En el siglo VXI los campesinos eran la base del feudalismo, sobre ellos descansaba el peso de la sociedad. La presión que sufrían por parte de la nobleza aumentó desde el siglo XV: pagos en especie, tributos y corveas (trabajos obligatorios para el señor feudal, tanto en tierras bajo el poder de la nobleza como del clero). Su rapacidad hizo crecer el descontento, y este acabó por implosionar. 

«Hay que despedazarlos, degollarlos y apuñalarlos, en secreto y en público; ¡y los que puedan que los maten como se mata a un perro rabioso!», dijo Lutero acerca del campesinado y la plebe en armas cuando se levantaron en 1524. Fue un levantamiento popular armado y masivo en el que participaron hasta 300.000 campesinos. Se dio con gran virulencia en el sur de Alemania principalmente, aunque también se extendió a otras regiones. Tal día como hoy uno de sus líderes, Thomas Münzer, fue ejecutado. 

Fue una amalgama de rebeliones locales y regionales, principalmente bajo el dominio de eclesiásticos y pequeños nobles. La rebelión tuvo una efímera vida, aunque de gran vigor, siendo sofocada en un baño de sangre por la nobleza y el patriciado urbano. 

La violencia comenzó por la negación a pagar el diezmo en las diócesis de Bamberg y Espira, la mecha prendió rápido y se sumó la negación a pagar otros tributos feudales ordinarios. Se pedía la eliminación de ciertos tributos, limitación de las jurisdicciones de los tribunales eclesiásticos y la reducción del diezmo. 

Al campesinado se unió la plebe de las ciudades, que también sufría bajo el régimen feudal y se sentía excluida de las instituciones. El 20 de marzo de 1525 Wender Hipler, abogado, dio a conocer doce artículos que eran un programa de reforma y un manifiesto político, redactado por el párroco Christoph Schappeler y el peletero Sebastián Lotzner.

El principal ideólogo y uno de sus líderes fue Thomas Münzer. Sus ideas planteaban una vuelta a los principios del cristianismo, como habían defendido también otros autores en las décadas previas. Además, estas ideas coincidían con las reivindicaciones de justicia que reclamaban el campesinado y la plebe de las ciudades. Münzer y los últimos representantes de la resistencia campesina fueron exterminados en Frankenhausen el 15 de mayo de 1525. 

El poder de los príncipes se vio reforzado tras la derrota de los insurrectos. Lutero y sus partidarios se pusieron del lado del poder y la Dieta imperial de 1526 aprobó medidas para la criminalización de los rebeldes, pero también introdujo varias reformas para evitar el descontento y nuevos alzamientos.