El 3 de noviembre fue la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de la República de Moldavia. La primera vuelta fue el 20 de octubre, coincidiendo con el Referéndum de adhesión a la Unión Europea, estuvo marcada por acusaciones cruzadas e irregularidades.
La victoria fue para la candidata liberal europeísta Maia Sandu con un 54,7% de los votos. Pertenece al Partido de Acción y Solidaridad (PAS) y se mantiene en el cargo para un segundo mandato. Parece ser que el voto en el extranjero volvió a ser decisivo en un país con una gran diáspora.
El otro candidato, más cercano a Rusia, Alexandr Stoianoglo, del Partido Socialista de la República de Moldavia (PSRM), obtuvo el 45,3% de los votos según la Comisión Electoral Central. Stoianoglo lideró el escrutinio hasta llegar al 90% del recuento, a partir de ahí con el recuento de los votos emitidos desde el extranjero la situación se revirtió. El PSRM rechaza los resultados electorales de la diáspora.
Los transnistrios que tradicionalmente votan en las elecciones moldavas al ser un estado no reconocido, se han decantado como vienen haciendo siempre por el candidato más cercano a Rusia, al igual que en la región autónoma de Gagauzia. En el norte del país, con importante presencia eslava los votos también han ido a parar para Stoianoglo mayoritariamente.
La jornada transcurrió entre tensiones e irregularidades. Desde el gobierno se denunció la compra masiva de votos y el envío de autobuses llenos de votantes a los colegios electorales. Estas acusaciones vienen siendo habituales en las citas electorales moldavas. Se acusa al empresario moldavo-israelí en el exilio por casos de corrupción Ilan Shor de comprar votos en favor de Stoianoglo. Ilan Shor es el líder del partido Shor, que fue calificado de prorruso y declarado inconstitucional. Creado a partir de Shor fue fundado en Moscú este año el Bloque Victoria, pero le fue negado el derecho a participar en las votaciones. Ilan Shor ha negado las acusaciones vertidas sobre él.
Por otra parte, en lo que respecta al voto extranjero, se ha denunciado que en Rusia donde hay una gran parte de la diáspora, solo se abrieron dos colegios electorales. Según datos del Ministerio de Asuntos Exteriores moldavo en un país pequeño como Bélgica se llegaron a abrir 4 colegios electorales, en Francia 20, en Alemania 26 y en Italia 60, pero en un país de grandes dimensiones y con un gran número de moldavos residentes como Rusia solo se abrieron 2. Muchos tuvieron que ir a votar a Minsk (Belarús), a Baku (Azerbaiyán) o a Chisinau (capital moldava) debido a la saturación de los colegios electorales rusos. También hay que recordar la censura de medios de comunicación calificados de prorrusos como First Moldavia, RTR Moldova, Accent TV, NTV Moldova ,TV6 y Orhei TV, así como de numerosos contenidos en RRSS.
Al igual que en las elecciones georgianas se ha tendido a calificar al PSRM como un partido prorruso y como agente del Kremlin. Es cierto que es un partido tradicionalmente cercano a Rusia, pero al mismo tiempo defiende tener buenas relaciones con la Unión Europea y avanzar en la cooperación. La estrategia rusa de ganar influencia en el país ha variado de socio preferente, si antes podía apoyarse más en el PSRM o el PCRM hoy en día el socio predilecto es el partido de Ilan Shor, el Bloque Victoria, anteriormente conocido como Shor, que no ha participado en las elecciones.
El gobierno de Maia Sandu no sólo busca integrarse en la Unión Europea sino también en la OTAN, a pesar de que el 62% de la población está en contra de la adhesión a la organización atlántica y un 70% quiere la neutralidad que está recogida en la Constitución. Aunque la influencia rusa es indudable en Moldavia la de la UE y la OTAN también, y actualmente tiene más medios y fuerzas. Hay una Oficina de enlace civil de la OTAN en Chisinau desde 2017, y una misión civil de la UE desde 2023, la Misión de Cooperación de la Unión Europea en Moldavia (MCUE), encargada de reforzar la seguridad del gobierno europeísta por medio de la gestión de crisis políticas, ciberseguridad, asesoramiento frente a amenazas híbridas, asesoramiento a nivel estratégico e información de inteligencia.
Moldavia seguirá avanzando hacia la integración con la UE y la OTAN y confrontando con Rusia. Está por ver como se solucionaran sus múltiples problemas económicos y territoriales. La situación con la República Moldava Pridnestroviana (Transnistria) independiente de Moldavia de facto es tensa, por un lado la presencia de tropas ucranianas en su frontera este, y por otro las maniobras de tropas rumanas, polacas y estadounidenses en Bulboaca en su frontera oeste cercan a la pequeña república. Una inclusión moldava en la UE o la OTAN podría reactivar el conflicto, donde indudablemente participarían los grandes actores internacionales. Mientras tanto problemas como la inflación o la corrupción generalizada siguen sin solución, y no solo eso, sino que a instancias de la UE se apremió a Moldavia retirar la prohibición de comprar tierras a empresas extranjeras, dando por resultado la compra de tierras por parte de Black Rock mientras el país está enfrascado en pugnas internas.