El Consejo, la Comisión y el Parlamento Europeo llegaron a un acuerdo sobre la Ley de Restauración de la Naturaleza a última hora del jueves 9 de noviembre. La votación en el pleno de la Eurocámara del pasado 12 de julio fue muy ajustada, y salió adelante gracias a 21 diputados insubordinados del Partido Popular Europeo (PPE) que se posicionaron junto a los socialdemócratas, verdes, la izquierda y los liberales.
El 81% de los ecosistemas terrestres y marinos de la UE están dañados, y el objetivo de la ley es reparar el 20% de esos hábitats naturales para el año 2030 y su totalidad para el 2050. Tras el acuerdo, la ley deberá ser ratificada tanto por los Estados miembros, representados en el Consejo Europeo, como por el Parlamento.
La votación de julio contó con 336 sufragios a favor, 300 en contra y 13 abstenciones. El PPE votó en contra pese a que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, pertenece a dicha formación y a la vez es una de las máximas defensoras de la agenda verde. Esto se debe a que los populares temen que la extrema derecha gane el apoyo de agricultores, ganaderos y pescadores, pues estos están mayoritariamente en contra de la aprobación de la ley. Y es que la nueva normativa recortaría las ayudas que reciben de la Política Agraria Común (PAC), dificultando todavía más la sostenibilidad del sector primario en la UE.
Los democristianos votaron en clave electoral, pero al final fue gracias a 21 de ellos (la mayoría irlandeses y checos) que la ley salió adelante. Rompieron la disciplina de voto, y dieron con ello una gran alegría a los principales apoyos que la ley tiene fuera de la política. Entre ellos: más de tres mil científicos, cazadores, empresas de energías renovables, un millón de ciudadanos que han firmado a favor de la ley y más de cincuenta multinacionales como Inditex, Iberdrola, Ikea, Nestlé y Unilever.
Los agricultores y ganaderos contrarios al texto se encuentran agrupados en la plataforma Copa-Cogeca, que representa a más de 22 millones de agricultores y 22.000 cooperativas agrícolas de la UE. Pese a ello, medios de comunicación como RTVE y La Vanguardia designaron a dicha organización como representante de los intereses de los “grandes empresarios agrícolas”, empleando en sus informaciones el mismo texto de una agencia cuyo nombre no citan.
En definitiva, la Ley de Restauración de la Naturaleza ha sido aprobada con el apoyo y la presión de grandes empresas no comunitarias de la alimentación, como son Nestlé y Unilever, mientras que millones de agricultores, la gran mayoría pequeños propietarios, han sido dejados de lado por las autoridades europeas.