local del Estado Islámico.

Los atacantes irrumpieron en el templo alrededor de la 1:00 a.m., matando sin piedad a los fieles congregados, incendiando viviendas aledañas y secuestrando a varios civiles. La mayoría de los cuerpos fueron encontrados mutilados en el interior de la iglesia, convertida en escenario de un horror que apenas ocupa titulares en la agenda internacional.

¿Quiénes son los autores?

Los responsables de esta masacre son las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF), grupo armado islamista con base en Uganda que desde hace años siembra el terror en el este del Congo bajo la bandera del Estado Islámico en África Central (ISCAP). Desde 2021, las ADF han centrado sus ataques contra comunidades cristianas en Kivu del Norte e Ituri, con una estrategia deliberada de limpieza religiosa y destrucción cultural.

Una masacre más… sin consecuencias

Pese a que la ONU y el propio ejército congolés han calificado el ataque como una «masacre a gran escala», las reacciones internacionales han sido tibias y previsibles: condenas formales, llamadas a la calma y ninguna acción concreta.

La Misión de las Naciones Unidas en el Congo (MONUSCO), con presencia militar en la región desde hace dos décadas, no logró prevenir el ataque ni proteger a la población. Tampoco ha sido efectiva la cooperación militar entre el Gobierno del Congo y el de Uganda, que desde 2022 intenta sin éxito desarticular al ADF.

Un patrón que se repite

Este crimen se suma a una larga lista de atrocidades. En febrero de este mismo año, 70 cristianos fueron decapitados en la masacre de Kasanga, también perpetrada en una iglesia. El patrón es claro: templos religiosos convertidos en campos de exterminio, comunidades enteras desplazadas, y una comunidad internacional que observa, condena… y luego olvida.

Silencio, abandono y complicidad

Resulta difícil no preguntarse qué pasaría si la masacre hubiera ocurrido en una iglesia europea. ¿Encabezaría portadas? ¿Se activarían sanciones? ¿Se exigiría justicia? El silencio que rodea estas matanzas no es casual: responde a un sistema mediático y político que ignora lo que no amenaza sus fronteras ni sus intereses estratégicos.

Conclusión

La masacre de Komanda no es un hecho aislado, sino el síntoma de un conflicto estructural, de un genocidio a cámara lenta y de una indiferencia cómplice. Mientras no se actúe con decisión, miles de cristianos seguirán cayendo en la más absoluta oscuridad, víctimas de un extremismo al que el mundo le ha concedido impunidad en nombre del olvido.