Desde la caída del régimen de Al Assad se reportaron múltiples episodios de violencias inter-étnicas. El grupo que se hizo con el poder, HTS, al ser una escisión de Al Qaeda, no solo cuenta en sus filas con sirios, si no que son numerosos los contingentes de chechenos, afganos, uigures y demás nacionalidades, todos ellos fanatizados en el ideal wahabita de la yihad a ultranza contra otros grupos religiosos y étnicos.
En el pasado ya narramos lo ocurrido con respecto a los alauíes en la costa este de Latakia. Muchos medios quisieron vender las masacres a esta minoría como una limpieza de las reminiscencias del régimen de Al Assad, pero los niños y mujeres asesinados poco tenían que ver con el anterior régimen. Bashar Al Assad era alauita, pero esto no quiere decir que todos los alauitas fuesen baathistas, ni mucho menos.
Pues tras el avasallamiento de los alauitas, y mientras los cristianos soportan atentados terroristas en sus iglesias, el foco de las nuevas autoridades islamistas se han centrado en el sur del país, y tienen en la diana a los indómitos drusos. Estos pertenecen a una secta ocultista y endogámica de origen islámico, siendo sobre todo pobladores de las regiones montañosas del Líbano, así como del Golán sirio actualmente ocupado por Israel. Como suele ocurrir en esta región del mundo, todo lo que se salga de la ortodoxia sunnita fundamentalista es señalado como herético y pecaminoso, y por lo tanto perjudicial para la Umma musulmana.
Mientras múltiples medios divagan sobre si la barba recortada de Al Jolani es suficiente gesto de su alejamiento del fundamentalismo islámico, las milicias que él defiende se dedican a cometer masacres contra las minorías étnicas tan comunes en Siria. De esta forma el problema druso se focaliza en la localidad de Sweida, en la parte meridional del país y por lo tanto próxima a Israel. Aunque el origen es difuso, las milicias islamistas se enardecieron y empezaron a cometer actos de vejación contra ciudadanos drusos. El más repetido es el afeitado del bigote característico druso, pudiendo encontrar vídeos al respecto con facilidad en las redes sociales. Esto provocó que los ofendidos drusos respondieran atacando a los beduinos que habían profesado estos ataques y ofensas. Estos beduinos son comunidades profundamente islamistas, que habitan en la zona intermedia entre Sweida y la frontera israelí. Ante esta respuesta drusa todas las fuerzas islamistas, que ahora comandan las fuerzas de seguridad y policiales de Siria, se movilizaron masivamente hacia la región, al igual que lo sucedido en Latakia.
Los drusos dejaron entrar inicialmente a las fuerzas del orden, pero respondieron provocando numerosas emboscadas y causando numerosas bajas a los islamistas. En este tiempo Israel se pronunció al respecto, ya que cuenta en su país con un número sustancioso de ciudadanos drusos, los cuales hacen el servicio militar y odian con todo su ser a los fanáticos sunitas de Hamás, y además el área de los incidentes son zonas que Israel ansía controlar para aumentar su zona de amortiguación con respecto a sus hostiles países vecinos. Tras las advertencias las FDI acabaron bombardeando el Ministerio de Defensa sirio, localizado en Damasco. Pero tras la sucesión de varios altos al fuego infructuosos, no han vuelto a producirse ataques israelís. Y es que los drusos están divididos, entre los que aún confían en poder vivir en una Siria que respete su secta, o otros que ven como deseable el status que sus correligionarios tienen en el país hebreo.
De todas formas el papel informativo de los medios generalistas sobre Siria sigue siendo nefasto. Ya en la nueva Constitución se establece que Siria será un país musulmán que se regirá por el fundamentalismo sunita, por lo que todo lo que no se encuadre en esa ortodoxia estará indefenso ante los ataques islamistas, y no solo eso, si no que en la mentalidad de los nuevos amos de Siria es deseable que todos esos herejes y apóstatas desaparezcan, y así Allah favorecerá al país por realizar su obra redentora. Solo queda preguntarse si unos montañeses fanáticos como los drusos se resignarán a desaparecer, o buscarán otras vías de supervivencia.