Desde el inicio del año, la Guardia Civil y la Policía Nacional han intervenido en numerosos sucesos relacionados con las redes de introducción de personas inmigrantes en territorio español, una gran problemática que genera a estas mafias millones de euros desde hace años y que nuestros políticos no parecen querer solucionar en esencia.
En la última semana, los agentes han intervenido hasta en dos ocasiones. Una de ellas en Toledo, donde han detenido a tres integrantes de una red criminal dedicada a la introducción de inmigrantes magrebíes a España, a los que podían cobrar entre 14.000 y 16.000 euros.
Esta red ha conseguido introducir alrededor de un centenar de magrebíes, convenciéndoles de que trabajarían en explotaciones agrícolas. Los agentes han conseguido averiguar que todo comenzaba con una oferta de empleo y la posterior contratación para su regularización, pero la realidad es que nunca llegaban a trabajar en las empresas que les habían prometido, sino que figuraban dados de alta en la Seguridad Social durante un escaso periodo de tiempo. Se calcula que los detenidos habrían ganado hasta un millón de euros con las víctimas que hasta el momento se han identificado, puesto que la investigación sigue abierta y no se descartan nuevas detenciones.
El otro caso similar se ha dado en Barcelona, donde la Policía Nacional ha desarticulado una banda que trasladaba a inmigrantes hacinados en una furgoneta desde zonas extracomunitarias hasta la ciudad catalana. Los acusados cobraban a las víctimas entre 10.000 y 12.000 euros y utilizaban ocho vehículos para realizar traslados de hasta 18 horas. Una vez iniciaban el trayecto, les retiraban sus teléfonos móviles y documentación. Además, no les permitían salir del vehículo, por lo que les obligaban a hacer sus necesidades en bolsas de plástico y tenían que orinar en botellas. La operación, bautizada Patera, ha propiciado la detención de siete individuos acusados de falsedad documental y pertenencia a organización criminal.