“Nada por lo que sentirse orgulloso”, ese suele ser el lema de una gran parte de la población de España cuando se acerca el 12 de octubre. Esta es una frase que la población autóctona (no en su totalidad) entiende como algo coherente debido a la historia nacional de nuestro país, pero ¿Es realmente justa dicha afirmación?
El estudio de la Historia debe revelar los hechos sin caer en relatos fantásticos o juicios de valor anacronistas. A este efecto, las leyendas negras, rosas y el presentismo son los mayores enemigos de la verdad.
La Leyenda Negra
Esa opinión peyorativa sobre España ha sido creada intencionadamente. A dicha visión deformada sobre el pasado del país se la conoce como “La Leyenda Negra”, la cual abarca la Inquisición, las políticas de Felipe II y por supuesto la conquista de América.
¿Quién promovió la leyenda negra?
¿Quién la promovió? Esa es la primera gran pregunta y no tiene una difícil respuesta: Los enemigos históricos del por aquel entonces imperio español, durante el siglo XVI y XVII.
Las acusaciones venían de parte de franceses, alemanes, ingleses, holandeses o italianos. Todos ellos partícipes de lo mismo que le imputaron a los españoles. La propaganda sobre un enemigo siempre ha sido práctica habitual en la historia.
Una de las exageraciones sobre los actos de España la encontramos en una colección de grabados encargada por Guillermo de Orange a un pintor holandés, Theodore de Bry (1525-1598) quien jamás había estado en las indias. En dichos grabados se representaban los supuestos horrores cometidos por los españoles a los indios. El interés político de Guillermo, enemigo de Felipe II, es claro. La relación de los grabados con la realidad, es más bien dudosa ya que el autor no pudo ser testigo de ninguna de las situaciones que muestra.
Nationale, Paris
España se muestra como la cara del más duro y cruel colonialismo. Sin embargo, el colonialismo inglés, el cual dejó más de 100 millones de muertos sólo en la India, o en Australia, donde se catalogaba a los indígenas como “flora y fauna” y se les privaba de todo derecho, apenas tiene mención y mucho menos empaña su memoria histórica.
Otro ejemplo de fuerte colonialismo lo tendríamos en el rey de Bélgica, Leopoldo II, quien tenía sometido al Congo. El monarca mandaba cortar las manos y los pies de los niños congoleños si estos se negaban a trabajar.
Existen atrocidades en la historia de todos los países, pero es significativo que justo esta, no solo haya perdurado viva en el recuerdo, sino que además se extrapole hoy día y se vincule a la España del siglo XXI con los actos del Imperio Español del XVI.
¿Hubo abusos contra los indios?
Sí, desde luego. Explotación de la mano de obra indígena, saqueos, asesinatos, violaciones, etc. Todas las acciones típicas de una conquista. Estas prácticas, sin embargo, no fueron inventadas por el imperio español y por supuesto no fueron sus máximos exponentes. El Imperio romano, el bizantino, las ciudades estado de Mesopotamia o de Grecia, etc. Incluso el propio Imperio azteca, quien sacrificó alrededor de 70 mil personas integrantes de las tribus mexicanas que tenía sometidas (Cifras dadas por el historiador William H. Prescott) en conmemoración a la creación del templo de Tenochtitlán en 1486.
La principal diferencia entre España y el resto de países colonialistas o conquistadores fue la reacción ante estas tragedias y sobre todo la estructura administrativa de estos territorios.
Tras las quejas emitidas por Antonio de Montesinos en 1511, sobre el maltrato de los indios, se establecieron las Leyes de Burgos en 1512 (Sánchez Domingo, 2012), las cuales intentaban brindar protección a estos (Modificadas para suplir las deficiencias en 1542, “Leyes Nuevas”) . Entre otras cosas, estas leyes defendían que los indígenas eran hombres libres, capaces de tener vivienda y derechos, trabajo y salario digno. El punto más significativo es que se les catalogaba de súbditos de la corona, estableciendo una igualdad jurídica con los territorios europeos y también pudiendo acceder a cargos públicos y abrir negocios, algo que los alejaba de la definición de colonias y que por supuesto no sucedió ni en las británicas ni en las francesas. También son esclarecedoras las leyes que legalizaban los matrimonios mixtos en las colonias, de 1503 por la reina Isabel (En EEUU tuvieron que esperar hasta 1967 para aprobar los matrimonios interraciales).
En cuanto al genocidio sistemático de los indios, que algunos, como Bartolomé de las Casas, estiman en 40 millones de nativos1, es algo inviable por el número de conquistadores en relación a los primeros. El historiador italiano Livi Bacci ha demostrado que fue una conjunción de causas las que provocaron los desastres demográficos. La más importante fue la extensión de nuevas enfermedades para las cuales los indígenas no tenían anticuerpos, como la viruela o el sarampión.
¿Cómo se desarrolló la conquista?
La versión que se ha transmitido sobre este suceso es la de Colón, Hernán Cortés o Pizarro, llegando a distintas zonas del continente y masacrando a los nativos indiscriminadamente, engañándolos o abusando de su poderío bélico.
Esto es algo totalmente absurdo, no sólo porque pecaríamos de pretenciosos observando a las tribus nativas ingenuos que no supiesen de conflictos bélicos, sino porque los datos nos dicen lo contrario. Las fuerzas españolas que llegaron a América rondaban los 200, mientras las fuerzas indígenas de imperios como el azteca o el inca se encontraban entre los 200.000 (Oudijk y Restal, 2008; Cervera Obregón, 2014). Por mucha diferencia de equipamiento militar entre unos y otros, era totalmente imposible que el Imperio español hubiese podido someter el territorio americano sin la colaboración de las etnias rivales.
Las pruebas sobre la convivencia de indios y colonos españoles podemos observarlas a día de hoy, donde podremos encontrar entre la población rasgos aztecas, incas, mexicas, toltecas, etc. Algo muy distinto a lo que ocurrió en las colonias inglesas, por lo que no encontraremos rasgos de sioux y otros pueblos del norte.
Destrucción cultural
En cuanto a la destrucción de las lenguas nativas se cree que fue debido a los intentos de evangelización por los que se obligó a la población indígena a aceptar la lengua del imperio español y se destruyeron las propias en el proceso.
Hay indicios de que las lenguas indígenas se mantuvieron vivas durante el proceso colonial, como remarcaba Alonso Carrió de la Vandera en el s.XVIII, quejándose de que las diferentes tribus no hablasen en español. Esto se entiende porque una de las ambiciones de la conquista fue la evangelización de los pueblos nativos. A los misioneros les resultaba mucho más práctico aprender la lengua de las distintas tribus y catequizar en dicha lengua que intentar dar sermones a miles de indios en una lengua que pocos comprendían. Las universidades llegaron en 1535 a las indias y en ellas se enseñaban también las lenguas nativas para facilitar la misión evangelizadora, recogiendo por escrito lenguas como el aymara o el quechua (García Benítez, 2001).
Ni negra, ni rosa
Pese a estos datos, hay que tener en cuenta que el periodo en que España tuvo dominio sobre las Indias abarcó varios siglos. Pese a que el imperio español llevó a cabo labores de integración e intentos de garantizar derechos a los pueblos indígenas, también ocurrieron acciones inducidas por el odio o la codicia. La verdad en la historia no se encuentra en la leyenda negra, pero tampoco en la leyenda rosa, sino entre ambas.
Hay que entender que los hechos del pasado no pueden ser juzgados por el prisma y la moral actual y mucho menos buscar culpables a día de hoy. La máxima que se le enseña a cualquier historiador es clara: Un hecho debe analizarse en su contexto.
Bibliografía:
Rafael Sánchez Domingo (2012). “Las Leyes de Burgos de 1512 y la doctrina jurídica de la Conquista.” Revista Jurídica de Castilla y León.
Javier de Navascués (2019) “Las dos leyendas sobre la conquista de América: ¿Imperiofilia o genocidio?” Universidad de Navarra
Ana María Cabarias Torres, (10 de abril de 2023) “Reflexiones sobre intolerancia y colonialismo. A propósito de la leyenda negra española” Conferencia en la Institución Cultural Alfonso X el Sabio, Salamanca.
Cervera Obregón , M. A. (2014) «Los aliados de Cortés» en Desperta Ferro, n°12, Historia Moderna.
Oudijk, M. R y Restall, M. (2008) «La conquista indígena de Mesoamérica: El caso de don Gonzalo Mazatzin Moctezuma», Universidad de las Américas, Puebla.
García Benítez, A. (2001) «Sociedad y educación en las leyes de Indias», Barataria, Revista castellano-manchega de ciencias sociales. http://dx.doi.org/10.20932/barataria.v0i4.281
Esteban Mira Caballos (21 de febrero de 2019) “La leyenda negra: Mito y realidad en la conquista de América” Conferencia en Villafranca de los Barros.
1 El padre Las Casas estimó que, entre 1492 y 1560, murieron en las Indias Occidentales al menos 40 millones de nativos, despoblándose unas 4000 leguas, “cosa nunca jamás otra oída, ni acaecida, ni soñada”.