domingo, mayo 19, 2024

Ojo con tu ojo: el inquietante negocio de Worldcoin

Worldcoin emplea campañas agresivas en países empobrecidos y consigue enganchar a buena parte de la juventud. El proyecto del exCEO de OpenAI, Sam Altman, pretende analizar biométricamente el iris de toda la humanidad

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Que existe una fiebre por las criptomonedas en una parte de la juventud de hoy en día es algo que no coge a nadie por sorpresa. Esta actividad especulativa está alimentada, además, por un segmento importante de creadores de contenido los cuales acumulan seguidores día tras día e infla una burbuja que está por ver si su duración será limitada en el tiempo o no.

De forma más reciente, OpenAI daba el salto a la fama por el desarrollo de ChatGPT, un novedoso software de inteligencia artificial en forma de chat y accesible a todos los públicos. El éxito de esta iniciativa de la empresa, cuyo director ejecutivo era Sam Altman, es indiscutible. No obstante, tras un giro sorpresivo, la marca anunciaba el despido del director. Tras este bache profesional, Altman siguió adelante con un proyecto en el que llevaba trabajando desde 2019: la creación de un sistema de análisis biométrico que vincula la información del iris humano a una cuenta propia (World ID), que según informan en su página web se trata de «un protocolo de identidad descentralizado que prioriza la privacidad. Admite múltiples tipos de verificaciones de humanidad mediante pruebas de credenciales de humanidad, lo que permite a los usuarios demostrar que son humanas y únicas», y añaden: «World ID le permite iniciar sesión con Worldcoin para autenticarse en aplicaciones web, móviles y descentralizadas y certificar de forma privada que es un humano único y no un bot o sistema de IA. Al iniciar sesión con Worldcoin en aplicaciones y servicios, no necesita divulgar ninguna información personal, como un número de teléfono o una dirección de correo electrónico. La aplicación o el servicio solo sabrán que usted es un ser humano único; sus acciones no se pueden rastrear».

Pero Sam Altman y quienes le acompañan en el proyecto, plenamente conscientes de que tamaño propósito requiere de una participación masiva para expandirse, lanzaron una agresiva campaña de captación al sistema: aquellas personas que voluntariamente creasen su cuenta y acudiesen a escanear la información de su iris a uno de los múltiples puntos habilitados por su empresa, recibirían un caramelo en forma de su propia criptomoneda, Worldcoin. La cantidad remunerada ha ido variando, siendo en España alrededor de 50 dólares. En seguida se desató una gran polémica por la campaña desarrollada en países empobrecidos como Kenia o Argentina, donde el pago suponía un jugoso premio a una acción aparentemente tan simple como ir a escanear durante un instante el iris. La respuesta, como era de esperar, ha sido masiva: la iniciativa se extendió a más países y millones de personas acudieron a la llamada. En España se calcula que podría haber entregado su iris entre el 1 y el 2% de la población.

La moda de las criptomonedas, unido a la posibilidad de obtener dinero de manera extremadamente fácil y al gancho de las nuevas tecnologías, ha supuesto que en los centros comerciales donde se habilitaron puntos para el escaneo de iris por parte de WorldCoin se generasen colas enormes, de hasta 2 horas, para que la gente pusiera sus ojos a disposición. Es particularmente inquietante el hecho de que la gran mayoría de los participantes sea gente joven, y según testigos participantes, algunos de ellos probablemente no alcancen la mayoría de edad. Otros muchos aseguran no estar seguros de la utilización que se iba a hacer de la información biométrica obtenida e incluso no muestran preocupación ni interés alguno en ello. Sam Altman debe estar frotándose las manos desde su despacho.

No obstante, tras las múltiples denuncias recibidas y avalada por la Audiencia Nacional, la Agencia Española de Protección de Datos prohibió las actividades de la empresa Tools for Humanity Corporation, la cual figura detrás del proyecto. En un comunicado, la AEPD señaló que «ha recibido varias reclamaciones contra esta empresa en las que se denuncian, entre otros aspectos, una información insuficiente, la captación de datos de menores o que no se permite la retirada del consentimiento». Desde Worldcoin se aseguran que la información biométrica obtenida es eliminada tras su codificación y que no se podría hacer un uso indebido de la misma, algo que desde determinados medios e instituciones se ha puesto en duda. Asimismo, han denunciado a las autoridades españolas por el bloqueo ejercido, acusándolas de no cumplir con la legislación de la UE.

En cualquier caso y a falta de resolverse este conflicto entre las autoridades y Worldcoin, lo que este asunto pone de manifiesto es la gran facilidad con la que cualquier empresa con los recursos suficientes es capaz de ir por delante de las administraciones públicas a la hora de desarrollar por su cuenta sistemas que permitan el control de la población con el beneplácito o la pasividad de parte de la misma, en muchos casos abusando de las condiciones calamitosas en las que se encuentra la población del tercer mundo o de la falta de perspectivas de las generaciones más jóvenes de los países desarrollados. Una realidad que hace no mucho tiempo hubiésemos considerado más propia de series como Black Mirror que del mundo en el que vivimos, pero que poco a poco se va extendiendo.

1 COMENTARIO

  1. Hay mucho desconocimiento de lo que es una criptomoneda y estas campañas masivas y populares solo demuestra este desconocimiento en la población. Para la empresa es redondo porque además de la información obtenida el «pago» se realiza en su propia criptomoneda cosa que no les supone coste y el precio que tiene lo ponen ellos porque no tienes 50$ en mano…

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