Sobre las 08:30 horas del pasado 20 de agosto, la Policía Local fue requerida en un domicilio de la barriada de Pere Garau por una pelea donde se exhibían armas blancas.
El requirente del servicio, un ciudadano marroquí de 37 años, informó que un menor, colombiano de 17 años, hijo de su pareja, había amenazado a los convivientes en ese domicilio con un cuchillo y se había encerrado en el baño.
Los agentes se comunicaron con el menor a través de la puerta y le conminaron a que saliera de manera pacífica. Al no obtener respuesta, y primando la necesidad de saber que el menor se encontraba bien, accedieron al baño adoptando las debidas precauciones.
Los policías fueron recibidos por el joven haciendo ostentación del cuchillo, advirtiéndoles que si se acercaban los mataba. Dado el cariz que tomaban los hechos, se retiraron y solicitaron la presencia de una dotación de la Unidad de Intervención Inmediata (UII) para que con el material adecuado pudieran, con mayor seguridad, controlar la situación.
Mientras esperaban la llegada de la unidad de apoyo, mantuvieron una conversación con el menor y le hicieron recapacitar consiguiendo que depusiera su actitud y se entregara voluntariamente.
A la llegada de la madre del muchacho les explicó que hacía pocos días que había ingresado en un centro de menores y aprovechando un permiso no había regresado. El muchacho no aceptaba tal ingreso, culpando de su situación al resto de la familia, y de ahí su reacción violenta.
Por todo lo acontecido, en aras de salvaguardar la integridad física de todos los presentes y especialmente del propio menor, los agentes procedieron a la detención del menor y lo trasladaron hasta dependencias de la Policía Local.
La División de Policía Judicial (DPJ) confeccionó el correspondiente atestado y tras las gestiones pertinentes se determinó su acompañamiento al centro de donde se había fugado, advirtiéndole de su obligación de comparecer ante autoridad judicial cuando fuera requerido.