Sobre las 18:30 horas del pasado 5 de agosto, una dotación de la Policía Local de Palma se desplazó a la calle Sant Rafael, donde una mujer pedía auxilio a gritos asomada a la ventana.
En el lugar de los hechos contactaron con un varón, de 43 años y nacionalidad rumana, que manifestó haber discutido con una mujer, inquilina suya de una habitación, sin darle ninguna importancia.
Para poder acceder a donde se había refugiado la mujer, una ciudadana chilena de 61 años, los agentes tuvieron que forzar la puerta, con permiso de la requirente, ya que estaba atrancada. La víctima les contó que había solicitado a su arrendador cambiar de habitación y mientras efectuaba el traslado, el casero, en estado de embriaguez y de manera muy agresiva, le recriminó estar tardando mucho. También le reclamaba una supuesta deuda de 288 euros que ella pudo demostrar que, en realidad, estaba ya pagada.
Estando ella en su habitación, el agresor entró sin su consentimiento y la zarandeó, agarrándola por los brazos y causándole lesiones leves. Gracias a la colaboración de otro inquilino, también de nacionalidad rumana, pudo sacarlo fuera y atrancó la puerta. Dado que la reacción de su arrendador era cada vez más violenta, la víctima se asomó a la vía pública desde la ventana y pidió auxilio a gritos. Durante todo ese tiempo estuvo sufriendo amenazas, que cesaron únicamente en el momento de la llegada de los agentes.
Valorados los hechos, los policías comunicaron al autor su detención por los presuntos delitos de allanamiento de morada, amenazas, lesiones y coacciones. También indicaron a la víctima el procedimiento a seguir para presentar denuncia.
Una vez trasladado el detenido a dependencias de la Policía Local, la División de Policía Judicial (DPJ) inició las correspondientes diligencias. Posteriormente, se dio traspaso del atestado y detenido a Policía Nacional para su seguimiento.