La inseguridad en España se está incrementando considerablemente y, si se analizan los datos oficiales del portal de estadísticas de criminalidad del Ministerio del Interior en 2023 (a la espera de cerrar los datos de 2024), se observa una clara evolución en los delitos registrados. Según esta fuente, el total de detenciones e investigados fue de 556.793, lo que supone un incremento del 18% desde 2013.

Los delitos más habituales son los relacionados con el patrimonio (robos, hurtos, sustracción de automóviles), que representan un 37% del total registrado. Le siguen los delitos contra las personas (homicidios, lesiones, malos tratos) con un 24%, los delitos contra la libertad (maltrato continuado en el ámbito familiar, etc.) con un 10%, y los delitos contra la seguridad colectiva (seguridad vial, tráfico de drogas) con un 13%. Los delitos contra la libertad sexual (agresiones sexuales, corrupción de menores o incapacitados, y pornografía) suponen el 2%, y el 13% restante corresponde a delitos diversos (como falsificación, delitos contra la administración pública, desórdenes públicos, etc.).

En los últimos 10 años, el tipo de delitos que más ha crecido son aquellos contra la libertad sexual, con un incremento del 58%, y los delitos contra las personas, que han aumentado un 30%. Los delitos contra el patrimonio y la seguridad colectiva han crecido un 4%. Por el contrario, han disminuido los delitos relacionados con las relaciones familiares (-6%), los de falsedad (-26%) y los ligados a la administración pública (-34%).

Según esta misma fuente oficial del Ministerio del Interior, del total de detenciones y casos investigados, el 35% corresponde a delitos cometidos por extranjeros, lo que supone un total de 197.096 detenidos o investigados. Este número se ha incrementado un 41% en los últimos diez años. Además, no solo ha crecido el número total, sino también la proporción de delitos cometidos por extranjeros respecto al total: en 2013, el porcentaje era del 27%.

Los datos evidencian que la inseguridad y los delitos están creciendo en España en los últimos diez años, en general, y en mayor medida los cometidos por extranjeros. Los delitos cometidos por españoles han aumentado un 3%, mientras que los cometidos por extranjeros han crecido un 53%.

Analizando las detenciones o investigaciones de extranjeros, el 24% corresponde a marroquíes, el 10% a rumanos, el 9% a colombianos, el 6% a argelinos y el 3% a ecuatorianos. El resto de nacionalidades presenta porcentajes inferiores.

En estos últimos diez años también ha cambiado considerablemente la distribución por nacionalidades de los delincuentes, tanto en el total de detenciones como en el porcentaje que representan en el conjunto del crimen. En 2013, el mayor porcentaje de detenciones correspondía a rumanos (22%). El crecimiento total de detenidos o investigados ha sido muy elevado entre marroquíes (107%), argelinos (348%) y colombianos (137%). Por el contrario, hay nacionalidades que han disminuido considerablemente en el número de delitos, tanto en términos absolutos como en el porcentaje que representan del total de detenidos, destacando Nigeria, Guinea, Camerún, Ecuador y Rumanía.

El tipo de delitos cometidos por extranjeros difiere ligeramente de la media: el 22% son contra las personas (homicidios, lesiones, etc.), el 8% contra la libertad (malos tratos en el ámbito familiar, detención ilegal, secuestro, amenazas, coacciones y acoso), el 3% son delitos sexuales, el 43% son delitos contra el patrimonio (especialmente hurtos, que suponen el 21% de las detenciones) y el 11% son delitos contra la seguridad colectiva.

Los delitos cometidos por extranjeros crecen en todas las categorías a un ritmo elevado, destacando en orden decreciente: delitos contra la libertad sexual (178%), contra la libertad (155%), contra la administración de justicia (96%, incluyendo encubrimiento e incumplimiento de penas como órdenes de alejamiento o prisión), delitos contra las personas (82%), relaciones familiares (61%, que incluye matrimonios ilegales y entrega de menores), delitos contra el patrimonio (55%) y contra la seguridad colectiva (21%). Solo se reduce la categoría de delitos contra la administración pública, que cae un 20%; esta categoría incluye prevaricación, cohecho, malversación y fraudes a la administración pública.

El incremento de la inseguridad también se evidencia en la evolución de la población reclusa en España. Según los últimos datos de Estadísticas Penitenciarias del Ministerio del Interior, en 2024 la población reclusa en España era de 59.226 personas, lo que supone un crecimiento del 19% en los últimos diez años.

Del total de los presos en las cárceles del país, el 33% son de nacionalidad extranjera (sin incluir a aquellos nacidos fuera de España que han obtenido la nacionalidad). Este 33% es muy superior al peso que la población extranjera tiene en España, ya que lo triplica: según los últimos datos del INE, los extranjeros representan un 11% de la población. Además, debe tenerse en cuenta que esta cifra incluye todas las edades, mientras que la edad mínima para ingresar en prisión es de 18 años.

El número de reclusas en España es bajo: según el Ministerio, en 2024 había 4.123 mujeres en prisión, de las cuales el 27% son extranjeras.

La evolución de la criminalidad en España es preocupante, especialmente si esta tendencia continúa. Preocupa no solo el incremento cuantitativo, sino también el cualitativo, en cuanto al tipo de delincuente y de delito.