viernes, diciembre 13, 2024

Mi reno de peluche, una serie sobre un perturbador caso real

Richard Gadd trató sin éxito de obtener ayuda policial en varias ocasiones por el mero hecho de ser un hombre joven y fuerte. El actor protagonista sufrió en sus propias carnes el acoso que relata la serie

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Mi reno de peluche, estrenada en Netflix el pasado 11 de abril, se ha convertido en la sensación del momento. La serie trata la historia de Donny Dunn, un joven camarero que compagina su empleo en un pub de Londres con sus actuaciones como comediante en otros locales, sin pena ni gloria, con la esperanza de algún día despegar en su carrera artística. Mientras atraviesa una crisis profesional, un día Donny se encuentra trabajando en el pub cuando ve en un extremo de la barra a una mujer llorando desconsoladamente. El bueno de Donny se conmueve y le ofrece una copa gratis. Es el punto de partida de una perturbadora historia de acoso por parte de aquella mujer, aparentemente inofensiva, hacia el protagonista. 

Esta es una historia real vivida por el actor protagonista de la serie, Richard Gadd. Tras varios años acosado por la mujer que en la serie lleva el nombre ficticio de Martha Scott (y que no ha sido confirmado en la vida real), durante los cuales ella acudía de forma persistente al pub donde Gadd trabajaba, a los locales donde actuaba, le esperaba en la entrada de casa, le enviaba cartas y regalos y le contactaba constantemente a través de redes sociales. El resultado es un saldo abrumador de 41.071 correos electrónicos, 106 folios de cartas, 46 mensajes de Facebook, 744 tuits y 350 horas de mensajes de voz.

La serie nos hace llegar un planteamiento disruptivo para los tiempos que corren situando al hombre como víctima del acoso. Abre así una brecha en los discursos instalados a nivel social e institucional fruto de un feminismo hegemónico, que tiende a ocultar o relativizar aquellas realidades que le son incómodas. Probablemente la polícia no juzgó creíble que un hombre joven y fuerte como Gadd fuese incapaz de frenar el acoso sufrido por sus propios medios, dando pie a que la situación se extendiese durante tanto tiempo y haciendo infructuosas las denuncias del actor.

Otro punto a favor de la serie es que nos introduce en lo más hondo de la psiquis del protagonista para que tratemos de comprender por qué no actuó con total contundencia en determinados momentos. Nos manda de viaje a su pasado mediante flashbacks que permiten comprender el motivo de sus bloqueos, sus inseguridades y sus momentos de debilidad, causados entre otras razones por abusos sexuales perpetrados por una persona de su entorno profesional tiempo atrás, y que perfectamente podrían ser el guión de otra producción. Esto nos recuerda que no siempre se puede medir el nivel de oposición a un abuso sexual en función de las reacciones de la víctima, puesto que en ocasiones son fruto de varios factores.

Merece la pena también atender a ciertas cuestiones sociológicas que la popularización de la serie de Netflix ha puesto de manifiesto. A raíz de su éxito, una legión de internautas se ha lanzado a la carrera para tratar de averiguar las identidades reales de algunos personajes, incluyendo la de Martha Scott. Tras identificar el supuesto perfil real de la persona en la red social X (antes llamada Twitter), muchos de ellos han procedido a reaccionar, compartir y responder muchas de las publicaciones que realizó en la época de los hechos, y que pueden estar relacionadas con el acoso realizado sobre Gadd. Esta situación ha creado un paradójico caso de acoso en masa a la supuesta acosadora y un debate moral. Hay que tener en cuenta que la serie pretende a su vez concienciar sobre la falta de una adecuada atención a los enfermos mentales, no dejando otra opción a sus víctimas que denunciar a la policía, cuando en realidad estas personas deberían ser atendidas por profesionales del área de la salud mental. Este comportamiento en redes es una suerte de versión contemporánea de los juicios de Salem, con turbas desatadas en el entorno virtual. Estas también creyeron identificar al abusador del pasado del protagonista, quien ya salió al paso para desmentirlo y pedir a los seguidores que detuviesen sus pesquisas.

Mi reno de peluche es una serie que merece la pena ver, la cual sin dejar de lado el entretenimiento gracias a una gran realización, hace reflexionar al espectador sobre el acoso desde un punto de vista multidimensional. Una temática que también queda reflejada en otra serie, en este caso española, como Escándalo, relato de una obsesión, aunque siendo esta última una historia de ficción y más enfocada hacia el thriller.

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