La Delegación de Misión Samaritana de la Diócesis de León ha querido mostrar este martes a través de un comunicado su «preocupación por las reacciones de desconfianza y rechazo ante la próxima apertura del Centro de Atención a Personas Migrantes en el Chalet del Pozo de León el próximo 22 de junio», en referencia al rechazo de los vecinos a la apertura de este centro.
Esta institución argumenta que «la convivencia con personas emigradas es una oportunidad para el enriquecimiento mutuo. Las personas migrantes no son un problema, sino portadoras de talentos y experiencias culturales valiosas». Además, continúa alentando a «no considerar al migrante como una amenaza, sino reconocer su dignidad como persona; superando los prejuicios que el desconocimiento, el miedo y la desinformación puedan provocar en nosotros».
Finalmente, el comunicado hace un llamamiento a todos los agentes pastorales a «destacar la contribución positiva de las personas emigradas al bien común de la sociedad, evitando actitudes racistas y aporofóbicas y fomentando la cultura del encuentro fraterno y la ayuda que dignifica».