La inclusiĆ³n forzada es un tĆ©rmino con el que se hace referencia a un fenĆ³meno que se ha manifestado durante los Ćŗltimos diez aƱos en la cultura popular, principalmente en el cine, los cĆ³mics y los videojuegos. El conceptoĀ generalmente es usado por quienes se oponen a dicho fenĆ³meno, mientras que sus partidarios se refieren a ello con el tĆ©rmino Ā«inclusiĆ³nĀ» a secas, o tambiĆ©n Ā«representaciĆ³nĀ» (de mujeres y minorĆas).
Este fenĆ³meno se materializa en forma de una diversidad de personajes en cuanto a su sexo, raza, orientaciĆ³n sexual y otras condiciones. A veces se aplica cambiando el gĆ©nero o la raza de personajes icĆ³nicos y otras veces se crean personajes nuevos a los que se da especial importancia a su sexo, raza, etc. En casos extremos se ha llegado a representar personajes histĆ³ricos de foma absurda (como por ejemplo representar una reina inglesa del siglo XVI de raza negra). El relato que se esgrime para justificar estas prĆ”cticas es el siguiente: la cultura popular ha sido creada por hombres blancos cisheterosexuales y toda la producciĆ³n se ha orientado a satisfacer a este grupo concreto, desplazando a mujeres, personas no blancas, discapacitados y homosexuales de la ficciĆ³n popular y, debido a esta injusticia histĆ³rica, la ficciĆ³n contemporĆ”nea debe hacer justicia y representar a todos esos grupos, dando especial importancia a las mujeres y a los no blancos.Ā
Este relato parte de una base falsa: la cultura popular, desde finales de los 70 hasta los 90 y principios de los 2000 ya era inclusiva de por sĆ, sin necesidad del discurso woke (o posmoderno, o progre, o social justice warrior o como se lo quiera llamar). VeĆ”moslo.
En fecha tan lejana a 2015 (cuando el discurso woke empezĆ³ a apoderarse del relato cultural) como 1979, Ridley Scott lo petĆ³ con su film de culto Alien. El octavo pasajero, cuyo personaje protagonista devendrĆa uno de los grandes iconos del cine: la teniente Ellen Ripley. Una mujer fuerte y decidida que acaba siendo la Ćŗnica superviviente del ataque del mĆtico xenomorfo (y, encima, salva al gato).
Unos aƱos antes, en 1976, la pelĆcula de culto La ProfecĆa, presentĆ³ un personaje femenino fuerte y peleĆ³n: la seƱora Baylock. En 1977, tambiĆ©n antes de Alien, otro personaje femenino cautivĆ³ al gran pĆŗblico por su fuerza y personalidad: Leia Organa de Star Wars. En aras de la brevedad, y sin mĆ”s comentarios, podemos citar algunos otros de los personajes femeninos protagonistas del cine que cautivaron a un pĆŗblico mayoritariamente masculino durante los 80 y los 90: Gertie (E.T.), Laurie (Halloween), Thelma y Louise, Beatrix Kiddo (Kill Bill), Carrie White, Sarah Connor (saga Terminator), Vasquez (Aliens. El Regreso); Clarice Starling (El silencio de los corderos), Dizzy Flores (Starship Troopers); Dorothy Gale (El mago de Oz), Bavmorda (Willow), Aunty Entity (Mad Max), Sarah Williams (Dentro del Laberinto), Trinity (Matrix), Catherine Tramell (Instinto BĆ”sico), Annie Wilkes (Misery), Elvira, Xena (La Princesa Guerrera), Sabrina Spellman, Buffy Summers la cazavampirosā¦ y un larguĆsimo etcĆ©tera que animamos a los lectores a exponer en los comentarios.
En el mundo de los videojuegos sucede exactamente lo mismo. Pese a que se intentĆ³ vender que The Last of Us 2 fue pionero en tener un protagonista femenino, en realidad las mujeres fuertes en este mundillo ya existĆan en los 80 y 90: Samus Aran (Metroid), Elaine Marley (Secret of Monkey Island), Razor (Maniac Mansion), Chun Li (Street Fighter), Sonya Blade (Mortal Kombat), Blaze (Streets of Rage), Lara Croft (Tomb Raider), Primm (Secret of Mana), Terra (Final Fantasy VI), Katt (Breath of Fire 2), Jill Valentine y Claire Redfield (Resident Evil), la Princesa Peach (en Super Mario Bros.2, Mario Kart, Smash Bros y Super Princess Peach), la princesa Zelda (en Ocarina of Time ayuda activamente a Link y en Breath of the Wild tiene un papel guerrero), Luca y Ayla (Chrono Trigger), Joanna Dark (Perfect Dark), Tifa (Final Fantasy VII)… y otro larguĆsimo etcĆ©tera.
Este ejercicio de arqueologĆa se podrĆa hacer tambiĆ©n en el mundo del cĆ³mic americano (con personajes femeninos ultrapoderosos como Wanda Maximoff, Jean Grey o Hela) y en el manga/anime (Bulma, A18 o Lunch rubia –Dragon Ball-; Shampoo, Ukyo o Akane Tendo –Ranma Ā½-; Maam o Liona –Dragon Quest Adventure of Dai-; la brutal Chiyoko –Akira, sĆ³lo en el manga-; Utena; Pai –3X3 Ojos-; Marin –Saint Seya– yā¦ ya sabĆ©is.
Es importante seƱalar que la mayor parte del fandom de estos personajes son hombres, puesto que el cine de acciĆ³n, los superhĆ©roes, los videojuegos o los mangas siempre han tenido un pĆŗblico mayoritariamente masculino. Y aĆŗn mĆ”s importante es tener en cuenta que nunca, en ningĆŗn caso y bajo ningĆŗn concepto, ha habido crĆticas a ninguno de estos personajes Ā«por ser mujeresĀ». Y sucede exactamente lo mismo con los personajes no blancos. En el cine americano hay enormes iconos negros: Blade, Morfeo, Larvel Jones (el negro de los ruidos en Loca Academia de PolicĆa), Winston (Cazafantasmas)… y bĆ”sicamente cualquiera de los personajes que interpretaron Eddie Murphy, Morgan Freeman, Will Smith o Samuel L. Jackson. Igual que con los personajes femeninos, nunca hubo nadie que se quejase de estos personajes por su raza.
Por todo lo expuesto anteriormente queda clara la falsedad del discurso segĆŗn el cual los malvados pollaviejas estamos incĆ³modos con la nueva orientaciĆ³n inclusiva del cine americano y de los videojuegos debido a que nos incomoda ver mujeres fuertes y empoderadas o personajes negros Ā«haciendo papeles de blancosĀ». No, amigues. No va por ahĆ la cosa. Puede que nuestra polla estĆ© entrada en aƱos y puede que seamos algo cabroncetes, pero los que estamos entre nuestra tercera y cuarta dĆ©cada de vida no odiamos a las mujeres ni a los negros. No nos incomodan los personajes femeninos fuertes, pues llevamos toda nuestra vida idolatrando a varios; no nos molestan los personajes negros, pues todos hemos soƱado con ser Blade o alistarnos a los Men In Black junto con Will Smith.
Pero entonces, ĀæcuĆ”l es el problema? ĀæPor quĆ© no nos gusta Rey Skywalker? ĀæPor quĆ© intentamos borrar de nuestra memoria a Las Cazafantasmas? ĀæPor quĆ© abominamos del Albert Wesker negro de la serie de Netflix de Resident Evil? No es por su gĆ©nero ni por su raza. Es por cĆ³mo se construyen los personajes y las historias que explican.
Tomemos a Rey Skywalker. Es una Mary Sue en toda regla. Todo le sale bien, apenas necesita aprendizaje, en su primera pelĆcula ya le pone las pilas a un Sith perfectamente entrenado. ComparĆ©mosla con Luke Skywalker: un pringado que aprende a base de hostias, que debe instruirse con humildad y que tiene varios conflictos a lo largo de la trilogĆa original de Star Wars. Es un personaje interesante, dinĆ”mico y rico, que hace un autĆ©ntico viaje del hĆ©roe (y, aĆŗn asĆ, pierde la Ćŗltima batalla y es salvado por su padre). Es fĆ”cil ver una progresiĆ³n parecida en Ellen Ripley y Sarah Connor: ambas deben aprender a pelear contra sus implacables antagonistas y se endurecen en el proceso. En el caso de Las cazafantasmas hay algo aĆŗn peor que en las Ćŗltimas entregas de Star Wars: intentaron emular una prodigiosa pelĆcula, una autĆ©ntica obra maestra del cine, con unos personajes construidos con una magia, una gracia y una personalidad como pocas veces se ha visto. ĀæQuĆ© problema hay con sus anĆ”logas femeninas? ĀæQue son mujeres? Ā”NO! Que la pelĆcula no tiene nada de especial. Seamos sinceros: se empezĆ³ a poner de moda la inclusiĆ³n y decidieron hacer unos cazafantasmas femeninos pensando que eso tenĆa valor en sĆ mismo. Y no. No lo tiene. Para terminar con los ejemplos propuestos, aunque podrĆamos poner muchos mĆ”s, tenemos al Wesker netflixero. Que cambiasen de raza a Albert Wesker era algo relevante a nivel estĆ©tico, puesto que el villano de Resident Evil es muy icĆ³nico y tiene una estĆ©tica muy marcada. La gente que reaccionĆ³ airadamente a ese cambio no era racista; se hubiesen puesto igual si hubiesen hecho un Blade blanco o un Barret (personaje negro de Final Fantasy VII) caucĆ”sico. No obstante, asĆ como Nick Furia fue cambiado de raza y funcionĆ³, un Wesker negro podrĆa haber funcionado. El problema es que presentaron a Wesker como un villano no del todo malo: un buen padre, preocupado por sus hijas, alejado de la Ā«masculinidad tĆ³xicaĀ» (sea lo que sea eso)ā¦ Y oye, que un personaje asĆ puede estar muy bien, pero es que Wesker es un puto psicĆ³pata despiadado y cruel que prueba nuevos virus con su hija y mata a quien se le ponga por delante con tal de salirse con la suya. El Wesker de Netflix no es Wesker.
Por contra, ahora pongamos ejemplos actuales de pelĆculas o animes en los que aparecen personajes femeninos o no blancos con protagonismo y que no han recibido ninguna crĆtica. Por ejemplo, en la nueva saga de los Cazafantasmas, la protagonista principal es una chica, Phoebe Spengler; uno de los secundarios mĆ”s queridos es Podcast, un chico asiĆ”tico; y una de las estrellas de la Ćŗltima entrega hasta ahora (Imperio Helado) es el divertidĆsimo Amo del Fuego, un indio. En la saga de terror Expediente Warren, la coprotagonista es Lorraine, tan o mĆ”s querida que Ed por el pĆŗblico. A nadie le molestĆ³ en absoluto el papel de princesa fuerte y decidida de Peach en la pelĆcula de Super Mario Bros. Muchos personajes femeninos del UCM han sido grandes iconos: Wanda, Wonder Woman, Hela, Gamora, etc. Dos de los personajes mĆ”s admirados de la serie Walking Dead son Michonne (que ademĆ”s es negra) y Alpha, villana que compite con Negan y el Gobernador por la admiraciĆ³n de los fans. Nadie se quejĆ³ nunca de que el personaje protagonista de Los juegos del hambre fuese Katniss y no Peeta.
En el anime de Dragon Ball Super, uno de los personajes mĆ”s poderosos del Torneo del Poder fue Kefla, la fusiĆ³n de Kale y Caulifla (ambas ya muy fuertes por sĆ mismas). TambiĆ©n recuperaron a A18, uno de los personajes mĆ”s queridos de Z y que en la saga de los androides humillĆ³ al prĆncipe de los Guerreros del Espacio. Absolutamente nadie se ha quejado de ellas; al contrario, son de los personajes mĆ”s queridos. Uno de los protagonistas mĆ”s apreciados de Ataque a los titanes es Mikasa, que ademĆ”s es la que mĆ”s revienta aparte de Levi. O en Jujutsu Kaisen tenemos a la durĆsima Nobara; en SpyxFamily a la implacable Yor. Y muchas mĆ”s.Ā
PodrĆamos seguir poniendo decenas de ejemplos, pero estĆ” meridianamente claro que, en general, nadie tiene ningĆŗn problema con la representaciĆ³n femenina o de minorĆas en la ficciĆ³n popular. El problema de la inclusiĆ³n forzada es que se hace de manera artificial, porque se tiene que hacer por correcciĆ³n polĆtica, incluso por poder presentarse a premios o subvenciones. Recuerdo que mi amigo Roberto Vaquero me contĆ³ una anĆ©cdota que me pareciĆ³ lamentable: en un curso de escritura, la profesora anunciĆ³ que los protagonistas de las novelas nuevas debĆan ser mujeres, porque la ciencia ficciĆ³n y la fantasĆa, hasta ahora, habĆan sido escritas por hombres y para hombres. Ā”Pardiez! Esa seƱora estaba afirmando que una mujer no puede disfrutar plenamente de grandes obras como El SeƱor de los Anillos, Dune o La FundaciĆ³n.Ā
La inclusiĆ³n forzada es un autĆ©ntico lastre para la cultura popular, pues constriƱe la imaginaciĆ³n de los autores y marca unos rĆgidos marcos a la creatividad. AdemĆ”s, presupone que una mujer no puede disfrutar de Los Cazafantasmas igual que lo disfrutan los hombres, que tambiĆ©n disfrutan plenamente de Buffy cazavampiros; o que un negro no puede gozar de una partida al Resident Evil como lo hacen los blancos, que tambiĆ©n gozan como enanos reventando a Ken llevando a Balrog en Street Fighter.
En conclusiĆ³n, la cuestiĆ³n de la inclusiĆ³n forzada seguirĆ” siendo un debate en los prĆ³ximos aƱos (al menos hasta que Amazon, Netflix y Marvel no se puedan permitir perder mĆ”s dinero), pero es importante enfocar la discusiĆ³n en la realidad de las crĆticas hacia ese modelo de ficciĆ³n: lo que genera rechazo no son los personajes femeninos, negros, asiĆ”ticos o gays, sino el hecho de que esos elementos identitarios sean el eje central de sus arcos, deviniendo personajes vacĆos y construyendo historias sosas que, en los peores casos, destrozan sagas consagradas y muy queridas por el pĆŗblico.
Bravo, se tenĆa que decir y se dijo.
Magnifico el resumen y lo que mas molesta es inventarse personajes que no existen para quedar bien y cobrar subvenciones destrozando la historia original que la final es mentir
Y no te olvides de Jean Grey, que pasĆ³ a ser la mismĆsima FĆ©nix. Eso en 1976
Ā”SĆ! La menciono en el artĆculo. š
CĆ³mo comentĆ© el otro dĆa, la etapa de Claremont en Uncanny X-Men estĆ” llena de personajes femeninos interesantes y trata temas de xenofobia siendo un Ć©xito de ventas y crĆtica. El problema estĆ” en forzar algo a ser lo que no es.
Por no mencionar el hecho de que estĆ”n despojando a muchos personajes femeninos de la feminidad. Parece que los wokes se avergĆ¼encen de lo que biolĆ³gicamente diferencia a las mujeres y de lo que tradicionalmente mĆ”s les ha interesado.
Son duda en el gĆ©nero siempre ha habido mucha inclusiĆ³n. Sin ir mĆ”s lejos, los Xmen eran un reflejo de la lucha por los derechos de los negros en EEUU.
QuĆ© posiblementemente necesitemos tener mĆ”s inclusiĆ³n en gĆ©neros como el histĆ³rico, pues seguro. Pero eso no se hace cambiando el color de los personajes, si no contando la vida de personajes interesantes de Ćfrica, LatinoamĆ©rica o Asia. Pero poner a una Cleopatra negra en un documental cuando todas las fuentes dicen que era blanca mediterrĆ”nea es una soberana estupidez.
Lo de Cleopatra fue bochornoso. Hasta el gobierno egipcio se quejĆ³ XD
PodrĆamos aƱadir algunos personajes femeninos del Disney de antaƱo. Mujeres que defendĆan la autoridad tanto polĆtica como paterna para ser lo que querĆan ser, como Ariel o Yasmine.