miércoles, enero 22, 2025

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El oportunismo de las organizaciones agrarias y la Unión Europea

Las asociaciones agrarias aprovechan las protestas del pequeño agricultor para conseguir nuevas subvenciones de la Unión Europea

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Hace ya más de un mes que los agricultores españoles decidieron unirse a sus vecinos europeos a las protestas agrarias. En una frecuencia de aproximadamente semana y media, desde febrero del presente año 2024, los agricultores españoles salen a la calle a pedir al gobierno medidas pertinentes para paliar sus problemas y poder sacar adelante sus vidas.

Lo que empezó como un movimiento «espontáneo» que incluía desde pequeños agricultores hasta ganaderos nacionales, ha pasado a ser encabezado por las asociaciones y sindicatos agrarios, principalmente por la ausencia de liderazgo, organización y coordinación. En este artículo, se pretende desvelar qué papel juegan las asociaciones y sindicatos agrarios en el marco político y económico actual y su relación con la Unión Europea.

El papel de la Unión Europea

El foco de acción de la Unión Europea desde la salida al ruedo de las políticas agrarias europeas «PAC o Política Agraria Común» ha permanecido en crear una planificación de la producción basada en los dogmas de la Agenda 2030. En este contexto, la evolución de la actividad del sector agrario de España muestra una clara tendencia por parte de los productores hacia la dependencia de las ayudas emitidas por el Banco Central Europeo, y aprobadas por Bruselas.

Las exigencias de la unión suponen para el gremio agrario un cambio tan brusco que le imposibilita la adaptación, obligando al productor del sector primario a unirse a organizaciones agrarias, tales como asociaciones, sindicatos y cooperativas; no sólo como mecanismo de defensa ante dichas imposiciones, sino también por la simplificación en la puesta al mercado del producto.

A continuación, presentaremos una gráfica de evolución del número total de solicitudes de las prestaciones provenientes de la PAC para Andalucía, comunidad que supone el 31% del Valor Añadido Bruto del sector agrario nacional:

Esta gráfica de evolución, lejos de demostrar que menos personas soliciten la ayuda de la Política Agraria Común, en su lugar encierra una realidad aún más escandalosa. Observemos el desglose del siguiente gráfico:

Visto de un modo aséptico: aunque el total de personas físicas representa respecto a las jurídicas un mayor volumen, cabe señalar que las jurídicas suelen relacionar a un número mayor de gente, pero esas uniones se cuentan como unidades, lo que implica una
enmascaramiento de las cifras estadísticas reales.

Mientras las solicitudes por parte de personas físicas disminuye cada año, las solicitudes de personas jurídicas aumenta, y con ello, la filiación de personas anteriormente físicas a muchas de esas personas jurídicas. Esto no sólo significa que se estén creando cada vez más organizaciones «traslúcidas» como asociaciones, sindicatos y cooperativas, sino que además, el sector se está concentrando cada vez más en entidades dependientes, que por tanto están al servicio del Estado y la Unión Europea (véase «Tractores y trileros»). Las personas dedicadas al sector primario miembros de organizaciones agrarias, perciben conforme dictan los estatutos de la organización a la que pertenecen, y dichos estatutos no siempre obligan a repartir las ganancias de manera igualitaria entre sus miembros.

El desmantelamiento de un nuevo sector

Las asociaciones y sindicatos han visto en estas protestas un gran filón para capitalizar el descontento de la mayoría y nuevamente pedir ayudas de la PAC. Solamente en 2023, desde la Junta de Andalucía se han emitido partidas presupuestarias a organizaciones como ASAJA, COAG, y UPA por el monto total de 1.118.640 euros a cada una, tal y como reza en «05/10/2023. Resolución de 15 de septiembre de 2023, de la Viceconsejería, por la que se da publicidad a las subvenciones concedidas a organizaciones y entidades representativas de los sectores agrario, pesquero y de desarrollo rural en Andalucía», en donde además se publican las distintas ayudas a cooperativas y federaciones.

Entidades en las que por norma general, quien más se enriquezca de forma porcentual será el miembro que más capital posea y aporte, ya sea en forma de capital fijo (inmuebles, maquinaria…) o en forma de acciones.

Mientras los colectivos agrarios encabezan felices las protestas y las aprovechan para negociar de forma unilateral con las subdelegaciones del gobierno, como pudimos comprobar algunos el día 13 de marzo de 2024 en Málaga, la Unión Europea y el gobierno de España aprovechan estos vicios del mismo sistema que ellos promueven para desconvocar, disolver y mermar cualquier legítima protesta proveniente del conjunto del pueblo español para la emancipación nacional, y así seguir asentando la toxina segregada de la relación que tenemos para con la unión.

La solución de Bruselas ante cualquier problema pasa por la sedación absoluta de la sociedad por medio de la deuda, que de mismo modo sufren los trabajadores españoles de primera mano cada vez que llenan la cesta de la compra. La deuda aliena al grueso de la población, que espera poder seguir disfrutando del dinero recién impreso de aquella riqueza que aún no se ha producido, mientras a su vez se queja porque el supermercado de confianza ha subido los precios. A medida que pasa el tiempo España está más cerca de ser ese hijo inválido, que no es autosuficiente y necesita ayuda para ir al baño. Todo con el beneplácito de aquellos que dicen representar a España.

En este punto nos puede surgir la duda de si esto es así o si estamos cayendo en una paranoia fruto de la ignorancia. Procedamos a examinar si es cierto o no con un par de gráficas:

Como podemos observar en el primer gráfico donde aparece la distribución porcentual del PIB en base a los sectores económicos, después de la entrada de España en la Unión Europea en 1986, se produce un paulatino cercenamiento de los sectores que aseguran la autonomía del país en favor de la dependencia inherente al sector servicios. Para terminar, en el último gráfico, con un número mayor de muestras, se puede ver la evolución del empleo por sectores, que reafirman la evolución de los datos del PIB previamente proporcionados.

Se podría concluir entonces que España es el paraíso liberal para unos pocos. Para el resto, una realidad cada vez más difícil.

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