Tras hacerse con el control de Afganistán en 2021, los talibán siguen ampliando su lista de restricciones a las mujeres, después de prohibir que acudan a institutos médicos y semiprofesionales para recibir formación. Esto supone el cierre de una de las pocas instituciones que estas tenían para seguir estudiando. Desde el gobierno promovieron, hace ya meses, la ‘Ley para la Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio’, que ataca directamente el desarrollo de la mujer en el país.
Las niñas mayores de 12 años no podrán ir a la escuela, así como realizar estudios superiores. Al principio de su mandato, los talibán ejercieron una segregación en las aulas, pero, con el tiempo, han ido vetando sus derechos hasta la última noticia mencionada anteriormente.
A lo largo de su mandato, las mujeres han sufrido una serie de discriminatorias medidas, como la exclusión del mercado laboral, que ha dañado gravemente la economía de las familias afganas. Solo se permite a un pequeño número de mujeres trabajar de enfermeras o médicas en determinados hospitales para atender a otras mujeres y niñas.
También se ha impuesto un código de vestimenta religioso que está sujeto a una estricta normativa. En este, se debe ir tapada de la cabeza a los pies, y se prohíben prendas como los tacones. Para salir de casa, las mujeres deberán ir acompañadas por un pariente cercano, ya sea el hermano, el padre o el marido.
Tampoco se permite a la mujer la práctica deportiva, así como el acceso a los centros deportivos, una medida que perjudica gravemente su salud física. Asimismo, las familias tienen como obligación elegir con quién se casan sus hijas, cuántos hijos tienen y con quien mantener sus relaciones.
Aunque sea algo que afecta a toda la sociedad afgana, estas tampoco pueden ejercer su libertad de expresión, ya que podrán verse sometidas a palizas y demás torturas. Tampoco podrán ir a salones de belleza y tendrán que aceptar la segregación en los espacios públicos, como a la hora de montarse en el autobús. La última noticia de Afganistán que congeló los noticiarios de occidente fue la prohibición del sonido de la voz de las mujeres en los espacios públicos, algo que en nuestros países parece surrealista.