La Unión Europea analiza levantar las sanciones económicas impuestas a Siria, destinadas en su momento a desestabilizar el gobierno de Bashar al Asad. La alta representante, Kaja Kallas, anunció el 12 de enero en Riad (Arabia Saudí) la intención de reducir estas sanciones tras un acuerdo con ministros y altos funcionarios de la UE, Reino Unido, EE. UU. y la Liga Árabe. Alemania apoya la medida, pero aboga por un enfoque gradual. Al mismo tiempo, se debate la posible eliminación de Hayat Tahrir al Sham (HTS) de la lista de organizaciones terroristas.
España retomó su presencia diplomática en Siria tras doce años, con el viaje del ministro José Manuel Albares el 16 de enero. Albares prometió 11,1 millones de euros en ayuda humanitaria y expresó su apoyo al levantamiento de las sanciones.
Históricamente, las relaciones entre Siria y la Unión Europea se han desarrollado sobre la base del Acuerdo de Cooperación de 1977, que estableció un marco para las relaciones comerciales. Estas se ampliaron con la Declaración de Barcelona de 1995, que eventualmente dio lugar a la creación de la Unión por el Mediterráneo (UpM) en 2008. Sin embargo, con el inicio de la crisis siria en 2011, la UE adoptó una postura contraria al gobierno sirio, aplicando una serie de sanciones económicas. Estas medidas incluyeron la congelación del borrador del Acuerdo de Asociación UE-Siria, la suspensión de programas de cooperación en el marco de la Política Europea de Vecindad y la interrupción de préstamos otorgados por el Banco Europeo de Inversiones. Como respuesta, Siria suspendió su participación en la UpM y buscó establecer alianzas con nuevos socios. En 2012, la mayoría de los Estados miembros de la UE cerraron oficialmente sus embajadas en Siria, con la excepción de República Checa y Rumanía.
La UE mantiene sancionadas a 318 personas ligadas al anterior gobierno liderado por el presidente Bashar al Asad. También hay sancionadas 86 entidades publicas y privadas:
- Prohibición de exportación de bienes y tecnologías: como bienes de uso dual (uso civil y militar), equipos de vigilancia, embargo de armas, de productos que puedan ser empleados en armas químicas, de tecnología para la extracción de recursos como el petróleo, maquinaria industrial, tecnologías de telecomunicaciones, equipos informáticos.
- La Unión Europea ha congelado los activos de figuras clave del anterior gobierno sirio y de numerosas empresas estatales y privadas en sectores estratégicos. Entre los sectores afectados destacan el energético, con empresas de petróleo y gas; las telecomunicaciones y tecnología; la construcción; el sector financiero, incluyendo bancos estatales y privados; y el transporte, que abarca aerolíneas y compañías marítimas. Estas sanciones buscan limitar el acceso del régimen a recursos económicos clave.
- Restricciones al sistema financiero: limitación a las transacciones bancarias con la exclusión de Siria del sistema SWIFT y prohibición de financiación e inversión.
- Prohibición de exportaciones de petróleo. Aquí hay que señalar que la UE anuló en 2013 al estar los pozos petrolíferos en manos de las fuerzas rebeldes y la prohibición de venderles armas, concretamente a la Coalición Nacional Siria de la Oposición.
Como podemos apreciar las sanciones de la UE han sido un lastre para el desarrollo económico de la desaparecida República Árabe Siria, ello ha contribuido a la debilidad del gobierno y a que más gente se haya visto obligada a emigrar, agravando la crisis migratoria que vive el viejo continente. Es ahora con el nuevo gobierno islamista cuando se plantea poner fin a las sanciones.