Lavapiés ha vuelto a ser noticia por la delincuencia que albergan sus calles. El domingo a las 20:45 una pareja de policías se encontraba en la zona realizando tareas de prevención cuando vieron a un hombre y una mujer sentados haciendo un presunto intercambio de droga en la Plaza de Nelson Mandela.
Tras darles el alto y acercarse, el varón intentó marcharse, siendo interceptado a los pocos metros por uno de los policías. Es aquí cuando empezaron los problemas, ya que el hombre empezó a gritar para avisar a los allegados que estaban en la zona, que rápidamente llegaron para rodear a los agentes, increpándolos e insultándolos. Los agentes tuvieron que llamar a varias patrullas de refuerzo para realizar un perímetro de seguridad y desalojar a la muchedumbre de aproximadamente 30 personas.
El hombre, un camerunés de 28 años y con antecedentes por delitos de atentado contra la autoridad y contra la salud pública, se resistió a su arresto. La detención se desarrolló con tal violencia por parte de las personas allí presentes y, sobre todo, del detenido, que fue necesaria la intervención del Samu, que atendió en el lugar a siete de los agentes. Debido a la gravedad de las heridas, dos de ellos tuvieron que ser trasladados al hospital.
Siete policías heridos tras la detención de un camello camerunés en Lavapiés
Una treintena de personas, alertadas por el detenido, rodearon e increparon a los policías tratando de facilitar la huida del africano.
✍️ Diego Gallardo de la Fuente
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— El Enclave (@elenclavemedio) April 10, 2024
Durante el trayecto hasta comisaría, el arrestado no paró de dar patadas al vehículo policial, llegando a romper una de las puertas del coche patrulla. Una vez allí, el extranjero continuó golpeando a los agentes.
Lavapiés, un desafío para la Policía
Este suceso ha puesto de nuevo el barrio madrileño de Lavapiés en el centro de la polémica. Recordemos que hace poco más de una semana dos policías fueron duramente cuestionados tras viralizarse un vídeo cortado y sin contexto donde se les podía ver tratando de detener a dos senegaleses, llegando a ser tildados por parte de los partidos más ‘woke’ de racistas.
Una vez esclarecidos los hechos previos a la detención, conociéndose que los individuos portaban drogas encima -uno de ellos además se encontraba en estado de embriaguez- y que ambos venían de un supermercado de la zona de increpar a una de las trabajadoras tras tratar de pagar con una tarjeta cuyo pin desconocían y montar una trifulca con otros individuos, ningún partido ni político se disculpó ante los agentes por haber faltado a su honor.
Sea como fuere, el aumento de la criminalidad en este barrio de la capital cada vez preocupa más a sus vecinos, que ven como su barrio se degrada cada día más sin que ningún grupo parlamentario busque una solución.