Nueva tragedia en la industria minera: Dos mineros mueren
Nuevamente ha vuelto a ocurrir, dos mineros han fallecido mientras trabajaban. Nuevamente los trabajadores ven como las consecuencias fatales, los riesgos laborales y las condiciones inseguras en sus puestos de trabajo siempre les afectan a ellos.
Los hechos ocurrieron el pasado día 21, cuando Anilson Soares, un hombre de aproximadamente 40 años, residente en Villablino (León) y Óscar Díaz, un vecino de Cangas del Narcea se encontraban junto a otro compañero minero en la mina de Cangas de Narcea, explotada por Tyc Narcea, donde se hacen extracciones de antracita de bajos volátiles, un carbón de alta calidad cuando el derrumbe, que parece ser de considerable magnitud, tuvo lugar en la zona de la rampa de la mina que conecta distintas galerías, dejando incomunicados a los tres mineros. Cuando los servicios de rescate pudieron recuperar los cuerpos ya era demasiado tarde. El caso de Anilson ha sido aún más dramático, pues perdió a un hermano hace dos décadas por un accidente minero.
Aunque los indicios del derrumbe todavía no están del todo claro, las primeras informaciones apuntan a causas geológicas, debido a que la explotación había pasado las revisiones pertinentes el día anterior.
Pese a que este suceso pueda ser fortuito, el incidente se produjo un día después de que la Brigada Central de Salvamento Minero denunciara la acumulación de más de 9.000 horas extraordinarias sin pagar y de “años de incumplimientos laborales”, solicitando su regreso a los puestos originales. Los brigadistas criticaron el “abandono total del cuerpo” por parte de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) y de la dirección de Hunosa, debido a la falta de una plantilla suficiente, el incumplimiento de los acuerdos laborales y salariales vigentes desde hace años según sus estatutos, y por “favorecer, en la práctica, su desmantelamiento progresivo ante la ausencia de relevo generacional”.
Este accidente se produce pocos meses después de la muerte de otros 5 mineros en Asturias. Sus nombres eran Jorge Carro, de 32 años y vecino del pueblo de Sosas de Laciana; Amadeo Bernabé, de 48 años, de Villaseca de Laciana; Rubén Soto, de 49 años de edad, de Caboalles de Abajo; Ibán Radio, el más veterano, de 54 años, vecino de Orallo. En este caso, el trágico suceso se encuentra bajo investigación judicial y parlamentaria debido a que no contaba con las autorizaciones para la explotación de carbón y con solo un permiso de investigación, bajo el que camufló la extracción, según las investigaciones preliminares.
El único factor que se cumple en todos estos trágicos sucesos es quien lo sufre, los trabajadores.
