El presidente ruso, Vladimir Putin, ha comenzado hoy una visita oficial de cuatro días a China con una intensa agenda diplomática que incluye su participación en la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), encuentros bilaterales con líderes internacionales y su asistencia al desfile militar del 3 de septiembre en Pekín, con motivo del 80º aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial.
La cumbre, celebrada en Tianjin, reúne a más de veinte jefes de Estado y de Gobierno, entre ellos Xi Jinping, Narendra Modi y Masoud Pezeshkian. Se trata del mayor encuentro de la OCS desde su fundación, consolidando el bloque euroasiático como un foro clave frente a la influencia occidental.
Durante su intervención, Putin ha abogado por un “orden mundial multipolar más justo”, en línea con la visión compartida por Moscú y Pekín de fortalecer un equilibrio internacional alternativo al liderado por Estados Unidos y la Unión Europea.
China, por su parte, ha calificado la visita como un hito en la relación bilateral, destacando que la alianza con Rusia es “estable, madura y de importancia estratégica histórica”.
El viaje de Putin subraya la convergencia política, económica y militar entre Moscú y Pekín en un momento marcado por crecientes tensiones internacionales y reconfiguración de bloques de poder.
