La relación comercial y ciertos contratos de España con empresas chinas no resultan del agrado de la UE y Estados Unidos
En 2025, la Unión Europea ha tomado varias medidas frente a las relaciones comerciales con China que afectan directamente a España. Se han impuesto aranceles a productos baratos chinos, se han limitado licitaciones públicas a empresas chinas y se ha intensificado el debate sobre la dependencia europea de las importaciones de este país. Sin embargo, España actúa totalmente en sentido contrario liderando un acercamiento diplomático y empresarial hacia China, lo que ha generado tensiones con Bruselas.
Una de las principales medidas de la UE implantadas en 2025 son el acuerdo de imponer aranceles a mercancías de bajo coste, eliminando la exención para paquetes de menos de 150 euros. La medida busca proteger a empresas europeas frente a plataformas como Shein y entrará en vigor en 2026.
Tambien en este año se inician restricciones en licitaciones publicas La Comisión Europea excluyó a empresas chinas de contratos públicos de productos sanitarios superiores a cinco millones de euros, denunciando prácticas discriminatorias de Pekín contra fabricantes europeos. Y se lanzó una estrategia contra la política “Buy China” en el mercado sanitario, reforzando la defensa de la industria europea.
La UE considera a China un “rival sistémico” por sus prácticas proteccionistas y vínculos con Rusia, aunque al mismo tiempo reconoce su papel como socio estratégico por la dependencia tecnológica y comercial.
España, sin embargo, hasta este momento ha tenido una relación muy fluida con empresas Chinas en sus licitaciones públicas. En 2025 los contratos públicos españoles con marcas chinas han generado polémica y advertencias de la Unión Europea, especialmente en sectores estratégicos como telecomunicaciones y sanidad.
Los casos mas notorios serían los de Huawei y ZTE . La UE reconvino a España por mantener acuerdos con Huawei y ZTE, pese a las acusaciones internacionales de espionaje y robo de datos. Bruselas alertó que estos contratos “aumentan el riesgo de injerencia extranjera”, ya que ambas compañías están vetadas en Estados Unidos y cuestionadas en varios países europeos.
La Comisión Europea decidió excluir a empresas chinas de contratos públicos de productos sanitarios superiores a cinco millones de euros, denunciando que Pekín discrimina a fabricantes europeos en su propio mercado.
Esta medida afecta directamente a España, que había adjudicado contratos de material médico a compañías chinas durante la pandemia y en años posteriores.
En 2025, la UE aplicó por primera vez el Instrumento de Contratación Internacional (ICI) un mecanismo para limitar el acceso de empresas extranjeras (incluidas chinas) a licitaciones públicas europeas cuando no ofrecen igualdad de condiciones. España se vio obligada a revisar contratos en curso.
España ha buscado reforzar sus lazos comerciales con China, pero los contratos públicos en sectores sensibles (sanidad, telecomunicaciones, infraestructuras) han generado choques con Bruselas. La UE considera que estas adjudicaciones pueden comprometer la seguridad y la competitividad europea, en un momento de tensiones crecientes con Pekín. Lo que ha puesto a España en el punto de mira comunitario.
Estas contrataciones publicas españolas con Huawei y ZTE tampoco son del agrado de Estados Unidos. Washington ha llegado incluso a suspender intercambios de inteligencia con España y prepara sanciones específicas. En agosto de 2025, EE. UU. suspendió el intercambio de información sensible con España tras adjudicaciones a Huawei, citando riesgos de espionaje. La administración Trump prepara para 2026 la Secure Act, que castigará a países que mantengan contratos con empresas vinculadas al Partido Comunista Chino, como Huawei. España está entre los señalados. La CIA y otras agencias estadounidenses han recomendado tratar a España como país de riesgo en materia de inteligencia debido a sus contratos con Huawei. Pese a que el gobierno español ha intentado tranquilizar a Washington asegurando que Huawei no tiene acceso directo a datos sensibles, EE. UU. mantiene su desconfianza.
Los principales temores son el riesgo de espionaje y robo de datos. Huawei y ZTE han sido acusadas de facilitar acceso indebido a información sensible. La UE considera que los contratos españoles con estas compañías elevan el riesgo de injerencia extranjera.
Especialmente porque afecta a sectores críticos afectados España adjudicó a Huawei contratos para gestionar escuchas telefónicas judiciales y sistemas de comunicaciones policiales, lo que preocupa a la Comisión Europea
Los contratos más polémicos han sido el firmado en Enero Marzo de 2025 entre Huawei y el Ministerio del Interior para la Adjudicación de infraestructura de almacenamiento para el sistema SITEL(interceptaciones judiciales). .Ante el cual La Comisión Europea alerta de “proveedor de alto riesgo” y anuncia revisión de contratos nacionales. Y el iniciado en Abril con Huawei y la Guardia Civil para suministro de hardware para comunicaciones policiales. Bruselas advierte de riesgo de dependencia tecnológica y posible injerencia extranjera.
Así que mientras Bruselas estudia vetos, y Washington ha respondido con medidas duras: suspensión de cooperación en inteligencia y preparación de sanciones. España, en cambio, defiende que estos acuerdos no comprometen su seguridad nacional.
Al margen de las posiciones de la Unión Europea y Estados Unidos la realidad es que China ha incrementado su presencia en sectores clave como energía, telecomunicaciones y materias primas, lo que se percibe como una amenaza para la soberanía económica y tecnológica de España.
En este año, todo lo contrario a lo que están haciendo los países de la UE, España ha liderado un acercamiento a China para equilibrar la balanza comercial. Ya que importa ocho veces más de lo que exporta. El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, impulsó encuentros en Chengdú con empresas chinas y españolas. Y recientemente el Rey Felipe VI pidió resolver las “dificultades” que enfrentan las empresas españolas en China y reivindicó a España como socio fiable y puerta de entrada a América Latina y la UE.
Estos pactos y movimientos diplomáticos han hecho que las exportaciones españolas con China crecieran un 17% , evitando un descalabro exportador en medio de la guerra arancelaria global.
Mientras que la UE ha endurecido su postura frente a China en 2025 con aranceles, exclusiones en licitaciones y críticas a su proteccionismo, España ha buscado reforzar sus lazos comerciales y diplomáticos con Pekín para equilibrar su balanza comercial y atraer inversiones. Esta dualidad refleja la tensión entre la estrategia comunitaria y los intereses nacionales.
La situación de España es muy complicada porque esta actuando en contra de la UE por sus intereses.
Radicando el problema en el déficit que tiene España con China, que no es tan acusado con otros países europeos. Pese al incremento de exportaciones españolas hacia china la balanza comercial entre ambos países sigue mostrando un fuerte déficit para España: las importaciones desde China son aproximadamente ocho veces mayores que las exportaciones españolas hacia el país asiático. Para reducir esta brecha, el gobierno español ha impulsado una ofensiva diplomática y empresarial, con visitas oficiales y acuerdos bilaterales.
En 2024, España importó de China unos 45.174 millones de euros, mientras que exportó solo 7.467 millones de euros. En 2025, la brecha comercial se mantiene en torno a 40.000 millones de euros a favor de China. Las importaciones se han incrementado en un 18,7%
Las principales importaciones desde China son bienes de consumo, textiles, electrónica y automóviles. Los principales productos españoles exportados a China son medicamentos envasados, productos agroalimentarios y bienes industriales.
Este fuerte déficit hace que el gobierno español , se “olvide” de la posición europea para no hundir mas el balance comercial.
El gobierno español tambien busca la entrada de inversores y empresas chinos en el mercado español.
Mientras Bruselas considera a China un “rival sistémico” por su proteccionismo, España busca mantener una relación pragmática que combine cooperación e inversión.
En 2025, las inversiones chinas en España han crecido de forma muy significativa, especialmente en sectores estratégicos como baterías, automoción, energía verde y alimentación. España se ha convertido en un destino prioritario para grandes empresas chinas que buscan implantarse en Europa. En el primer semestre de 2025, la inversión china representó el 5,5% de toda la inversión extranjera recibida
Aunque aún lejos del máximo de 2017 (3.081 millones), la tendencia muestra un renovado interés de Pekín por España como puerta de entrada a Europa.
Los principales inversiones del 2025 en España han sido los proyectos de Giga factorías de baterías, como la empresa CATL (Contemporary Amperex Technology Limited), líder mundial en baterías de litio, junto con Stellantis, que esta desarrollando una planta en Zaragoza valorada en 4.100 millones de euros. La compañía exige trasladar temporalmente a unos 2.000 ingenieros chinos para poner en marcha la producción. O la empresa Gotion High-Tech, en alianza con Inobat, invertirá cerca de 5.000 millones de euros en Valladolid para levantar otra gran planta de baterías, consolidando a Castilla y León como polo industrial.
Y grandes proyectos de Automoción y movilidad eléctrica. Como el de la empresa BYD, gigante chino de vehículos eléctricos, ha señalado a Cataluña como ubicación preferente para su nueva planta europea, tras las de Hungría y Turquía. O Chery Automobile que ya se instaló en las antiguas instalaciones de Nissan en Barcelona en 2024, reforzando la presencia china en el sector.
Algunas de estas inversiones se ven por las autoridades comunitarias como a ser revisadas ante riesgo de dumping o practicas ilícitas para evitar aranceles.
Un sector clave como la energía verde, que debería liderarse con capital nacional o con fondos europeos tambien se ha cedido a inversores chinos . Y así empresas como Energía verde Hygreen Energy y Envision preparan inversiones de más de 3.000 millones de euros en Andalucía, centradas en proyectos de hidrógeno verde y energías renovables.
Tambien está llegando la “invasión de capital chino” a sectores tan tradicionales y fuertes en nuestro país como la alimentación y construcción. En Alicante, compañías chinas como Huaxin Food y Essense Group han iniciado alianzas con empresas locales en sectores de alimentación y construcción, buscando implantarse en la región.
Este auge responde tanto a la estrategia china de expansión industrial como al interés español en atraer capital extranjero para impulsar su transición energética y tecnológica, en lugar de buscar otras soluciones.
Otro punto importante para España es el peso que pudiera llegar a tener China como tenedor de deuda publica. No existen datos oficiales que indiquen que China sea un tenedor significativo de deuda pública española en 2025. La mayor parte de la deuda española está en manos de instituciones europeas, el Banco de España (a través del BCE), bancos nacionales y fondos de inversión internacionales. Pero China es uno de los mayores compradores de deuda global (especialmente de EE. UU.)
Si España se viera obligada a incrementar su ya abundante deuda publica que en Septiembre se sitúa en 1,710.060 millones de euros, equivalente al 103,8% del PIB. Esta ampliación podría no poder ser absorbida por está absorbida por programas de compra de bonos del Banco Central Europeo. Y Entidades financieras nacionales y fondos europeos bancos españoles, aseguradoras y fondos de inversión. En ese caso debería atraer a China en la compra de deuda
Además de estas razones de dependencia económica la buena relación de España con China tambien tiene que ver con el deseo de querer jugar un papel en las relaciones internacionales, ante la creciente perdida de poder del país en el contexto internacional . España persigue con China objetivos políticos y estratégicos pretendiendo proyectarse como actor relevante en un mundo multipolar. España aprovecha la relación con China para pretender reforzar su papel como potencia media europea, capaz de tender puentes entre bloques enfrentados.
Así España se ha querido posicionar como mediador entre Bruselas y Pekín, intentando suavizar tensiones en la guerra comercial y en disputas sobre subsidios a baterías y automóviles eléctricos.
Y unos intereses políticos un poco cuestionables, porque ideológicamente quiere defender una autonomía frente a EEUU y la UE. Pero lo cambia por una dependencia hacia China. La narrativa de acercamiento a China también tiene un componente ideológico con figuras como Pablo Iglesias que han defendido públicamente la cooperación con Pekín como alternativa a la “agresividad geopolítica” de EE. UU. Esto refleja que el vínculo con China no solo es económico, sino también parte de un debate político interno sobre el modelo de alianzas internacional.
En el contexto social hay un acuerdo con que España debería ser tener política exterior más independiente de EE. UU. y de la UE. A lo que el gobierno da respuesta o posible solución un mayor acercamiento a China. Que puede ser cambiar una dependencia por otra y no es justificable.
España parece querer jugar con dos barajas y pese a la posición anti China de la UE, y enfatiza la cooperación económica y cultural. El gobierno español ha defendido que la cooperación con Pekín es compatible con su pertenencia a la UE y la OTAN.
Al margen de todas estas razones, el Ex presidente Rodriguez Zapatero es uno de los mayores defensores de esta política de acercamiento. El expresidente mantiene una relación política y académica con China, participando en foros internacionales y defendiendo públicamente la cooperación con Pekín.
Tambien es conocido que la empresa de publicidad y comunicación de las hijas de José Luis Rodríguez Zapatero, Laura y Alba Rodríguez Espinosa denominada What the Fav, dedicada al marketing digital, eSports y campañas de imagen corporativa, tiene entre sus clientes a Huawei.