9 de noviembre de 2025

La nueva rebeldía: cuando hacerse de extrema derecha se convierte en moda

La nueva rebeldía cuando hacerse de extrema derecha se convierte en moda
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Durante décadas, la rebeldía juvenil se identificó con la contracultura, la izquierda, el pacifismo o la defensa de las libertades. Hoy, sin embargo, en muchos países europeos —y también en España— crece un fenómeno paradójico: jóvenes que se declaran abiertamente “de derechas” o incluso simpatizantes de la extrema derecha, reivindicando valores tradicionales, rechazo al multiculturalismo o al feminismo contemporáneo.

Los datos lo confirman. Según El País y CIS-Juventud, la generación nacida después del 2000 muestra el mayor desplazamiento a la derecha de las últimas cuatro décadas. No se trata solo de ideología, sino de identidad. En un entorno dominado por la corrección política y el pensamiento homogéneo en redes sociales, muchos jóvenes encuentran en ese giro una forma de provocar, de diferenciarse y, en cierto modo, de recuperar el espíritu rebelde que antes representaban otros movimientos.

Las redes juegan un papel central. Cuentas de TikTok o YouTube difunden mensajes simples, envueltos en estética moderna, música urbana y un discurso que mezcla crítica al sistema, frustración económica y orgullo nacional. No es un fascismo clásico, sino una reacción estética y emocional frente a un mundo que perciben vacío, débil o hipócrita.

Pero confundir la disidencia con el extremismo es peligroso. Una cosa es cuestionar el statu quo; otra muy distinta es caer en los viejos discursos del odio, el autoritarismo o la exclusión. Detrás de la ironía o el meme político se cuela una narrativa que banaliza la historia y legitima lo intolerable.

La juventud, por definición, busca sentido. Si el sistema no lo ofrece, otros lo harán. Y ahí radica el verdadero reto: dar razones para creer sin tener que odiar.