El pasado 1 de septiembre tuvieron lugar elecciones regionales en Alemania, concretamente en los estados federados de Turingia y Sajonia. En Turingia, el partido Alternativa para Alemania (AfD), con el 32,8% de los votos, se convierte en el partido más votado. En Sajonia, la victoria, con el 31,9% fue para la Unión Cristianodemócrata (CDU), seguido con el 30,6% por la AfD.
Aunque algunos sondeos ya lo predecían, estos resultados han supuesto un duro golpe para los «partidos tradicionales». También suponen un cambio de paradigma y, desde que se conocieron, han generado todo tipo de reacciones. No parece viable que AfD llegue a formar gobierno, pero, dados los resultados, estos partidos sí que pueden ser un bloqueo en aspectos judiciales o legislativos.
Alice Weidel es el nombre más destacado de los comicios. Es copresidenta del partido desde el año 2022 y líder del grupo parlamentario del partido en el Wundestad desde 2017. Nació el 6 de febrero de 1979 en la región de Renania del Norte- Westfalia, en la RFA. Renania del Norte-Westfalia es una de las regiones más ricas de Alemania (contribuye en un 22% al PIB del país) y de Europa. En la actualidad, alterna su residencia entre Berlín y Suiza, donde vive su actual pareja y los dos hijos adoptados juntas.
Weidel es doctora en Economía y posee un máster en Administración y Dirección de Empresas. Ha trabajado en consultoría financiera en empresas como Goldman Sachs o Allianz Global Investors, y ha pasado seis años de su vida profesional en China.
Se la considera una «superviviente» tenaz. En 2017 empezó a ascender en la escala del partido, que llevaba cuatro años en activo desde su fundación. El título de superviviente le viene por mantenerse firme tras una larga serie de abandonos de los líderes del partido. Algunos de ellos fueron el fundador Bernd Lucke, Frauke Petry o Jörg Meuthen. Ante estos abandonos, Weidel reforzaba su posición de líder junto a Alexander Gauland. Ahora, desde su posición de copresidenta junto a Tino Chrupalla, es posible que postule al puesto de candidata a la Cancillería para las próximas elecciones de 2025.
En la actualidad, se presenta un perfil que compensa el de Tino Chrupalla, más extremista, proveniente de la antigua Alemania del Este (RDA). Chrupalla aparece en actos públicos vestido con un mono de chapista, su profesión previa a la entrada en la política. Así, ella se muestra como la parte competente, más moderada, con conocimiento en el mundo complejo de las finanzas internacionales, y Tino aparece como la persona cercana y de ideas más «radicales».
AfD se planeaba como un partido de liberalismo clásico desde su fundación en 2013 por un periodista y un economista «ex UDC», intentando desvincularse de los partidos de extrema derecha. Con el paso de los años, ha ido mostrándose más como un partido de carácter nacionalista alemán, claramente euroescéptico y conservador, defensores del papel de la familia y de la cultura cristiana occidental el idioma y las tradiciones alemanas. El partido está posicionado contra el aborto, el islam y la inmigración masiva. Además, en la actualidad, aboga por salir de la Unión Europea al estilo Brexit británico, y su posición ante la inmigración es más clara que en sus comienzos.
Los resultados del partido en las primeras elecciones en las que participó (2013) podrían considerarse un fracaso. Pero, en 2017, por reacción al gobierno de Angela Merkel y su política de fronteras abiertas, AfD consiguió escaños en el Bundestag. En la actualidad este partido tiene representación en 12 de los 16 parlamentos regionales.
La posición de Weidel, junto a la ideología de su partido, tiende al liberalismo económico. Es gran admiradora de Margaret Thatcher y opina que su partido es el «único partido cristiano» que existe en Alemania. Además, es muy crítica con las políticas de inmigración de Angela Merkel, que consideraba destructivas para el país. Respecto a la Unión Europea, es algo más moderada que sus compañeros de partido, considerando que Alemania podría seguir formando parte, pero bajo ciertas condiciones.
También es muy conservadora en cuanto a la educación sexual en los colegios, contraria a que este se introduzca en los colegios antes de la adolescencia. Sobre esta cuestión, llegó a declarar que «no quiero que nadie se acerque a mis hijos con su idiotez de género o sus primeras clases de sexualización». Está en contra de la legalización del matrimonio de personas del mismo sexo, ya que apoya la familia tradicional. Sin embargo, defiende otros estilos de vida, apoyándose en su propia orientación sexual y su situación sentimental. Es decir, apoya la unión civil en la comunidad lesbiana y gay.
Esta aparente contradicción ha sido usada en su contra y ha servido para que algunos medios la apoden como «la reina de las contradicciones». Pero Weidel intenta utilizar estos ataques a su favor. Dice que es un riesgo para familias como la suya y personas con su orientación sexual la invasión descontrolada de asilados. Insiste en que no es una contradicción contra la ideología de su partido, declarando que «estar a favor de la familia tradicional no significa estar en contra de otros estilos de vida. AfD no es homófobo, el hecho de que yo este entre los lideres es una prueba viva de nuestra tolerancia».
Su figura puede estar siendo utilizada por AfD para suavizar la imagen del partido. Su perfil es claramente optimista y considera que, más pronto que tarde, el «cordón sanitario» que le han impuesto otros partidos, sobre todo CDU, tendrá que caer. Está convencida de que la entrada de AfD en el gobierno es inevitable. Cuando se le pregunta por las prioridades del partido si este llegase al gobierno, indica que sería el control efectivo de las fronteras, la deportación de los inmigrantes que delincan, reducir el tamaño del Estado y dejar las políticas «ecológicas» energéticas.
Weidel destaca su hábil uso de las redes sociales, incluyendo Instagram y TikTok, para difundir entre los más jóvenes sus consignas políticas. También es buena consiguiendo fondos para el partido. De los ingresos del partido, un 26% aproximadamente son donaciones anónimas. Aunque este punto es algo polémico, ya que, por ley, en Alemania estas donaciones son ilegales si proceden de fuera de la UE. La justicia alemana abrió investigaciones ante la sospecha de que proviniesen de Suiza, incluso de China y Rusia.